Violent Femmes es de esas bandas que millones tararean. La que tanto punkeros como amantes del rock independiente adoran con una devoción religiosa y la que ha sido capaz de mantener un sonido muy propio, sencillo pero de golpe profundo en un universo musical que ha cambiado mucho.
Pero el sabor de los Femmes sigue intacto en una impredecible mezcla de rock y folk que comenzó a sonar en 1981 y fue labrando terreno dentro de un circuito más bien alejado de los sonidos más comerciales, pero consiguió himnos de referencia mundial como 'Blister in the Sun' y las rimas pegajosas 'Gone Daddy’s Gone' o 'Add it Up', de la mano de Gordon Gano y Brian Ritchie; ahora con el baterista John Sparrow.
Luego de grabar diez álbumes de estudio y estar separados casi siete años, esta dupla con fuerte acento musical acústico se aventuró a tocar de nuevo y a la par lanzó un nuevo disco este año: 'Hotel Last Resort'.
Precisamente, EL TIEMPO conversó con el bajista Brian Ritchie acerca del retorno del grupo, de la música en general y de esos principios que han seguido como artistas y están signados en más de tres décadas de carrera.
¿Cómo es su relación con el público?
El mundo de la música está subdividido en numerosas y pequeñas camarillas y subgéneros. Pero sentimos que si podemos ponernos frente a una multitud, podemos entretenerlos e impresionarlos simplemente siendo nosotros mismos, pues es lo mejor. Eso es lo que hemos hecho desde hace 38 años. Tocamos música en vivo, a veces acercándonos al error y la improvisación (…) Realmente es muy divertido, así que cuando la gente ve que nos divertimos, ellos también se divierten.
Violent Femmes es una de las bandas más escuchadas del mundo, pero al mismo tiempo representa un gran descubrimiento para mucha gente...
Tenemos la suerte de haber alcanzado un nivel de notoriedad mundial; sin embargo, nos hemos mantenido lo suficientemente subterráneos como para ser un descubrimiento sorprendente. La mayoría de nuestros fanáticos aparecen por el voz a voz y por personas que les cuentan a sus hermanos, hermanas o amigos sobre nosotros. Eso es honesto y real.
¿Cómo han mantenido la integridad, ahora en una industria que es más dinámica, pero también un poco repetitiva o predecible?
Grabamos muy rápido cuando tenemos ganas, por lo que eso significa que los discos aparecen casi en bruto y energizados. Tocamos música real en vivo, nos escuchamos y cambiamos las cosas según el entorno y nuestros estados de ánimo. Cada espectáculo es diferente y parte de nuestra idea de integridad está conectada con ese principio.
Canciones como ‘Blister in the Sun’ o ‘Add it Up’ han sido parte de muchas películas.
¿Han reflexionado acerca de la estrecha relación con el cine que tiene su música?
Realmente nos encantaría involucrarnos más seriamente en hacer música para películas como compositores e improvisadores. La mayor parte de nuestro trabajo cinematográfico han sido canciones que hicimos para discos que se pusieron en la banda sonora. Sería divertido hacer una banda sonora para toda una película.
Tocamos música real en vivo, nos escuchamos y cambiamos las cosas según el entorno y nuestros estados de ánimo
La sátira es un elemento importante en su trabajo, ¿cómo definiría ese venenoso brillo de humor en su álbum más reciente?
'Hotel Last Resort' tiene la canción 'Another Chorus', en la cual nos ridiculizamos a nosotros mismos y en general, a la escena musical. Tenemos un sentido del humor ácido que se extiende por todo nuestro trabajo. Realmente, es importante no tomarse demasiado en serio como artistas porque eso es aburrido.
¿Por qué podría decir que este fue el año, el momento perfecto para un nuevo disco?
Estuvimos separados por unos siete años y desde que regresamos hemos hecho un disco sencillo, un disco doble y uno en vivo. Con 'Hotel Last Resort', creo que estamos pasando por el período más prolífico de la banda, lo cual es divertido porque es cuando la industria discográfica se encuentra en una fase de transición. Básicamente, lo hacemos por diversión y porque todavía tenemos algo diferente que decir… algo diferente a lo de otros músicos.
¿Y qué dicen a este mundo tan polarizado y que vive tan indignado por todo?
La canción 'I’m Nothing' habla de no ser etiquetado y no pertenecer a un grupo. Las personas son cada vez más tribales, y esta es la causa de gran parte de la violencia y la confusión que vemos ahora, especialmente en EE. UU. Tratamos de hacerlos felices y mantenernos cuerdos tocando lo que consideramos música saludable; incluso, si suena un poco cínica a veces.
¿Cree que Violent Femmes es un grupo de culto?
Siempre hay bandas más y menos populares en el mundo. No elegimos a nuestro público, ellos nos eligen a nosotros. Somos muy afortunados de tener un culto considerable, si eso es lo que es. Entro en la casa para firmar autógrafos todas las noches, y la gente nos cuenta historias sobre lo que significa la música para ellos (...) que les ayudó a superar los momentos difíciles, rupturas… Esto hace que todo valga la pena.
ANDRÉS HOYOS VARGAS
CULTURA