Escándalos sexuales ahora sacuden al Met

Con 85 óperas a cuestas, el director James Levine es uno de los más prolíficos en la historia de la ópera. Es una autoridad en el género, visionario y responsable, desde la parte artística, de haber llevado al Metropolitan Opera (Met) al lugar privilegiado en el que está, cuando sus transmisiones en vivo llegan a decenas de países.

Por eso hay conmoción en la escena operática ante la suspensión de cualquier relación de Levine con el Met, mientras investigan múltiples acusaciones en su contra por abuso sexual.

El fin de semana eran erráticas las comunicaciones digitales de la casa de ópera, una de las tres más prestigiosas en el mundo: el sábado a las 9 p. m. dijo que allí estaban “profundamente perturbados por los artículos publicados en internet” sobre Levine.

Luego, el domingo a las 7 p. m., reconoció públicamente que las relaciones con el director fueron suspendidas: “Pendientes de una investigación que sigue múltiples acusaciones de mala conducta sexual del señor Levine que habrían tenido lugar entre 1960 y 1980, incluyendo su primera época en el Met (...). No estará involucrado en ninguna actividad del Met, incluyendo los conciertos programados de esta temporada (...) El teatro tomó la decisión de actuar de inmediato”.

“Esto es una tragedia para todo aquel cuya vida se haya visto afectada”, dijo Peter Gelb, director general del Met y quien anunció la decisión, con el respaldo de la junta directiva y el comité ejecutivo de la casa operática.

Levine ha dirigido desde 1971 más de 2.500 funciones del Metropolitan. Ha recibido importantes premios y honores como la Medalla Nacional de las Artes (1997), el honor del Kennedy Center (2003), el George Peabody del Conservatorio de la Universidad Johns Hopkins (2010). Tiene doctorados honorarios de la escuela Juilliard, de la Universidad Estatal de Nueva York yo de la Universidad de Cincinnati, por mencionar algunos.También se lo recuerda por dirigir los conciertos de Los Tres Tenores: José Carreras, Luciano Pavarotti y Plácido Domingo.

El diario señala además que las acusaciones son de tres hombres. Todos eran adolescentes durante los presuntos hechos.

Entre ellos estaría Chris Brown, un bajo que dijo que Levine lo había coaccionado para una masturbación mutua, a finales de los años 60, cuando el director tenía 25 años y Brown, 17. Este le dijo a The New York Times que después del incidente cayó en una profunda depresión.

Otras acusaciones, según el diario, provendrían de los músicos James Lestock y Ashok Pai.

El escándalo se da en momentos en que Levine, de 74 años, dirige –como director emérito– desde una silla de ruedas motorizada y enfrenta una condición evolutiva de párkinson que lo obligó a ausentarse en el 2016.

Sin embargo, Gelb reconoció a The New York Times que no era la primera vez que había señalamientos contra Levine. En 1979, el entonces director general Anthony Bliss calificó las acusaciones de “ridículas”.

Además, el caso de Pai ya había sido mencionado a Gelb por un detective en 2016. Cuando llevó el asunto a la junta, Levine lo negó categóricamente.

La relación de poder entre director artístico e intérpretes en la ópera y el ballet es un tema que hasta han tratado películas como El cisne negro. Sin embargo, en medio del movimiento #MeToo, la ópera no había recibido un golpe moral de tal envergadura como la sanción a Levine.

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