Los gatos se caracterizan por ser curiosos,
su instinto de depredador está alerta a cada instante y, por esto, ven a cualquier objeto como una posible presa.
Pero como dice el dicho “la curiosidad mató al gato”, puede convertirse en una realidad por cosas pequeñas como lo es una aguja.
Según portales de internet como ‘Hospital veterinario Cruz Cubierta’ o ‘Vida con mascotas’, el que un felino doméstico ingiera una aguja, puede pasar más veces de las que se espera.
Probablemente, una persona llegue a creer que guardó bien el equipo de costura, pero los gatos se las idean para investigar cada cosa que hay a su alrededor.
¿Qué debe hacer si su gato se come una aguja?
Según el Hospital veterinario Cruz Cubierta, en una ocasión recibieron el caso de un felino que intentó tragarse un hilo que estaba añadido a una aguja.
Los dueños del animal se percataron que algo no estaba bien con él, pues de un momento a otro empezó a toser sin parar.
De inmediato, lo llevaron al centro médico y tras unos exámenes y rayos x, encontraron la aguja clavada en la cavidad oral.
La mascota fue ingresada a la sala de cirugía y le fue retirado el hilo (que lo hacía toser) y la aguja satisfactoriamente, de la misma manera, se le suministró algunos medicamentos para su recuperación.
Sobre este riesgo, en el sitio web de ‘Vida con mascotas’ agregan que, las cosas no siempre pueden salir de la mejor manera, debido a que la aguja puede clavarse en el esófago, intestino y perforar otros órganos vitales.
Por esto, recomiendan que, si su mascota llega a pasar por una situación similar, recurra lo más pronto posible a un centro veterinario para que ellos analicen la situación y encuentren la mejor forma de retirar el objeto sin poner en riesgo la vida del animal.
Igualmente, piden que usted mismo no trate de retirarle la aguja, pues al no tener claridad de qué áreas se están afectando, provoque un problema mayor.
Si la aguja perfora el estómago e intestinos, los jugos gástricos, ricos en bacterias, pueden causar peritonitis. En el intestino, podría causar obstrucción y graves daños, incluyendo necrosis. En resumen, sus efectos pueden ser mortales en menos de una hora.
Luego de que el ‘michi’ haya sido operado y no se presente otras complicaciones internas, puede volver a casa en unas pocas horas. Es mejor ofrecerle tranquilidad y descanso, evitando forzarlo a comer.
Encárguese de limpiar y tratar las heridas, según las indicaciones del veterinario, además, es crucial asegurarse de que el gato no ingiera más objetos peligrosos para su salud.
Por último, se advierte no dejar objetos como moñas, hilos, lana, entre otros, al alcance del gato, pues él lo verá como un juego o posible presa y lo ingerirá sin medir los riesgos.
KAREN CASTAÑEDA
REDACCIÓN ALCANCE DIGITAL
EL TIEMPO
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