El accidente que sufrió Russell Crowe en un rodaje y que médico reveló 10 años después

Russell Crowe es conocido por ser parte de ese selecto grupo de actores intrépidos que eligen enfrentar personalmente las escenas de riesgo en lugar de recurrir a dobles.

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El artista confesó haber sufrido un accidente durante el rodaje de una escena para la película ‘Robin Hood’, la producción del año 2010 que giraba en torno a las aventuras del famoso individuo, dirigida por Ridley Scott y en la que interpretaba al personaje principal.

El incidente ocurrió durante la filmación de una escena en la que su personaje debía saltar desde el rastrillo de un castillo hacia un terreno irregular.

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“Salté del rastrillo de un castillo a un terreno irregular y duro como una roca”, confesó el ganador del Oscar a la revista ‘People’. 

Crowe describió cómo, debido a la falta de preparación adecuada en el set, terminó aterrizando de manera brusca, sintiendo un impacto doloroso en sus talones que recorrió todo su cuerpo como una descarga eléctrica.

“Deberíamos haber preparado el terreno y enterrado una plataforma, pero teníamos prisa por hacer la toma con la luz cada vez más tenue”, añadió.

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A pesar del dolor y la gravedad de la situación, Crowe optó por mantener en secreto el accidente para evitar retrasos en la producción de la película, que se encontraba en su etapa final.

El actor, consciente de la importancia del proyecto y de las implicaciones que su ausencia podría tener, decidió continuar trabajando a pesar del malestar físico que experimentaba.

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“Hubo semanas en las que incluso caminar fue un desafío para mí”, recordó.

Sin embargo, una década después del incidente, Crowe comenzó a experimentar dolores persistentes en la parte inferior de sus piernas, lo que lo llevó a buscar ayuda médica.

Fue entonces cuando se descubrió la verdadera magnitud de su lesión: al observar los resultados de la resonancia magnética y la radiografía, el médico que lo examinaba no dudó en preguntar de manera directa: “¿Cuándo te rompiste las piernas?”.

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“Aparentemente podía ver restos de fracturas en ambas espinillas”, explicó el actor. Y al ver mi cara de sorpresa y mi falta de reacción ante su pregunta, el especialista agregó, para refrescarme la memoria: ‘¿Habrá sido hace, quizás, 10 años?’’”.

El actor reflexionó sobre su decisión de mantener en secreto el accidente y continuar trabajando, incluso en proyectos posteriores que requerían un intenso entrenamiento físico.

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“Al parecer terminé esa película con las dos piernas rotas. Todo por el arte. Sin yeso, sin férulas, sin analgésicos, simplemente seguimos trabajando y, con el tiempo, se curaron solas. En retrospectiva, obviamente sabía que algo andaba mal. Para ser el padre kryptoniano de 'Superma'n [en 'El hombre de acero', de 2013] fueron seis meses de entrenamiento físico increíblemente intenso. Entre el tiempo libre y ese entrenamiento, las cosas se arreglaron solas”, concluyó.

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