Así era en realidad el palacio de Cleopatra: lujo, misterio y los secretos que reveló la arqueología

Una de las mujeres más míticas de la historia, Cleopatra, ha estado siempre envuelta el misterio, los romances y las alianzas políticas. La escasez de fuentes directas y los estragos que deja el tiempo envuelven varios aspectos de su vida en un velo de misterio. Estudios arqueológicos y hallazgos submarinos de los últimos años han permitido que se reconstruya una imagen aproximada de los interiores del lugar.

Ubicado frente al Faro de Alejandría, en un lugar que se encuentra sumergido por los efectos del ascenso del mar y de varios terremotos que ha habido, se encuentra este lugar. 

No era un edificio aislado, según lo dice el medio especializado The Conversation, era, más bien, un conjunto monumental de construcciones que le pertenecían al reino. Se presume que los pabellones interconectados, los jardines y los templos funcionaban también como un centro político y cultural del Egipto de aquella época.

Hoy, gracias a los trabajos de los arqueólogos marinos, liderados por Franck Goddio, quien desde 1992, según lo informa National Geographic y el medio especializado Underwater Photographic Guide, ha surcado estas aguas en busca de la verdad, se ha tenido una noción de lo que era.

Según estos medios especializados, el estilo arquitectónico del palacio se centraba en la época barroca. Las columnas interiores, estaban adornadas con motivos vegetales que imitaban hojas de árboles.

Hay que recordar que las hojas de estos árboles eran un símbolo de prosperidad en la época. También se presume que sostenían entablamentos que se decoraban con estatuas de dioses egipcios y griegos. Esto lo hacían con el objetivo de adorar a los dioses en los que creían.

Las sombras y las luces de las fachadas daban profundidad a esos espacios, los techos y las fachadas cónclaves Hacen pensar que este lugar otorgaba una elegancia y verticalidad a las salas principales. Tenía unas habitaciones circulares que eran raras para la arquitectura que se manejaba en la época.

Se presume también que los pisos de este palacio estaban hechos de mármol o piedra pulida y reflejaban la luz que se filtraba por ventanales.

Había una gran diferencia entre los palacios contemporáneos de Cleopatra y el que construyó ella; el palacio de esta mujer no era una construcción unificada, era más bien una conexión de pasillos, patios y jardines interiores. Según relata el medio inglés The Conversation, se parecía más a la Alhambra de Granada que a un palacio romano de la época.

Diversas investigaciones relatan que los pabellones estaban llenos de plantas exóticas para la época y que había fuentes y estanques con peces. Según cuenta National Geographic, en estos jardines era donde la mujer recibía a los extranjeros que la visitaban y hacía sus rituales de baño.

Franck Goddio, mediante su propia página web explica que “los hallazgos de submarinos y barcos hundidos de este periodo son muy infrecuentes”, gracias a estos hallazgos se pudo determinar que varias de las zonas de su dormitorio y sus baños estaban hechas de bronce pulido, tejidos finos y cofres con joyas. Todo esto extiende un legado de poder y simbolismo que nos intriga hasta nuestros días.

Han pasado muchos siglos desde que todo esto fue construido, pero las piezas que se han recuperado son unos indicios de lo que pudo haberse vivido en las costas alejandrinas durante esa época. El mar todavía esconde secretos y guarda respuestas del pasado.

Mientras los arqueólogos siguen descubriendo y buceando en las profundidades, la historia de Cleopatra seguirá siendo un tema que deslumbre la cabeza de muchos. 

No solo lo hace por las crónicas antiguas y por el morbo que hay detrás, sino porque cada piedra puede ser una reconstrucción de historia para la civilización actual.

RICARDO CASTAÑEDA

REDACCIÓN ÚLTIMAS NOTICIAS