Científicos japoneses crearon sangre artificial que es compatible con todos los grupos

La escasez de sangre en los sistemas de salud representa un problema para los centros de atención médica, debido a que la falta de disponibilidad de este líquido y sus componentes impiden satisfacer de manera adecuada la demanda de transfusiones, por lo que dificulta el a tratamientos para salvar vidas.

Algunas de las causas más comunes es la cantidad reducida de personas que se acercan a donar en los puntos autorizados y un aumento en la capacidad de recurso que se necesita por incidentes inesperados como accidentes, cirugías o enfermedades.

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Para enfrentar esta situación, un grupo de científicos japoneses de la Escuela Nacional de Medicina de Defensa encontraron la fórmula exacta para poder crear sangre artificial que sea compatible con todos los grupos sanguíneos, con el objetivo de revolucionar la medicina en las zonas de guerra, con instalaciones precarias y lugares con poco .

Si bien el hallazgo resulta novedoso, recientemente anunciaron que a lo largo del 2025 realizarán varios estudios y pruebas para confirmar su efectividad en los diferentes organismos para evitar una reacción inmunitaria del cuerpo.

En ese sentido, los expertos tienen planeado comenzar a suministrar de 100 a 400 mililitros de sangre artificial a adultos sanos que quieran ser voluntarios en la Universidad Médica de Nara, ya que pretenden hacer uso práctico del invento en 2030.

En caso de que el primer ensayo no presente efectos secundarios en los participantes, los investigadores iniciarán con estudios más amplios para mejorar algunos aspectos del líquido como su conservación.

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El estudio fue publicado por el grupo de científicos en la revista académica ‘Transfusión’, en la que se detalla que la sangre artificial está compuesta por plaquetas y glóbulos rojos que pueden cultivarse en un laboratorio.

Además, los expertos destacaron que los elementos deben ser envueltos en burbujas sintéticas diminutas que permiten que el líquido transporte oxígeno y facilite la coagulación de las heridas, al igual que el recurso real.

Es importante tener en cuenta que el proyecto inició en el año 2015 y ha tenido que pasar por varias etapas para comprobar su efectividad, por lo que hasta el 2022 se obtuvieron los primeros avances en dimensiones pequeñas.

En 2024, tras probar la seguridad de la fórmula, los investigadores decidieron acelerar el proceso de análisis para poder utilizar el invento de manera práctica, llevándolos a la fase actual en la que será aplicada en seres humanos. 

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STEPHANY GUZMÁN AYALA

REDACCIÓN ALCANCE DIGITAL