En un giro histórico, se ha revelado al público el búnker antinuclear diseñado para la familia real británica, como medida de precaución durante el pico de las tensiones de la Guerra Fría con la Unión Soviética.
Este refugio subterráneo, escondido en las profundidades de Escocia a 30 metros bajo tierra, ha sido recientemente adquirido por el empresario escocés James Mitchell, quien planea transformarlo en un centro de atracción turística.
"Por primera vez en más de 50 años, se dará a conocer por dentro el búnker antinuclear que perteneció a la familia real británica y que fue pensado en caso de un bombardeo atómico por parte de la Unión Soviética durante la Guerra Fría", destaca el entusiasmo por desvelar secretos que han permanecido ocultos durante décadas.
Los secretos del Barnton Quarry
El Barnton Quarry, que durante casi tres décadas se preparó como refugio para la reina Isabel II y su familia, así como para 400 políticos ingleses, cuenta con instalaciones que incluyen tres plantas y una emisora de la 'BBC'.
"Este sitio se planeó para que vivieran allí durante un mes con todas las comodidades", revela el meticuloso planeamiento detrás de esta construcción.
Tras el declive del régimen comunista en 1980, la corona británica optó por vender este bastión subterráneo, que hasta entonces había permanecido como un secreto bien guardado, con el propósito de "proteger a la familia real", ante un posible ataque directo al palacio de Buckingham.
James Mitchell, cuya curiosidad lo llevó a adquirir la propiedad en 1996 por 60.000 libras esterlinas (aproximadamente 76.000 dólares estadounidenses), ha emprendido un ambicioso proyecto de restauración: Abrirá aquella locación como un museo, proyectando compartir con el mundo la forma en que la realeza y la política británica hubieran enfrentado una crisis nuclear.
Mitchell describió su experiencia explorando el búnker como "muy intensa", calificándolo como uno de los lugares "más espeluznantes" que ha visitado.
A pesar de un incendio que devastó el interior años después de su compra, transformando su esplendor en ruinas, Mitchell y su equipo están dedicados a su restauración.
Este proyecto ha recibido la aprobación del Consejo de Edimburgo, y se espera que en los próximos meses, el Barnton Quarry Nuclear Bunker esté abierto al turismo, brindando una visión única de un período marcado por el miedo y la precaución, pero también por la resiliencia y la ingeniería.
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*Esta información fue reescrita con la asistencia de una inteligencia artificial basada en información de La Nación de Argentina (GDA) y contó con la revisión de una periodista y un editor.