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¿Su hijo tiene miedo de estar solo? Ocho síntomas que podrían indicar que sufre de ansiedad por separación
La educación emocional ayuda a los niños a reconocer y expresar sus emociones de forma adecuada.
La ansiedad por separación en la infancia es un trastorno del desarrollo caracterizado por una angustia intensa. Foto: iStock.
La niñez es una etapa repleta de nuevos descubrimientos, intensas emociones y aprendizajes continuos, pero también está caracterizada por una serie de retos, tanto para los adultos responsables como para los pequeños, quienes deben enfrentarse a situaciones que, aunque dolorosas, son a menudo inevitables.
Uno de los desafíos más comunes es, sin duda, la ansiedad ante la separación, en la cual cada adiós, incluso los más cortos, se transforma en una prueba importante para los niños. Estar alejados de sus padres no solo les resulta incómodo, sino que también desencadena una montaña de emociones.
Por eso, este fenómeno, que aparece con frecuencia cuando los niños comienzan a explorar el mundo fuera de la seguridad de sus cuidadores, se convierte en una de las primeras dificultades emocionales que deben enfrentar y superar.
"La ansiedad por separación en la infancia es un trastorno del desarrollo caracterizado por una angustia intensa y persistente que un niño experimenta cuando se enfrenta a la separación de las figuras de apego principales, como los padres y cuidadores. Si bien este tipo de ansiedad es una repuesta emocional natural en la primera infancia, especialmente entre los 6 meses y 3 años de edad, cuando los niños están desarrollando un sentido de seguridad y apego; sin embargo, se considera un trastorno cuando es desproporcionado para la edad del niño, dura al menos cuatro semanas y causa un deterioro significativo en el área social, académico o en otras funciones diarias del infante", explicó Madeli Santos, psicóloga clínica y neuropsicóloga educativa especializada en crianza consciente, en una entrevista con Hogar y Familia.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los desórdenes de ansiedad, dentro de los cuales se encuentra el desorden de ansiedad por separación, son las afecciones de salud mental más frecuentes a nivel global.
Solamente en 2019, se calcula que 301 millones de personas sufrieron alguno de estos desórdenes, cuyos indicios tienden a manifestarse durante la niñez o la adolescencia.
Los principales indicios de la ansiedad ante la separación
Los pequeños que padecen ansiedad ante la separación pueden presentar una serie de señales, tanto emocionales como físicas.
Existen diversos factores que pueden provocar o intensificar la ansiedad ante la separación. Foto:iStock
Por un lado, como afirmó Tatiana Mogollón, psicóloga y profesora de la Continental University of Florida, es posible que expresen un temor intenso de que algo malo les ocurra a sus padres, una preocupación constante por perderlos o ser abandonados, así como una fuerte resistencia a quedarse solos o separarse de ellos, incluso por breves momentos, lo que denota una dependencia excesiva hacia sus cuidadores.
Además, pueden experimentar dolores de cabeza, náuseas, malestar estomacal y otros síntomas físicos cuando se enfrentan a una situación de separación.
También pueden experimentar sueños perturbadores relacionados con la separación e, incluso, en algunos casos pueden sufrir terrores nocturnos. Asimismo, como mencionó Liliana Tuñoque, psicoterapeuta de la Clínica Internacional, en ciertas ocasiones los niños pueden mostrar conductas regresivas, como volver a tener dificultades con el control de esfínteres.
"Aunque es natural que los niños pequeños muestren ansiedad cuando se separan de sus padres, sobre todo, en situaciones nuevas o desconocidas, los adultos pueden distinguir un comportamiento normal de la ansiedad por separación por la intensidad y duración de los síntomas. Básicamente, en un niño con un desarrollo típico, la ansiedad tiende a disminuir a medida que se acostumbra a nuevas experiencias y aprende que los padres o cuidadores regresan después de la separación. No obstante, si el menor presenta una angustia extrema, evita situaciones por miedo a la separación o síntomas físicos recurrentes sin una causa médica aparente, podría tratarse de un trastorno de ansiedad por separación”", explicó Mogollón.
Factores principales que pueden detonar la ansiedad
De acuerdo con la neuropsicóloga educativa, existen diversos factores que pueden provocar o intensificar la ansiedad ante la separación, entre ellos cambios significativos en la vida del niño, como mudarse, cambiar de escuela o la llegada de un nuevo hermano.
Asimismo, situaciones de alto estrés, como la enfermedad o pérdida de un ser querido, así como dificultades familiares como el divorcio o conflictos entre los padres, pueden incrementar la susceptibilidad del niño a desarrollar esta respuesta emocional.
Además, el tipo de apego que un niño forma en los primeros años tiene un impacto crucial en su predisposición a padecer ansiedad ante la separación.
Como señaló la experta de la Continental University of Florida, los niños con apego seguro, es decir, aquellos que se sienten a gusto con la presencia de sus cuidadores y confían en que estarán disponibles cuando los necesiten, tienden a sobrellevar mejor las separaciones.
Por el contrario, los menores con apego inseguro (ya sea evitativo, ambivalente o desorganizado) pueden manifestar una mayor ansiedad ante la separación, debido a que su vínculo con los padres es menos predecible o estable.
"Las experiencias tempranas, especialmente las relacionadas con la consistencia y calidad del cuidado que recibe un niño, son fundamentales en el desarrollo de la ansiedad por separación. Por ejemplo, niños que han experimentado situaciones de abandono, negligencia o que han sido separados repetidamente de sus cuidadores primarios en los primeros años de vida, son más propensos a desarrollar ansiedad por separación. Por ello, la manera en que los padres responden a las necesidades emocionales del niño, como brindar consuelo y apoyo en momentos de estrés, también influye en cómo el menor aprenderá a manejar la ansiedad en general".
Asimismo, padres excesivamente protectores o que proyectan sus propias ansiedades en el niño pueden, sin querer, promover una dependencia emocional que dificulta su adaptación a las separaciones. A la par, factores hereditarios, como el temperamento, también pueden predisponer a un infante a desarrollar ansiedad ante la separación.
Según la psicóloga clínica, diversos estudios indican que los niños con un temperamento inhibido, es decir, que tienden a ser más reservados, cautelosos y reaccionan de forma exagerada ante nuevas experiencias, tienen un mayor riesgo de desarrollar algún tipo de ansiedad.
"Hay niños que pueden heredar una tendencia biológica a ser ansiosos; no obstante, la ansiedad y el temor también se pueden aprender de los de la familia o pueden ser desencadenados por algún trauma en la infancia", aclaró Tuñoque.
¿Qué medidas pueden tomar los padres para ayudar a sus hijos?
Los padres pueden adoptar diversas tácticas para apoyar a sus hijos en la prevención o manejo de la ansiedad ante la separación. En este sentido, la psicoterapeuta sugirió las siguientes:
Crear una rutina: establecer horarios consistentes para despedidas y regresos puede brindar a los niños un sentido de seguridad. La regularidad en los tiempos ofrece una estructura que les permite prever lo que sucederá. En esencia, cuando el niño conoce lo que va a ocurrir y cuándo, es menos probable que experimente ansiedad ante la separación. Por esta razón, las rutinas diarias, como los horarios de comidas, sueño y actividades familiares, contribuyen a crear un entorno más estable, lo que ayuda a reducir este problema.
Hacer prácticas con salidas breves: comenzar con separaciones de corta duración y aumentar gradualmente el tiempo puede ayudar a los niños a acostumbrarse a estar alejados de sus padres, ya que les permite desarrollar la confianza de que volverán. Por ejemplo, juegos como "aparecer y desaparecer" pueden enseñar al niño que, aunque los padres se vayan, siempre regresan. Además, es importante que los padres hablen con su hijo antes de la separación, explicando lo que sucederá, quién estará con él y cuándo volverán.
Facilitar una transición tranquila: proporcionar al niño un objeto de consuelo, como una manta o su juguete preferido, puede hacerlo sentir más seguro mientras está fuera de casa. Del mismo modo, crear rituales de despedida, como una frase o abrazo especial, puede ofrecer mayor tranquilidad.
Fomentar el diálogo sobre los sentimientos: la educación emocional ayuda a los niños a reconocer y expresar sus emociones de forma adecuada. Al enseñarles sobre sus emociones y cómo manejarlas, los padres y cuidadores los capacitan para enfrentar la separación con mayor resiliencia. Por ejemplo, se pueden utilizar diversas herramientas, como el uso de un lenguaje emocional y la validación de sus sentimientos.
Transmitir confianza y serenidad: los padres deben mostrar una actitud calmada y segura durante las despedidas, ya que si transmiten esa seguridad, el niño también lo percibirá, disminuyendo el riesgo de desarrollar ansiedad ante la separación. Por esta razón, es crucial que los adultos trabajen en identificar y gestionar sus propias ansiedades y emociones, lo que contribuirá a proporcionar un entorno emocionalmente más seguro para sus hijos.
Utilizar cuentos y lecturas: leer libros que aborden la ansiedad ante la separación puede ser útil para normalizar y tratar este tema de manera creativa y comprensible para los niños.
Mantener el o: en situaciones de separaciones largas, como cuando el niño va a un campamento o a la escuela, es esencial establecer un sistema de comunicación (como una carta o un mensaje), con el objetivo de brindarles tranquilidad.
Aplicar técnicas de manejo: los padres pueden enseñar a sus hijos estrategias como la respiración profunda o la visualización de un lugar seguro para reducir progresivamente la ansiedad.
Fomentar la autonomía: alentar pequeñas responsabilidades y experiencias independientes, como jugar con otros niños o participar en actividades fuera de casa, puede ayudar a disminuir la ansiedad, incrementando la confianza del niño en sí mismo. También es fundamental proporcionar un entorno en el que el niño se sienta seguro para explorar y aprender; en otras palabras, contar con un espacio de juego donde pueda experimentar y resolver desafíos de manera autónoma. Igualmente, es importante que los padres reconozcan y celebren los logros de independencia del niño, ya que refuerzan su autoestima y le demuestran que está avanzando en el manejo de la separación.
Es fundamental proporcionar un entorno en el que el niño se sienta seguro para explorar. Foto:iStock.
"Las personas que no superaron la ansiedad por separación en la infancia pueden desarrollar trastornos de ansiedad generalizada, trastorno de pánico, fobia social, trastorno de estrés postraumático, especialmente si la ansiedad por separación estuvo relacionada con eventos traumáticos, al igual que el trastorno de personalidad dependiente. Además, pueden tener una mayor vulnerabilidad a la depresión y problemas de apego en las relaciones interpersonales, sobre todo, en términos de independencia emocional, confianza en los demás, y en el manejo de situaciones de separación o pérdida. Desde luego, la inseguridad y la baja autoestima también son problemas comunes que pueden desencadenarse por la falta de intervención temprana", subrayó Madeli Santos.
*Este contenido fue hecho con la asistencia de la inteligencia artificial, basado en información de El Comercio Perú (GDA). Contó con la revisión del periodista y un editor.