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Adopta perrito y le exige a su empresa tener licencia como compañeras con hijos

La ‘madre canina’ dice tener envidia de sus compañeras que sí cuentan con ‘privilegios’.

La mujer compartió su opinión sobre el cuidado de mascotas.

La mujer compartió su opinión sobre el cuidado de mascotas. Foto: Instagram: @maryrosem

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Una discusión sobre la mesa ha puesto Mary Rose Madigan, una joven escritora, quien se ha mostrado molesta con los permisos que, según ella, tienen las madres. Ella se considera como “madre canina” y quiere que su empleador le dé las mismas garantías que las otras mujeres ostentan por sus bebés.
“Quiero la misma flexibilidad y comprensión que las madres de niños humanos”, sentenció en una columna de opinión para un medio de Australia, su país natal.
Madigan, de 28 años, adoptó a Frank desde 2021, pensando que sería “una relación sencilla”, pues él la acompañaría, esperaría paciente en casa hasta que llegara del trabajo y estaría a su lado sin importar las adversidades. Pero no ha ocurrido así.
Observo con absoluta envidia cómo las madres pueden irse temprano, contar con horarios flexibles
Según relató, el canino de color negro requiere -como todas las mascotas- de cuidados especiales, los cuales en un principio no había contemplado.
“Tener un perro ocupa mucho de mi tiempo. Por ejemplo, salgo corriendo del trabajo para recogerlo de la guardería o porque me siento mal por haberlo dejado solo todo el día. Olvídese de tomar después del trabajo, debo acelerar el paso para llegar a casa y verlo”. Sus prioridades cambiaron por “un hombre pequeño que de vez en cuando hace popó en la casa”.

¿Madre de humano o ‘madre canina’?

Comparó su caso con las madres que recogen a sus hijos del jardín, pues ella también debe ir por su perro a la guardería o, de lo contrario, le cobran una multa sumada a los 65 dólares australianos que paga por el día (más de 200 mil pesos colombianos).
Como se diría coloquialmente, para ‘el colmo de los males’, la empresa no le da las flexibilidades necesarias. En cambio, sí lo hace con las otras madres.
“Observo con absoluta envidia cómo las madres pueden irse temprano, contar con horarios flexibles o trabajar desde casa más seguido”, reprochó en su texto para el diario digital ‘news.com.au’.
La joven, quien ha trabajado para reconocidas revistas como ‘Harpers Bazaar’, enfatizó en que no busca poner al mismo nivel a un perro y a un bebé; solo espera que las empresas reconozcan a quienes tienen mascotas. “Sé que no son niños, sé que no soy madre y nunca podré entender el alcance total de la carga, pero amo a mi perro más de lo que imaginé que era posible”.
Para velar por su bienestar, implora a los empleadores de Australia crear programas para que “los padres peludos puedan tomarse el tiempo necesario”.
“Llámeme loca si quiere, pero no todos tendremos hijos. Y no me avergüenza decir que también necesitamos espacio para adorar a nuestros perros, gatos e incluso a las lagartijas”, concluyó en su columna de opinión que se difundió rápidamente en Australia y en otros países del mundo.
La empresa en la que trabaja no se ha referido a sus peticiones. Así que queda el debate planteado sobre la flexibilidad que podría otorgar para ser, por ejemplo, ‘pet friendly’ como lo son varias compañías, las cuales permiten a sus trabajadores llevar a los perros o gatos a la oficina y además les habilitan guarderías.

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