El disparado crecimiento de Barranquilla, la ciudad que con mayor desenfreno ha cambiado su cara en Colombia, tenía que traer consigo un restaurante a su medida.
Se llama Manuel (porque su chef y propietario se llama Manuel ‘Mane’ Mendoza) y es un local de grandes pretensiones: un bar-restaurante muy bien montado, amplio, luminoso y estiloso, con una terraza abierta, una carta tentadora, una enorme barra al estilo Manhattan, alta coctelería y, por fin, un muy buen servicio –que es el talón de Aquiles de la ciudad–, tanto que se pasaron: aquí los meseros son acartonados, en la región en la que casi todo es ‘vacile’.
Su menú propone una mezcla de cocina caribe, vanguardia internacional y el sello personal del Mane, probablemente el cocinero más destacado de la ciudad, quien, por cuenta de la pandemia, hace dos años tuvo que cerrar su restaurante Cocina 33. La carta ofrece más entradas (que son 18) que platos fuertes (que son 7), porque el concepto no es otro que compartir al centro de la mesa. Vamos con las recomendaciones de lo primero:
Un sencillo pero muy efectivo taco de pescado en tortilla de maíz morado, cebollitas pluma, aguacate, cilantro y una mayonesa cítrica de pepinillos y alcaparras ($ 16.000); una coliflor al carbón sobre cremoso de la misma col y puerros ($ 29.000); una crocante pizzeta con medallones de langosta a la thermidor en horno de leña ($ 39.000); mejillones asados a la brasa con una salsa que recrea un Bloody Mary ($ 35.000); montaditos de carpaccio de res y repollo encurtido sobre pan bao, con una tremenda mayonesa casera de kimchi ($ 12.000); unos raviolis de posta negra cartagenera ($ 32.000) y, a la fija, el porkbelly (panceta) sobre crema de fríjol diablito de los Montes de María y cremoso de plátano maduro ($ 31.000).
Entre los platos fuertes, mucho más costosos (promedio de $ 70.000), hay unos langostinos con queso azul; tres cortes de res importados; un atún sellado y
otro par de ofertas de buen nivel. Pero creo que en su larga lista de entradas está el gran cuento de Manuel. Fotos de los platos en mi Instagram:
@msilvaazul.
No quiero cerrar esta columna sin subrayar un postre memorable: pan brioche tostado en miel cítrica, helado de banano con pistachos y ganache del propio brioche con aceite de oliva ($ 17.000).
Como ven, los precios no son exactamente económicos y tampoco desbordados. Pero eso parece no importar en una ciudad en la que el consumo de los locales, sumado al cada vez más desbordado turismo, no deja mesa libre en ningún día de la semana. De hecho, hay que reservar con anticipación.
Manuel parece ser el símbolo de esta nueva y muy movida Barranquilla que no tenemos ni la menor idea para dónde va. Es un lugar cautivador donde se come bien y, en algunos momentos, muy bien.
Manuel. Carrera 55 n.º 74-125,
Barranquilla. Tel: 318 6749575.
MAURICIO SILVA GUZMÁN
EDITOR DE BOCAS
@msilvaazul