Equiori, un chocolate orgánico orgullosamente colombiano

Uno de esos viajes que cambian vidas fue el origen de la marca de chocolates Equiori, que lleva desde el 2012 trabajando por cambiar la forma de ver el cacao y el chocolate entre productores y comensales ávidos de encontrar nuevos sabores de este producto.

El viaje lo hizo el empresario Ueli Baruffol, quien, por conexiones familiares con el país, viajó en principio a buscar sus raíces. En la aventura encontró además en los campos el potencial del cacao colombiano y toda una posibilidad de hacer empresa con un producto trabajado desde el origen con técnicas de la famosa chocolatería suiza.

Desde el comienzo, el objetivo fue apoyar al campesino colombiano, cuenta Juan Pablo Muriel, gerente general de Equiori, término que une las palabras equidad y origen.

“Cuando llegó –añade Muriel– no existía la variedad de chocolates que encontramos hoy. Él vio el inicio de ese 'boom' de nuevas marcas. Quiso montar una marca de chocolates colombianos, una marca de impacto, crear un modelo”.

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Al parecer, el primer chocolate tuvo que esperar. “Durante los primeros años de su historia, Equiori se dedicó a construir la columna vertebral de trabajo en el campo”.

Valió la pena, el esfuerzo se nota en la calidad de sus productos. Tienen ya una caja de lujo que reúne barras de chocolate prémium de diferentes porcentajes de cacao, además de una línea de frutas cubiertas de chocolate (entre estas uchuva, banano, piña y mango), 'nibs' y otros productos (incluida la línea de cocina que fue muy solicitada durante el confinamiento, con cacao en polvo, 'nibs' y manteca de cacao).

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Pero el trabajo inicial fue en el campo, con los productores, predicando los valores de la agricultura orgánica y combatiendo algunos mitos. “Compramos el cacao a buenos precios, más altos que el promedio del mercado, pero también damos asistencia técnica”, dice Muriel. Una asistencia que va desde el cultivo hasta el fermentado del cacao, base de la mágica transformación en chocolate. Incluye asesoría para conseguir la certificación orgánica.

Sus chocolates hoy se hacen con cacaos del Huila, Tolima, Caquetá y Putumayo. Al comienzo se enfrentaron con la idea de los productores de que al convertirse en orgánicos, se redujeran la producción y las ganancias. Explicar las ventajas fue difícil, contar por ejemplo que “la agricultura orgánica es como la medicina alternativa, más preventiva que reactiva. Previene las plagas, no espera que surjan para atacarlas”, explica Muriel. Pero hoy celebran que si alguien prueba una de sus barras (de 65, 70 y 80 por ciento de cacao), “puede tener la certeza de que no tienen trazas de glifosato, pesticida o algún otro agroquímico”.

Establecida la base, Equiori sacó estas primeras tres barras alrededor del 2014. La empresa netamente colombiana es aún pequeña (el fundador regresó a Suiza, pero sigue al tanto desde su país), y su portafolio crece cuidadosamente. “Mientras más chocolates vendemos, más incentivamos la agricultura orgánica”, resalta el gerente.

También hacen maquila para marcas internacionales. Así que aquel viaje inicial impactó no solo al fundador, sino a mucha gente del país, lo que era su objetivo inicial.

“Él empezó con fórmulas sencillas, porque la percepción inicial era que el consumidor colombiano no estaba acostumbrado a consumir chocolate oscuro, por la tradición de marcas que han dominado el país –cuenta Muriel–. Y, para sorpresa nuestra, la gente ha preferido la barra de 80 por ciento de cacao, el más oscuro”.

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Sobre la marcha vieron la evolución generada por el cada vez mayor interés en el chocolate y sus porcentajes. “Vimos que el consumidor estaba más abierto a consumir chocolate de mayor contenido de cacao –dice Mariana Arensburg, gerente comercial de la marca–. Se interesa más por los ingredientes, pregunta por chocolates sin contenido de azúcar o de cacao al 100 por ciento. Otros buscan que sean veganos y aprecian la certificación orgánica. Nos han preguntado si tenemos chocolate con azúcares alternativos, es algo que estamos por desarrollar”.

Durante esta década, el público empezó a comparar más sabores. Y ante esto, Equiori empezó a trabajar también con otros derivados del cacao, como los 'nibs', que ponen el elemento crocante a sus barras, y la ya mencionada línea para cocina en casa, que diseñaron no solo pensando en pastelería, sino también en cocina de sal. El sueño es que el colombiano integre esos nuevos productos, como la manteca de cacao, en su mercado del día a día.

Esta empresa, que para ser consecuente con su proceso no usa ni lecitinas, ni emulsificantes ni conservantes en su receta de chocolate, espera poder estrenar pronto sus esparcibles colombianos, inspirados en la Nutella, pero en lugar de avellanas, tendrán maní o marañón. 

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LILIANA MARTÍNEZ POLO

REDACCIÓN DE CULTURA

En Twitter: @Lilangmartin