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Es hora de celebrar el Día Mundial de la Arepa
Colombia y Venezuela tienen cientos de arepas, algo que se festeja el segundo sábado de septiembre.
Arepa'e huevo o arepa de huevo, una de las más famosas arepas de Colombia. Foto: Mauricio Moreno. El Tiempo
“Te voy a mostrar una arepa con sorpresa”, me decía mi tía abuela en Barranquilla, cuando era niña y me llevaban a visitarla en vacaciones. Fue una maravilla ver cómo al morder ese crocante disco abultado en el medio para acompañar el café mañero, aparecía un huevo frito. Había tenido una revelación llamada arepa’e huevo (aunque una corriente que prefiere llamarla empanada de huevo).
Desde entonces, esa arepa con sorpresa se convirtió en sinónimo de los viajes a la Costa y sus ciudades. Con los años entró en mi lista de las comidas para mostrarles a los extranjeros. Pude ver en varios esa misma sorpresa infantil y el interés en saber cómo prepararla.
Eran motivo para hablar de las demás: en el interior del país estaban las de Ventaquemada, representativas del altiplano cundiboyacense, y la de maíz pelao santandereana, de color más amarillo y con un sabor que contrasta con la palidez y neutralidad de la paisa. En Colombia se identifican sus arepas por la región de origen y el tratamiento de sus masas.
Arepas de güiba, que la chef Luz Beatriz Vélez llevó a Madrid Fusión. Dice que las aprendió de unas cocineras tradicionales de Boyacá. Foto:Carlos Ortega. Archivo EL TIEMPO
Es un amasijo presente en todo el territorio y lo trasciende. De ahí la disputa por su origen entre Colombia y Venezuela. Por cierto, al país vecino hay que darle el crédito de haber propuesto la celebración del Día Mundial de la Arepa, el segundo sábado de septiembre.
Pero hay visiones que incluyen en la familia de la arepa hasta las tortillas de Centro y Norteamérica. Así lo indica el chef y profesor Carlos Gaviria Arbeláez, autor del libro Arepas colombianas. Dice que diferentes culturas han tenido un elemento fundamental que hace las veces de acompañamiento básico: en Europa, el pan; el arroz en Asia. En América eran estos amasijos de maíz, a veces más gruesos, gran parte en forma de disco, a veces rellenos o hechos para ir con otros alimentos principales.
“Arepa le decimos en Colombia,y en Venezuela –explica el chef–, en el norte se le dice tortilla. Y el país que más la consume es México. Allí respetaron más su lugar como acompañamiento básico”.
Podemos verlo en los restaurantes mexicanos. La tortilla lo acompaña todo. Y no es difícil imaginar un pasado similar de “nuestra arepa”. Si bien, la arepa está en el día a día, quizás tenga protagonismo que recuperar. Gaviria recuerda que generaciones atrás había un molino en cada casa, indispensable para moler el maíz y preparar las arepas del día.
En el 2014, cuando la chef Leonor Espinosa abrió Leo, asociado a una cocina colombiana contemporánea y a manteles, la gente se ofendía porque no hacía ajiaco y porque no ofrecía pan al comienzo. En cambio había arepas. Al final demostró que para ser coherente con el título de embajadora del país en la alta cocina del mundo, a su menú podía faltarle el pan, pero no la arepa (en menús recientes sobresale una de maíz cariaco, parecida a la tortilla, que sirve con pebre de pato).
Pato de patio, arepa de maíz cariaco, uno de los pasos del menú de Leonor Espinosa en su restaurante. Foto:Agencia Vishop
"La arepa es el lgado precolombino de mayor trascendencia cultural relacionado con el maíz como alimento que identifica, tipifica a pueblos rurales y urbanos de Colombia y Venezuela -dice Leonor Espinosa-, respondiendo a evocaciones, a imaginarios colectivos, a memorias comunes que produce sentimientos relacionados con la familia y la patria”.
Es de los primeros bocados que les mostramos a los extranjeros, incluso sin ser conscientes, cuando llegan. No importa si el escenario es un Andrés Carne de Res (donde la estrella es la arepa de chócolo) o si es la de las personas que sacan a la calle su parrilla y las untan de abundante queso y mantequilla.
La oferta es cada vez más rica y variada. Gaviria recogió en su libro 60 arepas (incluyendo el casabe, y las que se hacen con arroz, yuca y otros ingredientes diferentes del maíz), aunque dice que son cientos. Y se suman las que llegaron con la migración venezolana. Estas suelen ser más grandes y rellenas, tanto que parecen un plato fuerte. “Lo más bonito de la arepa venezolana es que tenga la boca como abierta, que se le vea todo el relleno, repletica”, dice Maira García, venezolana al frente de un restaurante de cocina de su país en el Quindío.
Gracias a los venezolanos, cuyas arepas hacen más énfasis en los rellenos y guisos que en las masas, Colombia se ha familiarizado con la reina pepiada (que lleva aguacate, mayonesa y pollo mechado entre sus ingredientes), la pelúa (de carne mechada y plátano frito) y la catira (con pollo).
Era importante que el país se sumara a la celebración del Día de la Arepa. Mañana habrá charlas y clases virtuales centradas en este amasijo del que, así seamos los pueblos más autorizados para hablar de arepas, todavía hay mucho por descubrir. La invitación es a volver a maravillarse con ellas, sus historias y su tradición.
En 2015, la chef Luz Beatriz Vélez llevó a Madrid Fusión unas arepas de güiba, que antes de su cocción se rellenan con un puré de alverja. Emocionaba saber que esas pequeñas bolitas con hogao tenían tanto que ‘decir’ de nuestros valores culinarios, no solo al resto del mundo, sino a nosotros mismos.
La reina pepiada es una de las arepas venezolanas más famosas. Foto:Cortesía: ACDI/VOCA
Clases virtuales y 'lives'
- Club Colombia Sessions, clase virtual (mañana, 7 p. m.), será sobre arepas. Con Carlos Gaviria y Tulio Zuloaga, www.clubcolombia.com.
- #LaArepaNosUne. A las 11 a. m., vea el FB Live de Tulio Recomienda y a las 3 p. m., el live de @Marialuisaflores. Abordarán la arepa como punto común de Colombia y Venezuela. Organiza el programa de Alianzas para la Reconciliación de Usaid y Acdi / Voca.