La inflación está disparada, es la más alta en décadas. No es noticia que sorprenda. Día a día estamos viviendo cómo los precios de los alimentos suben sin parar. Nada más actual que la famosa obra del maestro Antonio Caro de 1978. Un cartel en el que utiliza letras negras en mayúsculas para escribir la frase ‘TODO ESTÁ MUY CARO’. Resume el lamento cotidiano de las personas al momento de comprar lo básico de la canasta familiar. Obra premonitoria.
Con canasto en mano, me fui para la plaza de Paloquemao a buscar los alimentos más baratos (o no tan caros) y a conocer la opinión de los vendedores. Curiosamente no los vi alarmados, pareciera que ya se han acostumbrado a estos incrementos que no dan tregua.
Dicen que las personas siguen comprando, aunque en menor cantidad, y que al mismo tiempo ha aumentado el número de visitantes. Sin duda es más económico, además de fresco y variado, mercar en las plazas. Muchos están migrando de las grandes superficies a estos mercados, que los hay por todo el país.
Para la industria gastronómica, la situación tampoco está fácil. La compra de la mayoría de los insumos para preparar sus platos está imposible
Para la industria gastronómica, la situación tampoco está fácil. La compra de la mayoría de los insumos para preparar sus platos está imposible, así que han tenido que adaptar sus menús y/o incrementar los precios de la carta.
Obvio, no faltan los clientes que se molestan, a ellos les recomiendo que se informen, lean noticias y de la actualidad del país. También les digo a los amigos restauranteros que tampoco se aprovechen ni abusen con los incrementos, se pueden quedar sin el pan y sin el queso. Todos estamos afectados por la inflación.
La realidad es que a muchos nos ha tocado cambiar la dieta porque el palo no está para cucharas. Todos los días nos levantamos pensando ¿hoy qué comemos? Soy optimista y creo que podemos seguir haciéndolo sabroso y balanceado a pesar de la situación.
Estas son algunas de las decisiones que he tomado:
- Foco en el producto nacional.
- En los mercados converso con los vendedores, otra de las ventajas de las plazas, quienes guían y también conocen el origen de frutas y verduras, está chévere saber de qué tan cerca o lejos vienen para tener certeza de su frescura.
- He aprendido que las recetas, más que una fórmula fija, sirven como guía para crear nuevas preparaciones. Simplemente reemplazo ingredientes que tengan características similares o que sean de la misma clase y que estén a mejor precio. Me ha funcionado en casi todos los casos.
- Busco productos en cosecha o temporada.
- En cuanto a las proteínas animales, hay montones de recetas y formas de preparar cortes que no son los de primera y que son más económicos. En algunos casos requieren de cocciones largas o en olla a presión para ablandarlos. Me gustan porque tienen sabores más intensos y combinan con verduras y hierbas aromáticas como en estofados, guisos y sancochos.
Para estar a tono con el tema de moda: tocó meterle decrecimiento y creatividad a la situación. Buen provecho.
De postre: Ya oyeron mi pódcast con Michelle Morales para El Gourmet: ‘¿Qué comes que adivinas?’.
MARGARITA BERNAL
Para EL TIEMPO