Soy fan de Crêpes & Waffles desde que lo conozco. Creo que es difícil encontrar en los restaurantes colombianos una mejor relación calidad/precio.
Lograron evitar que la fama y los buenos resultados los llevara a encarecer la carta, a pesar de que sus competidores la elevaban de manera descarada.
Y más bien convirtieron el éxito en un impulso para abrir decenas de restaurantes más, en las zonas más exclusivas y también en las menos favorecidas, igualitos, impecables.
Se come bien, se paga poco y se sale satisfecho de allí. Ese es el secreto. Su carta es amplísima, y no se han limitado a mantener los platos muy exitosos que a diario les piden.
Por el contrario, siempre están renovando, siempre están respondiendo a las tendencias del público: han creado opciones para los vegetarianos, para los que andan fascinados con la onda oriental, para los que descubrieron las bondades de la cocina peruana.
Su barra de ensaladas, un verdadero lujo con el que siempre me gusta iniciar mis visitas a este lugar, suele incluir también nuevos ingredientes que han entrado a la canasta de los colombianos: la quinoa, por ejemplo, o los pequeños tomates de colores.
Estuve en Crêpes & Waffles recientemente y encontré entre las novedades una crêpe que me motivó a escribir esta columna, porque describe a la maravilla el espíritu de esta cadena colombianísima.
Se llama sombrero vueltiao, lleva carne desmechada preparada con hogao y llega a la mesa sobre puré de plátano maduro, acompañado de suero costeño, aguacate y un picadillo tipo pico de gallo.
Una crêpe muy colombiana, sin duda, y muy sabrosa. Un viaje culinario a esas hermosas tierras cordobesas en donde se fabrica con maestría este sombrero, que se convirtió en uno de los símbolos de nuestro país, en una de las artesanías más apreciadas por los visitantes.
Si bien las crêpes son de origen francés, no hay duda de que este restaurante las ha colombianizado con platos como el sombrero vueltiao y las ha americanizado con ingredientes como la peruana salsa a la huancaína o el huitlacoche, también conocido como la trufa mexicana.
SANCHO
Crítico gastronómico