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Algo huele mal en la industria gastronómica
La cara oscura y desconocida de esta importante y próspera industria.
“Me gustaría vivir como una persona normal. Ese fue siempre mi pensamiento, que si obtengo suficiente dinero, podré vivir como una persona normal, pero ya ni siquiera sé qué es eso”. Anthony Bourdain.
NO USAR ESTA FOTO Foto:Foto / Cortesía
En días pasados compartí en las redes sociales unas imágenes en las que se muestra cómo les toca comer, durante la jornada laboral, a muchos cocineros y meseros en el mundo. Escondidos, sentados en el piso, en cajones o incómodos dentro de la cocina.
En conclusión, en espacios donde hay mesas y sillas que en la mayoría de los casos están desocupadas ya que los horarios para alimentarse son diferentes a los de los clientes.
Pero les toca comer como animales. Una violación a la dignidad y a los derechos humanos de los trabajadores. Lo preocupante es que se ha normalizado y para muchos es lo habitual. No. No es normal y no es correcto. Basta ya de romantizar las malas e inadecuadas condiciones de trabajo.
Sin entrar en detalles, recibí al menos 500 comentarios de empleados de la industria, en distintos países, contándome cómo viven esto en los restaurantes donde laboran. La mayoría eran quejas y denuncias que les han hecho perder el amor por la profesión.
Por otro lado, también, aunque pocos, había algunos donde narran que la hora de comer es un momento para compartir en las mesas o en un espacio adecuado. Cómo debe ser. Aclaro que también me contaron que hay comensales que se quejan porque los empleados usen las mesas y/o baños de los clientes. Sin palabras.
El pasado 10 de octubre fue el día Mundial de la Salud Mental y este es uno de los temas que afectan a la industria gastronómica y del que poco se habla. La glamurosa vida de los chefs que vemos en los medios y películas tiene mucho de ficción. La presión, exigencia y disciplina que se requiere en esta profesión conllevan graves dolencias mentales y físicas.
Los altos niveles de estrés, los horarios, el ambiente hostil, los clientes insoportables, las pocas horas de descanso, las inadecuadas condiciones laborales, malos tratos, bullying, baja remuneración, presión, acoso, más el desgaste físico de estar muchas horas de pie, hacen que este sea una de los sectores con mayores cifras en problemas de salud mental. Lamentable crisis que está destruyendo y acabando con vidas y familias.
Depresión, ansiedad, mal humor, decepción, alcoholismo, drogadicción, tristeza, cansancio físico y mental son algunos de los síntomas más comunes.
Estas palabras son un urgente llamado de atención y una alerta para darle visibilidad a esta grave situación. Van dirigidas a empresarios restauranteros, dueños, jefes, agremiaciones que se encargan de vigilar y regular y clientes.
Hay que actuar ya. Se está enfermando el recurso humano, eje del sector. Se requieren normas y leyes para proteger a los empleados, que garanticen sus derechos básicos y fundamentales y que otorguen un ambiente laboral digno para quienes con cariño, pasión y dedicación nos alimentan. Es la cara oscura y desconocida de una importante y próspera industria. ¿Buen provecho?