Con un personaje del nivel de Bernardo en la telenovela
'Te la dedico' (un joven con autismo), el actor
Rafael Zea tuvo que documentarse en muy pocos días sobre este trastorno, del que los médicos hablan desde 1943.
Según algunos documentos médicos, los trastornos del espectro del autista (TEA) “se caracterizan por deficiencias persistentes en la comunicación social y en la interacción social en diversos contextos, unidas a patrones restrictivos y repetitivos de comportamiento, intereses o actividades”.
Y para su personaje, y en tiempo récord, Zea hizo una investigación de textos, vio series y se fue a la
Liga Colombiana de Autismo, “donde una psicóloga me asesoró y pude reunirme con algunos de los muchachos que van allí”, cuenta.
Aprendió, entre otros aspectos, que cada persona que tiene autismo es como una huella dactilar, único. Su caso no es similar al otro. Y que hay unos casos más fuertes que otros.
Así empezó a aparecer Bernardo, uno de los amigos de Wilson, el protagonista (Pipe Bueno) y, al mismo tiempo, amigo de su amigos, porque todos lo acogen.
Bernardo vive alejado de su familia, en un apartamento lleno de comodidades. Tiene de todo: juegos, libros, televisión, comida, jugos, medicinas, cuadernos, colores, dinero para sus necesidades. “Pero le hace falta algo: amor, y eso, precisamente, es lo que busca”, cuenta.
Zea (Bogotá, 29 de noviembre de 1978) dice que este personaje es un privilegio. “Estas personas son muy puras, de las que vale la pena enamorarse, su nivel de transparencia es impresionante, enfrentan un mundo que no los entiende. Para ellos es muy difícil pertenecer a la sociedad, porque su visión es la verdad, de no mentir”.
A Zea, además, le llamó la atención saber que a muchas personas que son casadas, tienen hijos y aparentemente llevan una vida normal les han diagnosticado algún nivel de autismo ya en su vida adulta.
Estas personas son muy puras, de las que vale la pena enamorarse, su nivel de transparencia es impresionante, enfrentan un mundo que no los entiende
“Lo difícil es que tienen muchos conflictos. Como son tan transparentes, como confían tanto en los demás, en que son buenos, el mundo les vive rompiendo el corazón”,
agrega.
En la producción está Mónica, la mujer que ha sido su cuidadora, que es abusada por su esposo y que le empieza a mentir a Bernardo para que no sufra por su realidad.
“Él no puede entender esas mentiras. Bernardo se rige por reglas, por rutinas. A los demás, la sociedad nos ha acondicionado a mentir, pero para las personas autistas es frustrante”. Mientras, el pedazo de la historia de Mónica tiene tintes de terminar muy mal y Zea sigue grabando su personaje y no sabe todavía qué pasará con esa mujer que le ha entregado tanto cariño, lo conoce y lo comprende, pero que también, para tratar de salvarse, incluso lo ha robado.
Formado en el teatro, Rafael Zea estudió en la Casa del Teatro y en la Asab. Llegó a la televisión en el 2010 a El man es Germán, como Michael Giovanny de los Santos, uno de los amigos del protagonista.
Él no puede entender esas mentiras. Bernardo se rige por reglas, por rutinas. A los demás, la sociedad nos ha acondicionado a mentir, pero para las personas autistas es frustrante
En una obra teatral, una productora de RCN lo vio y lo llamó para audicionar. “Me fue muy mal, yo desconocía el lenguaje de las cámaras. En la segunda audición también me fue mal y yo creo que el director se durmió”.
Pero hubo una tercera llamada en la que Zea dijo que seguro lo iba a hacer mal de nuevo. Con fe, esta productora le dijo que le enseñaba, que era un personaje chiquito.
Pero Michael Giovanny se volvió importante y muy cercano a Germán (Santiago Alarcón), el protagonista. Se volvió parte de su manada y ha estado en las distintas temporadas de la serie.
Fue buen alumno e incluso ha protagonizado telenovelas como Polvo carnavalero, donde representó a Alejandro Mallarino Otero.
De la televisión le gusta “el lenguaje de construir el mundo en un set. En Bogotá se ve lo de Barranquilla. Pero a veces por la velocidad no se puede desarrollar mucho. Bernardo, por ejemplo, ameritaba meses de preparación y tuve que esbozarlo en dos días. Hay muchas escenas diarias, se corre mucho, pero aquí se hace con gente muy profesional”.
El teatro, agrega, “es la cercanía con el público, uno está desnudo en el escenario, con el cuerpo se está pintando parte de la escenografía. Es la energía desde los pies hasta el pelo”.
Muy pronto estará al aire con Las Villamizar, una serie de época de Caracol que se hizo con filigrana, donde es un psicópata, Albarracín, uno de los villanos.
Está bien entrenado. Su preparación como clown le ha ayudado con sus personajes, “me ha dado un rango más grande en este trabajo que amo, con regalos tan bonitos como Bernardo”.
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EL TIEMPO
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