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La dramática historia de los luchadores Von Erich: fama, drogas, traumas y muerte
La película Garra de hierro está basada en un caso de la vida real.
Los hermanos Von Erich lograron una conexión deportiva impresionante en el ‘ring’ que solo se opacó por la tragedia que rodeó sus vidas. Foto: FOTO: A24
El mundo de la lucha libre siempre ha sido la inspiración para un cine dramático, lleno de sangre, hematomas y para crear una fábula de perdedores o personajes venidos a menos que encuentran un poco de aire para su alma entre patadas, llaves y puños.
Uno de los ejemplos más famosos lo tiene la cinta El luchador, que le dio un Globo de Oro a Mickey Rourke en el 2009 en su doloroso papel de Randy Robinson, un exluchador en decadencia que sobrevive peleando en una división de baja categoría, tras vivir solo de una fama efímera en los grandes cuadriláteros. La historia hablaba de redención, pero también de un deporte espectáculo que drenaba lo mejor de sus cultores y luego los tiraba a la esquina del olvido.
Algo parecido es lo que ofrece Garra de hierro, la película del director canadiense Sean Durkin, quien decide cercenar un poco ese halo de fantasía y fama que se cierne alrededor del mundo de la lucha libre, para contar el drama de una familia que termina destrozada cuando sus hijos deciden probar suerte como los titanes del ring en la época dorada de ese espectáculo: entre los 70 y los 80.
Los hermanos Von Erich lograron una conexión deportiva impresionante en el ‘ring’ que solo se opacó por la tragedia que rodeó sus vidas. Foto:FOTO: A24
Ante un drama brutal, en el que se cuenta la increíble historia de los Von Erich y sus cuatro hermanos, se meten de cabeza en la lucha libre. Junto a su padre, Fritz von Erich, quien ve en sus hijos lo que nunca pudo alcanzar. Estricto, obsesivo y enfocado en convertirlos en estrellas de la sangre y la testosterona, el patriarca los lleva hasta los límites físicos y emocionales, lo que al final los destruye por dentro.
Garra de hierro, que se estrena este jueves en las salas de cine, concibe ese choque entre el aplauso y el exceso, sumados a la tragedia. Porque el dolor siempre se encarga de lastimar a los protagonistas, cuando todo parece indicar que han acariciado el triunfo. “Mamá intentó protegernos con Dios, papá intentó protegernos con la lucha libre, dijo que si éramos los más duros, los más fuertes, nada nos pasaría”, dice en un momento del filme Kevin, interpretado por un Zac Efron irreconocible entre una masa de músculos y una fragilidad psicológica que salta a la vista. Estaba equivocado.
La historia pretende debatir acerca de los traumas de un padre un tanto opresor, la idea de ganar por encima de todo y los excesos y las consecuencias de poder responder a las expectativas. Su director, Sean Durkin, parece estar empecinado en rendir de alguna manera un homenaje al esfuerzo de unos hermanos que terminan muy mal.
“Realmente quería algo que celebrara a la familia, a la lucha libre, y que mostrara su hermandad y su amor, pero también que examinara y desafiara a ese deporte y a ese tipo de falsos ideales de virilidad, a unos ideales aplastantes de masculinidad”, confesó en una entrevista con Wonderland Magazine.
Los hermanos Von Erich lograron una conexión deportiva impresionante en el ‘ring’ que solo se opacó por la tragedia que rodeó sus vidas. Foto:FOTO: A24
Acercándose a lo que hizo El luchador, Garra de hierro expone sin pudor las drogas, las carencias emocionales, la brutalidad y algunos destellos de la fama, mientras ve desmoronarse poco a poco la tierna hermandad de los protagonistas, que pasan de estar ligados a un objetivo común de brillo en el deporte a convertirse en sus peores enemigos.
“Estamos malditos”, dice Kevin, tratando de entender cómo con cada triunfo llega una desgracia. Garra de hierro sorprende por su calidad visual, sus peleas, pero sobre todo como plantea aue la delgada línea entre la obsesión y el triunfo es más mortífera que una patada o un puño en el ring.