'La sirenita', la película que no se dejó hundir y es una grata sorpresa

Rob Marshall sonríe y su expresión es de tranquilidad, casi con un aura de pícara venganza, demuestra que lo logró.

El director de la versión de acción real del clásico animado 'La sirenita' (se estrena el 25 de mayo en cines) se siente blindado contra la avalancha de críticas en redes sociales de gente (que sin verla aún) dijo que se había destruido algo intocable, que la actriz no tenía el carisma ni el aspecto para encarar la aventura y que el fantasma de la inclusión forzada había logrado colarse en el nuevo proyecto de Disney.

Pero todos fallaron, 'La sirenita' es una película agradable, y la actriz, Halle Bailey, que se metió hasta el fondo de este mar de aventuras y ataques, sale bien librada. La trama de una sirena que vive encerrada en su reino bajo el agua y tiene –gracias a su juventud– una expectativa por lo que hay más allá de sus fronteras fluye muy bien.

Ariel tiene el espíritu de una exploradora y un padre sobreprotector (el rey Tritón), interpretado por Javier Bardem y que juega al monarca que tiene miedo de abrirse a lo que lo rodea y que siempre ha querido tener lejos de sus dominios: el mundo de los humanos.

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El sueño de ver lo que hay en la superficie, el amor como detonante de una necesidad de escapar un poco de la presunta cómoda vida marina, sumados al enfrentamiento con Úrsula –la antagonista y malvada bruja que quiere dañarle la vida a Tritón– dan paso a una aventura llena de música y en la que el conflicto es la fractura del vínculo de Ariel con los suyos.

La princesa del mar nada a gran velocidad en un ambiente marino oscuro, lleno de objetos de barcos que se han hundido y la protagonista ha guardado como tesoros. Es feliz, pero le falta algo y eso lo equilibra con momentos divertidos y tiernos junto al flemático cangrejo Sebastián y la torpe y divertida gaviota Scuttle, mientras canta sus anhelos y se enamora de un príncipe llamado Eric que también está tratando de encontrar su lugar en el mundo.

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Aunque tiene momentos que parecen frenar la aventura de la pareja (algunos diálogos muy largos), en general, La sirenita de Rob Marshall es más profunda, un poco más épica y con una propuesta visual intensa que sigue la transformación que vive Ariel.

En realidad consigue mostrar las consecuencias y los retos de ese importante paso de madurar. Pero no es un drama, sino un cuento en el que ella sufre, llora, pero también lucha por cambiar por dentro y hasta debe pelear para alcanzar el objetivo.

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“Cuando volví a ver la historia original, nos encontramos con una hermosa, verdadera y contemporánea historia acerca de una joven que quiere algo diferente para su vida y aprende que no debe tener miedo de los otros (en este caso, el mundo de los humanos), y adoramos cómo ella va rompiendo barreras y eso tiene un mensaje profundo, ahora que parece que vivimos en un mundo muy dividido en el que hay que tirar abajo muchos muros que nos separan”, insiste el director de la cinta, Rob Marshall, en una charla vía Zoom con EL TIEMPO.

Recordado por películas como Chicago o El regreso de Mary Poppins, este realizador reconoce que llevar a buen puerto una nueva versión de La sirenita representó uno de los retos más grandes de su carrera.

“Sin duda, todo fue un reto, crear este mundo acuático, las canciones, trabajar con condiciones para crear la cinemática de fantasía, cada movimiento, cada paso de los actores, cada escena con miles de litros de agua, cada detalle del vestuario, en fin, todo en la película fue creado con una precisión (y amor) muy potente”.

A eso habría que sumarle la campaña negativa de algunas personas y hasta ciertos ataques racistas que pretendían opacar la propuesta, mucho antes de su estreno en los cines.

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Marshall toma un poco de aire y responde a ese factor inesperado con el que tuvo que lidiar por fuera de la exigencia típica de una cinta con el sello de Disney. “Me siento fantástico; la premier mundial, realizada hace poco, fue increíble. La gente lloró y, ¿sabes?, una historia de acción real es algo muy diferente a una película animada, tomamos lo bello de la original y siento que expandimos las posibilidades que podía dar la nueva cinta. Ese era mi objetivo, que fuera una narrativa que moviera algo, que fuera divertida y fue extraordinario hacerlo”.

Para él, “La nueva cinta de La sirenita es más una reimaginación que una versión con actores de carne y hueso”. Marshall dice se sorprendió con el trabajo de Halle Bailey en el papel de Ariel.

“Se conectó profundamente con la actuación y la interpretación de las canciones. Ella brillaba con toda esa fuerza natural, toda esa vulnerabilidad y una gran voz; todos los elementos que el personaje exigía. Además, podía cambiar rápidamente de estado de ánimo y lidiar con la tensión familiar, una gran tormenta, un impresionante naufragio o un momento muy emocional”, recalca emocionado.

ANDRÉS HOYOS VARGAS

@CulturaET