Así como una buena alimentación y actividad física previenen enfermedades de todo tipo, también hay hábitos enfocados en gozar de una buena salud financiera, evitando sobre endeudamiento, obligaciones que superan la capacidad de pago, intereses por mora, entre otros.
Sin embargo, hoy el país tiene un problema y es que las personas han perdido la cultura del ahorro, es así como a través del paso del tiempo y con la llegada de las nuevas generaciones las excusas son el pan de cada día a la hora de pensar en su futuro.
En la actualidad, existe una cultura de la inmediatez, siete de cada 10 colombianos afirman no tener suficiente ingreso para ahorrar. Según varias encuestas en el país, los colombianos tienden a programar sus metas cada vez en ciclos más cortos, en algunos casos por incertidumbre o por temor a que sus objetivos sean aplazados.
Las excusas de los colombianos
Tener la disposición de empezar a reservar dinero para el futuro es una gran decisión, no obstante, a la hora de iniciar un ahorro se generan miedos que alejan más y más a las personas de esta práctica. Ciertamente, la mayoría de los colombianos tienen varias excusas y factores que impiden el ahorro, entre ellos se destaca:
- Para ahorrar se necesita una gran cantidad de dinero.
- Únicamente se debe ahorrar el dinero que sobra.
- Se asocia el ahorro con sacrificio y esfuerzo.
- Ingresos bajos
- Poca educación financiera
- No tienen metas u objetivos claros, en otras palabras, no saben para qué van a guardar la plata.
- Ahorro guardado “bajo el colchón”, haciendo que el ahorro se vaya en un abrir y cerrar de ojos.
“El ahorro debe tener un propósito claro que es generar tranquilidad para un momento de dificultad, para una calamidad, para ese tipo de situaciones debería pensarse”, explicó Bancoomeva.
El ahorro por generaciones
Para la generación Baby Boomers (adultos mayores), ahorrar ha sido la prioridad, pues siempre han creído que el mañana será peor que el presente.
Por otra parte, la generación X no confía en la obtención de una pensión y prefiere tener su propio sistema de ahorro para enfrentar momentos complejos, como un accidente, enfermedad o desempleo, ya que no les gusta depender de otro.
Para la generación Y vivir y disfrutar el presente es la regla número uno: aman socializar y comer fuera de casa. Actualmente, son quienes más acceden a créditos, ya que viven para privilegiar experiencias como viajar o adquirir tecnología de punta. “En pandemia creció su deseo por comprar carro o moto, para evitar el contagio al usar transporte público.
Finalmente, la generación Z ha visto en sus padres el precio de la falta de educación financiera, así que usan la tecnología para medir sus gastos, optimizar su presupuesto y las redes sociales son su aliado número uno al elegir para qué ahorrar o en qué gastar.
En conclusión, el ahorro es una decisión que se alimenta de la diciplina de las personas y que se debe promover desde las entidades financieras para incentivar el bienestar económico de ciudadanos, hogares, empresas y, en consecuencia, del país.