La economía mundial es dependiente de los combustibles fósiles, los cuales producen material particulado y emisiones de gases efecto invernadero, acelerando el calentamiento global, y colocando en riesgo la existencia de la humanidad. Los países han implementado acciones de adaptación y mitigación al cambio climático, por ejemplo, las del proceso de transición energética hacia una economía más limpia, con un objetivo, impedir que la temperatura en la tierra incremente por encima de 1.5oC o 2.0 oC, donde la vida como la conocemos siga siendo preservada.
La transición energética es un paso de la forma como producimos, transportamos, almacenamos y utilizamos la energía; utilizar fuentes no convencionales de energía renovable como la solar, la eólica, la biomasa, el hidrógeno etc, para la producción y consumo de energía contribuyen a la reducción de emisiones, atrae inversión y genera empleo. La utilización de vehículos híbridos y eléctricos, equipos y dispositivos más eficientes energéticamente generan ahorros y promueven el desarrollo de economías bajas en carbono.
El Gobierno colombiano promulgó Ley de transición energética Ley 2099 de 2021 como complemento a la Ley 1715 de 2014 de promoción de la eficiencia energética y de integración de fuentes no convencionales de energía. Con este marco jurídico entre otras leyes y su respectiva reglamentación, se cuenta con herramientas para la apropiación de tecnologías limpias para la sustitución de combustibles fósiles en las economías y los hogares.
¿Cuánto tiempo debe tardar el país en hacer la sustitución? ¿10, 30 años o más?, lo cierto es que, no se puede hacer de un día para otro, es un proceso gradual, e inclusive sectorial, depende de cada país, del estado en el que se encuentre al inicio del proceso, las dinámicas y fuerzas del mercado, así como las metas que se quieran lograr en el corto, mediano y largo plazo; de la voluntad política, económica y social de un cambio hacia la sostenibilidad.
Se propone realizar una mirada multidimensional de la sostenibilidad, considerando aspectos técnicos, económicos, ambientales y sociales en la valoración del impacto de las acciones de la transición energética y en este caso con equidad, para que el beneficio llegue a toda la sociedad en cualquier lugar del territorio que se encuentre, teniendo presente que ella está compuesta por productores y consumidores hoy también prosumidores.
La Universidad EIA contribuye a la sociedad acompañando su proceso de transición energética hacia la sostenibilidad, como la implementación de energía solar en su sede de Las Palmas, la Especialización en Energías Alternativas y su grupo de trabajo EnergEIA entre otras, a través de los cuales se acompañan a las personas naturales y jurídicas en su proceso de transición energética por medio de las funciones sustantivas de la universidad en docencia, investigación y extensión.