Aldeas es un programa de Empresas Públicas de Medellín (EPM) que va más allá de la prestación de servicios públicos. Es un proyecto innovador vigente desde 2011, que permite aprovechar la madera que cumple su período de maduración en las más de 4.000 hectáreas de plantaciones alrededor de sus embalses, con el propósito de darle valor agregado a través de un portafolio de soluciones constructivas en este material, para comunidades y territorios en alto grado de vulnerabilidad, en los lugares donde la compañía hace presencia.
En línea con lo anterior, y de acuerdo con Ana Milena Joya Camacho, gerente Ambiental y Social de Proyectos e Ingeniería en EPM, esta iniciativa pasó de entregar más de 2.000 viviendas campesinas en los 11 años que lleva el programa, a reinventarse y construir otra infraestructura en madera como aulas ambientales, casetas comunales, parques infantiles y escuelas rurales indígenas, que benefician a la comunidad.
Aldeas es un programa validador de la presencia de EPM en los territorios, y recoge todos los elementos de la concepción que se tiene de la sostenibilidad: protección del ambiente, creación de oportunidades para la gente, construcción de tejido social, equidad y una vida digna y de calidad para las familias. Es parte de lo que se ha llamado la construcción de territorios sostenibles y competitivos, que se desarrollan mediante alianzas y que le da un sentido profundo al quehacer de la Organización.
De hecho, recientemente, con una inversión cercana a los $1.500 millones, EPM entregó 18 viviendas a la comunidad del resguardo indígena Carupia, situado en la vereda Tacuyarca del municipio de Cáceres, como parte del Plan de Acción Específico (PAE) de Hidroituango que se viene implementando desde 2018 en los municipios de Valdivia Tarazá, Cáceres, Caucasia y Nechí. Las viviendas tienen un área de 62 m2 y cuentan con tres habitaciones, cocina con estufa eficiente, zonas de baños y ropas y espacio abierto de sala comedor. Además, se entregaron con la conexión al servicio de energía y saneamiento básico a través de pozos sépticos individuales.
El proyecto se gestionó en alianza con la Gobernación de Antioquia y el municipio de Cáceres y su diseño fue consultado y acordado con la comunidad indígena y sus autoridades a través de talleres de imaginarios, como un signo claro de respeto a su dignidad y a su cultura.
También, en alianza con la Gobernación de Antioquia y algunas istraciones municipales, se han construido 13 escuelas rurales indígenas en Urabá, Bajo Cauca y el Occidente antioqueño, que son espacios dignos diseñados con los mayores y los niños de las comunidades embera y senú, para que los más pequeños convivan, aprendan, sueñen y mantengan viva su esperanza en un futuro más incluyente.
Beneficios ambientales y sociales
Durante sus 11 años de ejecución, esta innovadora iniciativa ha permitido beneficios como el mejoramiento de la calidad ambiental en las áreas de influencia de EPM, la gobernanza forestal a través del aprovechamiento sostenible de la madera que completa su ciclo de maduración y la renovación de los bosques propiedad de EPM y el encadenamiento del sector forestal y la construcción, lo que permite la generación de empleos y la dinamización de la economía local y regional.
Asimismo, ha facilitado el fortalecimiento de alianzas público-privadas para la promoción del desarrollo social y el mejoramiento de la calidad de vida de las comunidades, la construcción de hábitats seguros en el entorno rural donde las familias puedan seguir impulsando el desarrollo sostenible del país, la viabilización de los proyectos y la validación de la presencia de EPM en los territorios.
Planeación y diseño en conjunto
Los diseños de las infraestructuras se hacen mediante talleres con las comunidades, que permiten conocer la cultura y ahondar en la cosmogonía de la población beneficiada por Aldeas.
Así las cosas, EPM invierte seis meses aproximadamente en visitar a la comunidad indígena en sus resguardos, acompañarla y realizar los talleres de imaginarios y el diseño de la infraestructura, de acuerdo con sus costumbres y experiencia. La ejecución, por otro lado, depende de temas istrativos y de la firma de convenios con entidades como la Gobernación de Antioquia o los municipios, la cual puede durar de tres a nueve meses.
Uno de los desafíos que influye en el tiempo de entrega de la infraestructura, es la distancia del territorio y, por consiguiente, el transporte que se requiera para llevar la madera y otros materiales.
‘’La gestión social y diseños arquitectónicos los realizamos con EPM, con recursos propios y el aprovechamiento forestal de la madera. Son cerca de 400 millones de pesos lo que puede costar la construcción de una escuela’’, puntualizó Ana Milena Joya Camacho, gerente Ambiental y Social de Proyectos e Ingeniería.
EPM contempla en su planeación de proyectos, firmar para este año y el siguiente un convenio para hacer 20 nuevas escuelas indígenas, 14 viviendas indígenas y cinco casetas comunales; ‘’estamos adelantando ese convenio y vamos a construir una nueva sede para los funcionarios de EPM en el municipio de Apartadó’’.