Alimentar el cuerpo es tan importante como alimentar el alma

Como parte de la labor que la Fundación Éxito ha venido realizando a favor de la primera infancia en temas de alimentación y crecimiento en los primeros mil días de vida, la entidad desarrolló el foro ‘Nutrición para el cuerpo y el alma’, un encuentro en el que expertos explicaron cómo la alimentación del cuerpo y el alma se convierten en un acto de amor. Y es que impulsar las habilidades del alma es tan importante como recibir vitaminas, proteínas y minerales.

De acuerdo con Juan Carlos Burgos, nutricionista de la Fundación Éxito, la nutrición integral es un concepto que va más allá de solo la nutrición del cuerpo. “Consiste en que los niños y madres gestantes tengan desde lo alimentario, lo mejor para que se dé un adecuado desarrollo, pero también desde los aspectos del alma, esos aspectos que tienen que ver con la cultura, el afecto y la sana convivencia. Es proveer al niño, proveer a la familia, proveer a la madre, todos estos elementos para que haya un crecimiento físico y espiritual”, afirmó.

Por otra parte, en lo relacionado a nutrir el alma, Sandra Zuluaga, directora de la Fundación Ratón de Biblioteca, se refirió a aquellas herramientas que son clave durante dicho proceso, diciendo que “así como una familia gestante empieza a hacer el ajuar para recibir al bebé, nosotros hacemos un llamado para que haya libros, historias y una conversación desde el lenguaje de ese bebé; sugerimos un énfasis en la literatura, en la música y en los arrullos”.

En línea con lo anterior, en los primeros mil días de vida del niño, un periodo que va desde la gestación hasta los dos primeros años, en donde el bebé va a ganar más peso y en el que su cerebro se va a desarrollar hasta en un 85 por ciento, es necesario proveer los nutrientes y cuidados adecuados, evitando la malnutrición.

“La malnutrición puede darse por déficit, que es lo que normalmente nosotros desde la Fundación Éxito apoyamos. Apoyamos a aquellas familias con niños que tienen retraso en la talla o desnutrición crónica y también que padecen desnutrición aguda. Pero el otro espectro de la malnutrición es aquellos niños que tienen exceso de peso. No es saludable que un niño tenga un exceso de peso para su estatura o para su edad; los dos extremos no son adecuados”, argumentó Burgos, agregando que “en cualquiera de los dos casos, debemos recibir la asesoría de profesionales de la salud para que ese proceso sea más llevadero al interior de las familias. Es importante tener en cuenta que los niños kilo a kilo requieren, por ejemplo, más proteínas que nosotros los adultos o kilo a kilo más calorías que nosotros los adultos; debemos priorizar la alimentación de la mejor calidad y las porciones adecuadas”.

Precisamente, parte de dicha nutrición bien lograda se centra en los alimentos que verdaderamente nutren al niño, y en ese sentido, el primer paso es incluir, como lo dice la Organización Mundial de la Salud, la lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida y después combinarla hasta los dos años con alimentos adecuados para su edad.

“Se debe empezar con la inclusión de los distintos grupos de alimentos que contengan una variedad de nutrientes porque el cuerpo humano lo requiere para que se cumplan todas sus funciones vitales (...). Ahora, para que de verdad empiece a disfrutar los vegetales, lo primero es el respeto por el niño, los gustos y los disgustos alimentarios. Pero entonces un momento clave para allanar ese camino es el adecuado inicio de la alimentación complementaria; hablamos que desde los seis meses, los niños deben incluir en su dieta verduras, frutas, leguminosas, carnes, entre otros, de manera regular para que vayan conociendo y aceptando los alimentos”, explicó el nutricionista.

Por otra parte, Burgos expuso cuál es el proceso para guiar al niño para que empiece a comer solo, diciendo que “desde el inicio de la alimentación complementaria, se deben establecer rutinas para horarios en la alimentación y tratar de ser nosotros muy juiciosos en respetar y en cumplir esas rutinas de los horarios, los momentos, los espacios y de la autonomía misma del niño para el consumo de los alimentos (...) Existen muchos estudios que han determinado que los niños, así nosotros como mamás o papás tengamos la percepción de que no están comiendo bien y que no van a crecer, efectivamente sí lo hacen porque el mismo niño se encarga de regular desde su cuerpo lo que requiere para que se dé un adecuado crecimiento”.

Por último, entre las ideas que compartió el nutricionista, aclaró si se deben realizar o no actividades lúdicas al momento de alimentar al niño y de compartir alrededor de la comida. “Considero que para todo hay momentos. Está el momento del sueño, el momento del baño, el momento del ocio y el momento de la alimentación. Para que el niño sea consciente de lo que está consumiendo, de esas texturas, colores, olores y temperaturas, la idea es que, en lo posible, centre su atención en el momento de la alimentación”, apuntó Burgos.

Cuando el foro se centró en la alimentación del alma, se habló de los espacios de conexión con el niño y en cómo hacer para que sienta que llegó el momento lúdico y especial con sus papás.

Así las cosas, la directora de la Fundación Ratón de Biblioteca, expresó que “tanto en la alimentación física como en la alimentación emocional generar ritmos es muy importante, momentos especiales, momentos de encuentro, momentos de jugar y de leer, pues normalmente se lee antes de dormir, pero no necesariamente tiene que ser en ese horario; hacer ritos y ritmos es muy importante, así como vivir en la red social de la familia”.

Pero precisamente, para lograr captar la atención del niño, teniendo en cuenta que es corta en sus primeros mil días de vida y, al momento de leer, hay que implementar un trato adecuado en medio del ejercicio. Según Zuluaga, “primero hay que leer cosas adecuadas a la edad. Al principio es muy importante que el niño interactúe con el objeto - libro, por eso hay libros de tela, libros de hule para el baño, libros con las puntas redondas o libros más gruesos; hay que ir en el juego , viendo cómo se da la situación y su interés”.

Finalmente, Zuluaga recalcó que, si el niño se apasiona durante un periodo de tiempo por uno o dos libros, no hay afán de demostrar un universo más amplio de historias y personajes. “Muchas veces el enamoramiento de ese cuento tiene detrás el enamoramiento de quien se lo cuenta, de que él también quiere demostrar que es hábil y ya se sabe las palabras o ya sabe qué va a pasar; entonces hay que darse tiempo en ello, no hay que apresurarse porque vendrán muchos otros temas”, concluyó.

Si desea revivir el foro ‘Nutrición para el cuerpo y el alma’ haga clic aquí.