Propietarios de moteles y residencias en Santander hicieron un llamado a la Alcaldía de Bucaramanga y la Gobernación para que se les permita reabrir sus puertas.
Cerca de 500 establecimientos, entre moteles y residencias, no han sido habilitados para abrir sus puertas durante la pandemia. Christian Camilo Ballesteros, líder de la agremiación de moteles en Santander, asegura que no ve una 'razón lógica' para que no se les permita reactivar sus actividades.
"Siempre hemos estado preparados para los temas de bioseguridad, nos hemos capacitado constantemente durante años porque estamos regidos por normatividades que nos lo exigen como el Plan de Gestión Integral de los Residuos Sólidos (PGIRS)", afirma Ballesteros.
Éste sector económico genera cerca de 50 mil empleos, entre directos e indirectos, debido a que su funcionamiento normal es de 24 horas diarias.
"Un motel genera recursos las 24 horas del día, y sabemos que son pocos los sitios que pueden funcionar bajo esos horarios(…) no entiendo cómo el alcalde de Bucaramanga propone una ciudad que funcione 24 horas pero no nos deja trabajar", acotó el líder gremial.
Ballesteros insiste en que, al interior de un motel, se han cumplido siempre con rigurosidad los protocolos de bioseguridad.
"Luchamos constantemente contra enfermedades de transmisión sexual como el VIH, nuestros empleados de aseo siempre han usado guantes, botas y tapabocas(…) lo único que tendríamos que implementar adicional sería la toma de temperatura y desinfección del calzado al ingreso de los clientes".
Las nóminas de los moteles pueden llegar a ser bastante extensas, pues se requiere personal para cubrir 3 turnos de 8 horas cada uno en diferentes puntos como aseo, seguridad, istración y cafetería.
La indignación de éstos propietarios se incrementó aún más luego de las aglomeraciones que se presentaron en algunas zonas de la ciudad el pasado 19 de junio, cuando se realizó la primer jornada del día sin IVA.
"No entendemos cómo permiten un día sin IVA en el que se veían hasta 4 personas por metro cuadrado en los almacenes, y un transporte público repleto de gente, y nosotros no podemos abrir, cuando tenemos mayor capacidad para adaptarnos a la situación actual", acotó Ballesteros.
Algunos de estos establecimientos han sido multados por la Policía Metropolitana de Bucaramanga debido a que han abierto sus puertas al público sin ninguna autorización, un acto que, para Christian, es un tema de “necesidad” porque la situación “es difícil”.
La situación cada día se torna más complicada para este gremio, y aseguran que, de no hallar una pronta solución para su reactivación, tendrán que verse obligados a cerrar definitivamente sus puertas.
s en redes sociales han escrito a las cuentas de diferentes moteles de la ciudad, preguntando constantemente cuándo sería su reapertura. "Tenemos las redes sociales a reventar, y no sabemos qué decirles", contó Christian.
DANIEL J. BAREÑO
ADN/EL TIEMPO
BUCARAMANGA