Los gobernantes continúan con la mala costumbre de inaugurar obras a medias. Los pasados 20 y 30 de diciembre, con fuegos pirotécnicos, se cortaron las cintillas de los intercambiadores de ‘Papi quiero piña’ (PQP) y Fátima en Floridablanca sin estar al 100 % terminados y uno de ellos no está en funcionamiento. Lo peor de la situación es que ambas obras requieren más dinero y tiempo para culminarse.
Actualmente los contratos de ambos proyectos están suspendidos “hasta nueva orden” y se reanudarán cuando “los inconvenientes que generaron la suspensión hayan sido superados”, se lee en las actas que frenaron las obras. Sin embargo, EL TIEMPO hizo un recorrido por ambos proyectos y encontró personal moviendo tierra y ejecutando tareas pequeñas, pero el grueso de las obras está detenido.
Según el secretario de Infraestructura de Floridablanca, Fernando Mier, el intercambiador de PQP (cuyos ejes viales y el puente peatonal están operando) tiene un avance del 93 % y lo que falta son obras de urbanismo, pavimentación, señalización y subterranización de algunas redes de energía.
Para este proyecto, agregó Mier, se requieren unos dos meses y medio más de tiempo para terminar los detalles faltantes. Allí se había prometido un gimnasio al aire libre y no está instalado, hay cables que pasan por el puente peatonal que podrían poner en riesgo a los transeúntes, parte de los separadores están a medias, los s al puente peatonal no se han terminado, y partes del pavimento están en malas condiciones.
Sobre el intercambiador de Fátima, el Secretario indicó que la obra tiene un avance del 90 % y falta la pavimentación de algunas vías, señalización, terminar el muro de San Bernardo, y otras obras de urbanismo. Para este propósito se requieren tres meses de adición. A este proyecto le hace falta terminar algunos ejes viales como el al barrio Alto Viento, hay conexiones eléctricas abiertas y donde se sembrarían árboles se aplicó cemento.
“En cuanto a obra creemos que con los recursos que hay se pueden terminar, pero estamos esperando que la Gobernación adicione recursos para la interventoría y así reanudar los trabajos”, señaló Mier.
El presupuesto y el tiempo de ejecución para estas obras, contratadas por la Alcaldía de Floridablanca y la Gobernación de Santander, no resultaron como las habían planeado la istración de Héctor Guillermo Mantilla Rueda, exalcalde de Floridablanca; y el exgobernador de Santander, Didier Tavera Amado.
De hecho, Mantilla Rueda le dijo a EL TIEMPO en noviembre de 2017 que la estructuración de los diseños de las obras “nos da la garantía de no extendernos en el tiempo ni en recursos. Puede haber imprevistos, pero para ello dejamos una parte del valor del contrato que se puede usar en estos casos o si sobra que el contratista nos devuelva ese dinero”. Afirmación que claramente no se cumplió.
En cuanto a dinero, el intercambiador de PQP tenía un valor inicial de $36.628 millones más la interventoría por $2.929 millones y un plazo de ejecución de 16 meses. Sin embargo tuvo dos adicionales en dinero por $3.620 y $5.357 millones y en tiempo de cinco meses, pasó a 21 meses de ejecución. Así las cosas, la obra a hoy cuesta $48.534 millones y aún falta adicionarle más dinero.
El de Fátima tenía un costo inicial de $44.965 millones más interventoría por $3.597 millones y un tiempo de ejecución de 16 meses. Pero tuvo dos adiciones por $7.879 y $9.671 millones y de cinco meses, es decir, pasó a costar $66.112 millones y de 16 a 21 meses de ejecución. Aún falta adicionarle dinero y tiempo para terminarla.
Yo sobrevivo porque no pago arriendo pero los demás dejaron los locales. Pido que se terminen las obras rápido
La comunidad del barrio San Bernardo pide que se habilite la obra porque las pérdidas para el comercio han sido enormes. EL TIEMPO contó 12 locales comerciales vacíos en el sector de Santa Fe y pérdidas económicas para otros como Gustavo Rojas, propietario de un taller de ornamentación.
Juan Antonio Torres, comerciante, dijo que ya son dos años en los que el comercio en esta zona “murió. Yo sobrevivo porque no pago arriendo pero los demás dejaron los locales. Pido que se terminen las obras rápido”.
Luis Obdulio Ruiz, de la junta de acción comunal del barrio San Bernardo, señaló que para la comunidad es importante que la obra entre en funcionamiento porque desahogará el tráfico y mejorará la movilidad en los barrios aledaños.
“Estamos esperando que entre en funcionamiento, pero vemos que hay poco personal trabajando. Pedimos al señor Alcalde o a las autoridades competentes que lo pongan en funcionamiento cuanto antes, porque la obra debió entrar a funcionar en agosto. Además, pedimos que no se les olvide el compromiso de recuperar las zonas verdes”, precisó Ruiz.
Por su parte Gonzalo Niño, de la Junta de Acción Comunal de San Bernardo, dijo que el día de la inauguración, el 30 de diciembre, hubo una quema de pólvora que tardó por lo menos más de media hora. “Se gastaron plata en pólvora y la obra aún no sirve, ese dinero debieron invertirlo en terminar el proyecto. Vemos que hay poca gente trabajando y no sabemos cuándo va entrar en servicio. La gente del barrio está preocupada porque el comercio decayó”, dijo Niño.
Por ahora no se sabe cuándo se retomarán los trabajos hasta tanto la Gobernación no adicione el valor de las interventorías. Para ello se requiere que la Asamblea le dé facultades al Gobernador para contratar y esto aún no ha sucedido.
Los contratos de las obras iniciaron el 2 de abril de 2018 y debían terminarse en agosto de 2019.
LUIS ALFONSO CÁRDENAS MATEUS
EL TIEMPO/ADN
BUCARAMANGA