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Netflix elige Calamar, Bolívar, para promocionar 'El juego del calamar': curiosa coincidencia que despertó interés

La grabación deja beneficios económicos y pone al departamento en la mira de futuras producciones internacionales.

Netflix graba promoción del Juego del Calamar en Bolívar. Foto: Cortesía

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Leidys Rivero Martínez

SUBEDITORA02.06.2025 13:16 Actualizado: 02.06.2025 13:16

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Una pequeña localidad del Caribe colombiano se ha colado en el radar de una de las plataformas de streaming más influyentes del mundo. Se trata de Calamar, un municipio de Bolívar que, gracias a la coincidencia de su nombre con el título de la exitosa serie surcoreana 'El Juego del Calamar', se convirtió en locación para la promoción de su tercera temporada.

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Aunque la producción no forma parte del rodaje oficial de los nuevos capítulos, sí se trata de una estrategia de marketing global para anunciar lo que viene en la serie, cuya primera temporada en 2021 se convirtió en el contenido más visto de Netflix, con más de 1.650 millones de horas reproducidas solo en sus primeras semanas. El 31 de mayo, la plataforma presentó un adelanto oficial durante su evento TUDUM, y en él participó parte del material registrado en Calamar, Bolívar.

La elección no fue una coincidencia menor

El nombre del municipio bolivarense captó la atención de los creativos detrás de la promoción, quienes vieron en esta conexión semántica una oportunidad para dar un giro real a su narrativa de expectativa. Fue así como un equipo de producción internacional aterrizó en suelo caribeño para grabar escenas que ahora hacen parte del universo de la serie.

Más allá de lo simbólico, la llegada de Netflix dejó un impacto concreto: alrededor de 200 personas de la comunidad fueron contratadas para hacer parte del rodaje, entre extras, apoyos logísticos y personal de producción.

Este tipo de apuestas refuerzan el potencial que tiene la región Caribe para convertirse en un imán de producciones internacionales, no solo por su riqueza cultural y paisajes, sino también por la conexión que genera en audiencias globales.

Una puerta para nueva producciones

Calamar, ubicado a poco más de 100 kilómetros de Cartagena, es uno de los municipios ribereños del río Magdalena. Aunque hasta ahora su nombre apenas figuraba en los mapas turísticos, la exposición internacional lograda con esta promoción de Netflix podría darle una nueva vida como destino audiovisual.

No es la primera vez que el Caribe colombiano llama la atención de la industria del entretenimiento: ya ha servido de locación para películas como Loving Pablo, Los reyes del mundo o series como Narcos, que han utilizado sus escenarios por su estética única.

Este tipo de iniciativas no solo ponen al departamento de Bolívar en los créditos de una producción con impacto global, sino que también abren la puerta para futuros rodajes, generando oportunidades de empleo temporal, desarrollo local y proyección internacional.

Si algo queda claro con este movimiento es que Colombia —y en particular el Caribe— tiene mucho más que ofrecer que su historia de conflicto: también es tierra fértil para contar historias desde otras perspectivas.

“Bolívar está muy, pero muy de moda”, celebró el gobernador Yamil Arana Padauí, al destacar el hecho. Pero más allá del entusiasmo oficial, lo cierto es que la industria del cine y la televisión está explorando cada vez más locaciones fuera de los grandes centros urbanos y se interesa por escenarios vírgenes, con narrativa propia y facilidad logística. Y ahí es donde municipios como Calamar tienen una oportunidad única de reinventarse.

A medida que las plataformas de contenido buscan ser más inclusivas y globales, también lo hacen sus estrategias de difusión. La promoción de El juego del calamar desde un lugar llamado igual no es solo una jugada de marketing, sino una muestra del poder simbólico que pueden tener pueblos alejados del centro cuando entran en la órbita de los grandes nombres del entretenimiento.

El reto ahora está en cómo capitalizar esa visibilidad para generar desarrollo sostenible, sin perder la autenticidad que los hace únicos. Y en eso, el Caribe colombiano tiene mucho por contar.