Por una difícil situación atraviesa Andrea de Agua, madre de los menores de 7 y 3 años cuyos cuerpos fueron encontrados sin vida en la vía Fonseca – Distracción.
La mujer tuvo que acudir a la solidaridad de amigos y familiares para poder trasladarse hasta Fonseca a darle cristiana sepultura a sus hijos.
Por la temporada de fin de año, no fue posible su traslado desde Facatativá por tierra y por aire de forma directa, por lo que le ha tocado viajar hasta Barranquilla en avión, para desplazarse por tierra hasta La Guajira. Se estima que estará llegando a eso de las 7 de la noche de este 1° de enero.
Los cuerpos de los menores permanecen en la morgue de Medicina Legal de Fonseca, a la espera de que llegue su madre para practicarle una prueba de ADN que confirme su plena identidad para que permita la entrega de los restos.
Andrea había realizado un curso de vigilante y había viajado hace tres días para Facatativá a trabajar, dejando a sus tres hijos de 12, 7 y 3 años al cuidado de su madre.
En parte, quería comenzar una nueva vida alejada del padre de sus hijos, quien en reiteradas ocasiones la venía amenazando para que volviera con él; incluso, hace unos cuatro días la había agredido y le dañó el celular, porque no aceptaba que se fuera de Fonseca.
El principal sospechoso del asesinato de los menores es su padre, Luis Fernando Mojica Zabala, quien, al conocer la noticia que Andrea había viajado, llegó a casa de la abuela el sábado 30 de diciembre y, aprovechando un descuido de esta, llamó a los menores, los montó en un carromoto y se los llevó. La abuela alcanzó a ver la escena y comenzó a gritar, pero no fue posible detenerlo.
Le decía que iba a atentar contra su vida y contra la de él mismo, que iba a realizar algo que iba a lamentar
El periodista Yonairo Gómez, quien ha estado muy de cerca al caso acompañando a la familia y que reportó el caso a las autoridades, asegura que allegados relatan que la pareja tenía un mes de haberse dejado y Mojica venía desde hace varios días enviándole mensajes, incluso le mandó una fotografía con una soga que había comprado.
“Le decía que iba a atentar contra su vida y contra la de él mismo, que iba a realizar algo que iba a lamentar”, cuenta.
En la mañana de este domingo, se enteraron de que una persona había sido arrollada en la vía Fonseca – San Juan del Cesar, a la altura del Puente el Guanábano, por un bus interdepartamental y que había sido trasladada al hospital San Rafael por la gravedad de sus heridas.
Ahí confirmaron que se trataba del padre de los menores y comenzaron a indagarle por el paradero de ellos, a lo que respondía que no sabía nada.
La Policía de Infancia y Adolescencia hizo lo imposible para saber sobre el paradero de los menores, llevándole un cura al hospital para que el hombre confesara y dijera dónde los había dejado, a lo que respondió que “no sabía nada, que los había dejado con un hombre negro”.
El macabro hallazgo
De forma inesperada, un vendedor de cocos que se ubica en la vía Fonseca – Distracción, a la altura del corregimiento de Buenavista, ingresó a pocos metros de la vía y encontró los cuerpos de los menores de edad.
Se estima que pudieron ser asesinados a eso de la 1 de la madrugada, porque desde el punto donde fueron encontrados y de donde fue arroyado su progenitor hay dos horas de camino de a pie.
Yonairo afirma que los familiares de Andrea le habían dado dinero para los pasajes en bus, que significaban cerca de 24 horas de viaje, por lo que, a través de sus redes sociales, inició una campaña para pagarle el tiquete aéreo.
Sobre el padre de los menores, se conoció que tiene 24 años de edad, es oriundo de Santa Marta y se dedica al mototaxismo y no ha querido hablar de los niños.
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Eliana Mejía Ospino
Especial para EL TIEMPO
Riohacha