Análisis: la reducción de muertes violentas en Medellín es un resultado que se debe revisar con cautela, señalan expertos

Sí, pero no. Esa es la definición que hacen los expertos a las afirmaciones del alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, quien asegura que la reducción de muertes violentas y otros delitos de alto impacto en la capital Antioquia se debe única y exclusivamente a la operatividad y articulación con otras entidades.

Lo hizo durante la presentación del balance de seguridad del primer semestre de 2024 cuando aseguró que los hechos de sangre tuvieron una reducción de 23 por ciento, al registrar 29 casos menos que en el mismo periodo del año inmediatamente anterior.

Dijo Gutiérrez que la ciudad lleva tres meses consecutivos con las cifras de homicidios más bajas de los últimos 40 años, comparando la actual Medellín, con aquella de los años 90 donde los muertos estaban a la orden del día.

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“Estamos hablando que los meses de abril, mayo y junio en particular, presentan cifras muy inferiores a las que presentaba la ciudad en los últimos años. Estamos hablando que en abril fueron 14 homicidios, en mayo 16 homicidios y en junio se presentaron 17 homicidios”, manifestó el alcalde.

Según el Sistema de Información para la Seguridad y la Convivencia (Sisc), la única cifra acertada que entregó corresponde a junio, mes que se despidió con el asesinato del mexicano Horacio Pérez Ledezma, baleado por un sicario que ingresó armado hasta el restaurante donde estaba reunido con otras personas. Hasta ese día la ciudad sumaba 149 casos contra 179 de 2023.

Para abril, la cifra fue de 20 homicidios, los mismos que registró mayo, dejando a un lado el comportamiento de la violencia homicida en el primer trimestre del año en el que las cifras fueron superiores. Enero tuvo 28 casos, febrero llegó a los 27 y marzo presentó la cifra más alta, con 37 muertes violentas.

“¿Qué quiere decir esto? que el trabajo articulado y operatividad de manera conjunta entre Alcaldía, Policía, Ejército y Fiscalía está dando resultados. Ha aumentado la operatividad, han aumentado las capturas, han aumentado los operativos en contra de estructuras criminales y eso va dando muy buenos resultados”, agregó Gutiérrez.

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Andrés Felipe Lopera Becerra, politólogo y docente del Instituto de Estudios Políticos la Universidad de Antioquia, manifiesta que tanto los datos suministrados a la opinión pública, como las afirmaciones hechas por el mandatario distrital se deben analizar con cuidado, porque no se está contando la historia completa.

“Hay que celebrar que se reduzca el homicidio, pero hay que ponerle ojo a cómo nos lo están agendando en la opinión pública. Entonces, viendo el bombazo mediático que tenemos, de comparar abril, mayo, junio de 2023 y 2024 me dice, claro, en el 2023 fueron 84 homicidios, en el 2024 fueron 57, eso es el 32 por ciento, y eso está maravilloso, sin embargo, venga, vamos a empezar a poner varios puntos sobre las íes”, dice el docente.

Por un lado, explica el docente, en la ciudad, las dinámicas de la violencia homicida se han mantenido en una tregua larga entre las organizaciones delincuenciales, fenómeno que ha tenido regularidad, seguido por una reducción de la tasa de homicidios, que no es de ahora y que viene desde que Aníbal Gaviria (2012-2015) estaba en el piso 12 de la Alcaldía.

A eso hay que sumarle que las organizaciones armadas, principalmente las integrantes de la Oficina de Envigado, ingresaron al proceso de ‘Paz Total’ y “aunque bueno, en algún momento se ufanó que ellos habían ayudado a que se redujera esa violencia homicida, no es tan claro lo que han hecho. Ahora, ellos actúen con menos violencia dentro del mundo del crimen organizado, utilizando otras estrategias, recordá que se redujeron los homicidios, pero han aparecido varios encostalados, otros muertos en el área metropolitana, entonces uno dice, venga, maticemos estos, porque hay otras formas de agenciar la violencia”.

La versión del aporte que los grupos ilegales que están en proceso de conversación con el Gobierno Nacional le están haciendo a la reducción de las violencias, se ha afincado entre quienes están sentados en la mesa de conversación y un comunicado emitido por los voceros de las bandas muy al comienzo del proceso.

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Jorge Avendaño, docente del programa de Investigación Criminal de la Universidad de Medellín, tiene una lectura muy similar del fenómeno que su colega, pues también insiste en que hay que ser muy cuidadosos con esa reducción, porque las organizaciones delincuenciales no tienen al homicidio como único método de violencia.

“Los delincuentes apelan a otros mecanismos como el desmembramiento, a la desaparición forzada. Es ahí cuando uno dice: ‘me baja un indicador, hay que mirar qué está pasando’, porque la delincuencia también desaparece las personas, las arrojan a los ríos, a los caudales, o las desmiembran y entonces no tenemos vestigios de esa persona”, acota el docente Avendaño.

Y agrega, “entonces no nos aparecen en el indicador de homicidios, pero sí en el de desaparición. Hay que mirar la cosa con análisis y con rigor, incluso científico, porque todo es medible. Habría que mirar cómo están las desapariciones forzadas, ¿qué está pasando con la desaparición forzada?, que es la otra estrategia del delincuente cuando sabe que lo pueden judicializar, pues incinera, amputa, dificulta los sistemas de identificación”.

Con relación a esta macabra práctica de los ‘embolsados’ antes mencionados, Germán Antía, profesor de criminalística y ciencias forenses del Tecnológico de Antioquia, cuenta que, desde el punto de vista criminalístico, es un modus operandi donde muchos corresponden a ajustes de cuentas y búsqueda de información.

“Lo que el criminal siempre tiene en mente en este modus operandi es tratar de dejar el menor número de evidencias posibles para la investigación del crimen”, manifiesta Antía.

Dice Lopera Becerra que hay que reconocer que en Medellín se está dando un proceso de reducción de la violencia homicida y que esto tiene una mediana duración desde el primer gobierno de Gutiérrez, pasando por la istración de Daniel Quintero y los seis meses del segundo mandato de Gutiérrez.

“¿Qué ha cambiado? los matices y las prácticas. ¿Qué se ha transformado? Las condiciones de confrontación de las organizaciones, también que entró lo de la ‘Paz total’. ¿Qué nuevo elemento ingresa? el incremento en operatividad y otra vez recursos en la Secretaría de Seguridad y Convivencia, pero también qué te empiezan a avisar los datos: pilas con los feminicidios, pilas con los homicidios relacionados con temas de convivencia y con hurtos. Es decir, se reduce la violencia homicida, pero también entonces veamos este tema de manera global, porque esa foto pequeñita nos deja solo pensando que en la ciudad todo está marchando y mientras siga la violencia, pues esto no marcha tanto ni tan bien”, concluyó Lopera Becerra.

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Datos del Sisc, con corte al 30 de junio, muestran que en estos tres contextos es donde se debe poner la mayor atención. Los asociados a hurtos sumaban 16 víctimas (dos menos que en 2023), a convivencia sumaban 33 (dos más) y a violencia de género 7 (dos más).

La variación más notable la han tenían las muertes violentas asociados a los GDO (Grupos Delincuenciales Organizados) que para la misma fecha registraba 24 (18 menos que en 2023).

LAURA ROSA JIMÉNEZ VALENCIA

Periodista de Nación

Medellín