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Una semana para encontrarse con la poesía, el chamanismo y la paz
Comienza el Festival Internacional de Poesía. Entrevista con su fundador y director.
Las actividades al aire libre son insignia del festival desde sus comienzos. Foto: Cortesía Festival Internacional de Poesía de Medellín
El Festival Internacional de Poesía de Medellín, a pesar de las dificultades a las que se enfrenta la cultura en el país, llega este año a su versión número 28. Fernando Rendón, su director, lamenta que la poesía haya sido tenida por menos por nuestra sociedad. Pero también cree, y de manera firme, que la presencia insistente cada año del Festival ha logrado propulsar la creación cultural y artística en la ciudad.
Precisamente, anota Rendón, el festival nació en un momento infausto para la ciudad: el año 1991, una época de miedo y violencia que la ciudad todavía recuerda.
“No es que ahora no haya violencia, esos años fueron muy duros. Lo que tenemos que hacer es detener la guerra, ese es siempre el mensaje del festival”, expresa Rendón.
Este año la temática será la poesía, el chamanismo y los cantos originales. Si suena extraña, la última edición de la revista Prometeo, en la que se recogen los textos de los poetas invitados, se dan luces del porqué de esta temática: “Los poetas en su origen fueron chamanes. Los poetas originarios heredaron desde tiempos arcaicos, mediante el lenguaje primitivo, el conocimiento que constituía el alma y la memoria colectiva de su clan”.
El festival quiere proponer alternativas a la violencia, hacer una oposición espiritual al odio en que vivimos. Hay que detener la guerra: ese es siempre nuestro mensaje
EL TIEMPO habló con Rendón sobre esta nueva versión del festival, los retos que trae dirigir un evento cultural de gran tamaño y la relevancia que este ha tenido para la ciudad en estos casi 30 años.
¿De dónde surge la idea de poner el chamanismo y la espiritualidad como tema principal?
Este es el único festival de poesía del mundo que siempre tiene entre sus invitados a poetas indígenas. También es el único que ha tenido dentro de sus temas de reflexión el origen del mundo.
Occidente ha olvidado sus orígenes, se nos olvida que venimos de pueblos primitivos. Se nos olvida que en los orígenes los chamanes fueron los primeros poetas. Quisimos traer un grupo de chamanes de muchas partes de la tierra para recordar de dónde venimos.
Es necesario reunirnos de nuevo en estos tiempos de desintegración, de individualismo extremo, para repensar el destino del mundo. Es bueno ver qué nos pueden enseñar estos pueblos, que tienen una relación tan estrecha de la tierra.
No es que ahora no haya violencia, esos años fueron muy duros. Lo que tenemos que hacer es detener la guerra, ese es siempre el mensaje del festival
¿De dónde vienen los invitados?
Tendremos chamanes y cantantes originarios de Mongolia, de Vietnam; viene el grupo más importante de rock de China. Es una visión más global, con invitados de toda América, Europa, África. Todo converge en la necesidad de proteger la tierra. Tenemos invitados de la república de Tuvá, poetas indígenas náhuatl, mapuches y guaraníes.
Queremos hacer un llamado al país para que no nos destruyamos, que no nos sigamos matando. El llamado de los chamanes es ese, volver a la unidad espiritual del mundo.
¿Cuál es el aporte, desde el campo de la poesía, que estos poetas originarios les pueden hacer a los occidentales?
Los chamanes fueron los primeros poetas que hubo el mundo. Les pueden recordar de dónde viene la poesía y de qué manera estaba vinculada de manera ceremonial; era un diálogo con la naturaleza, con el viento. Los poetas occidentales se han formado en una tradición poética, literaria, de los libros.
En cambio, los poetas originarios son más vitales. La significación, los símbolos, que son cada ser viviente, cada elemento de la naturaleza, es diferente a la que le dan los occidentales; no es, en fin, una literatura que se haga a través de las tradiciones poéticas de la historia, sino que es una lectura de la tierra, del universo.
Va a ser un diálogo muy enriquecedor en doble vía: para los poetas occidentales y para los originarios.
Los poetas en su origen fueron chamanes. Los poetas originarios heredaron desde tiempos arcaicos, mediante el lenguaje primitivo, el conocimiento que constituía el alma y la memoria colectiva
¿Cuál es el valor que tiene el festival para la ciudad y para el país?
El festival quiere hace un alto en el camino en el momento que vive la ciudad, hacer una oposición muy tranquila a los odios que tenemos. El festival pretende proponer alternativas a la violencia, que no ha terminado ni en Medellín ni en el país. Queremos proponer la reconciliación y el perdón como el nuevo motor de nuestra sociedad. Además, el diálogo entre culturas, ente los poetas de diferentes países. No es fácil de dimensionar, pero esos son los aportes del festival a la ciudad.
Fernando Rendón es el fundador y el actual director del Festival. Rendón cree en la cultura como constructora de paz en una sociedad que ha padecido tanto. Foto:
La poesía, de alguna manera, ha sido menospreciada por nuestra sociedad. ¿Tiene usted esa misma percepción?
Los empresarios, que son hombres dedicados a generar utilidades, no tienen tiempo de leer. En cambio, nosotros, que tenemos que dedicarnos a la creación poética y a la escritura, no tenemos tiempo de pensar en hacer utilidades. Por eso es que donamos todo lo que hacemos: son 152 actividades gratuitas que tendremos este año. La clase empresarial cree que la poesía es algo inútil. Pues para nosotros tener una vida solo pragmática es inútil, es desperdiciar la vida.
Creemos que el festival venció el desprecio que se tiene por la poesía y la posesionó como un arte mayor en la ciudad. Y, una obra que uno hace en la ciudad, la hace para el mundo. Muchos festivales en el mundo se hicieron con base en el nuestro, vinieron personas de Alemania, de Vietnam, de China para desarrollar los de ellos.
¿Y el apoyo estatal?
El Estado colombiano no ve esto, no entiende lo que hacemos. De pronto se acordarán de algún poema para declamarlo en el Palacio. Por otro lado, hemos invitado a los empresarios, pero nunca han ayudado al festival. Del gobierno local sí recibimos ayuda y apoyo, pero nos preocupa que en la ciudad haya otros proyectos culturales que están totalmente desprotegidos.
Pero estamos contentos porque el festival se mantiene vivo a pesar del mínimo apoyo que recibe de Colombia, excepto por el municipio de Medellín que lo mantiene en un nivel razonable de financiación.