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‘En Barranquilla no se necesita comprar votos para hacerlo bien’: Jaime Pumarejo
El alcalde, quien es uno de los mejores calificados del país, explica cuál ha sido su secreto.
Jaime Pumarejo, alcalde de Barranquilla. Foto: Alcaldía de Barranquilla
El alcalde de Barranquilla, Jaime Pumarejo, uno de los mejores calificados del país, explica cuál ha sido su secreto. No teme que las declaraciones de Aída Merlano lo afecten en nada y explica qué deja construido en su ciudad y a qué proyectos se dedicará cuando salga del cargo.
Cuando usted llegó a la alcaldía de Barranquilla uno oía que usted era como una especie de hijo de papi, pero al poco tiempo resultó un puma, el ‘puma Pumanejo’. ¿Cómo ha adquirido tanta autoridad en estos casi cuatro años?
Bueno, algunos, que conocieron a mi padre, pudieron pensar que eso me había abierto muchas puertas. Desafortunadamente lo perdí a él en el 2006, a mis 25 años. Desde entonces me ha tocado asumir muchos roles. Tengo una edad que no es usual en cargos como este. Los retos se asumen consultando a los expertos, pero al final uno toma la decisión.
Con vehemencia y sin miedo, en el 2007, cuando apenas tenía 27 años, acabamos con la Concesión de Método y Sistemas, que istraba los impuestos de Barranquilla. La fuerza de tomar esa decisión (risas) se la achaqué a la irresponsabilidad de la juventud. No sabíamos ni siquiera que nos estábamos enfrentando a los paramilitares, que terminaron siendo socios de ese negocio, pero aun así tomamos la decisión. Ese es el carácter que he venido formando por más de veinte años.
Se le ha notado, porque la ciudad está boyante, está floreciente. La gente lo califica como uno de los mejores del país. ¿Cuál es el secreto?
Trabajamos por la gente y dando soluciones a los problemas que realmente cambian la cara de una ciudad.
Deme algunos ejemplos…
Barranquilla pasó de ser una de las ciudades principales más desiguales de Colombia a la menos desigual. Hoy hasta Naciones Unidas dice que somos la ciudad principal del Caribe colombiano que mejor maneja el tema de la desigualdad. Hemos logrado, en índices de pobreza monetaria y absoluta, estar por encima inclusive de Bogotá. Es decir, hay menos pobres en Barranquilla que en Bogotá. Quizá para algunos eso parece imposible. Lo que pasa es que, en Barranquilla, los pobres quizás se ven más porque interactuamos con ellos y los tenemos cerca de los sitios donde habitualmente la clase media y alta habitan, consumen y se divierten. Un ejemplo es el malecón. Allá se reúnen todos los estratos socioeconómicos, disfrutando juntos.
Las obras de la tercera fase se espera estén listas antes de final de año. Foto:Alcaldía de Barranquilla
Más allá de crecer el malecón, María Isabel, estamos creando el ecoparque de la ciénaga del Mallorquín, que son casi mil hectáreas de áreas protegidas de manglares, bosques, con estructuras parasíticas, senderos que llevan cinco kilómetros por entre la ciénaga, por entre el bosque manglar, con un tren eléctrico que te va a llevar desde el barrio Las Flores hasta la playa de Puerto Mocho.
Y así, Barranquilla se acordará que tiene playa propia y que podrán bañarse los barranquilleros y los turistas en la playa; hacer deportes de vela; avistamiento de aves, y recuperar ese espacio y cuidarlo, porque lo vamos a catalogar este año como un área protegida de Barranquilla. Cuando yo llegué a la alcaldía, ahí había cuatro proyectos de concesiones portuarias otorgadas, y cuando me vaya no habrá ni un puerto ahí, sino un ecoparque de más de mil hectáreas en ese espacio. Así que le estamos devolviendo la mejor esquina de Barranquilla a los barranquilleros.
Y entiendo que asumió el reto de que este año Barranquilla se convierta en la primera ciudad de Latinoamérica donde todos sus colegios enseñen inglés desde primaria…
Nuestro socio es el British Council, que manejará el proyecto por los próximos 8 años. Lo estamos garantizando como política pública y con recursos ya asignados.
Tenemos que hablar de todo lo bueno, desde luego, pero también de lo malo. ¿A que atribuye usted esa racha de masacres que tiene asolada a Barranquilla?
La tasa de homicidios en Barranquilla, si bien no es de las más altas del país, está por encima de lo que quisiéramos ver y de lo que debería mostrar nuestra ciudad. Comparada con otras ciudades portuarias, como Cartagena y Santa Marta, esas ciudades están muy por encima en tasa de homicidios, al igual que Cali. Pero es que se está viviendo un cambio de estructuras criminales.
Antes, Colombia tenía dos tipos: la de los grandes narcotraficantes, los Pablo Escobar, los Gacha, luego los Chupeta y demás, y, por otro lado, las pequeñas bandas que se dedicaban al hurto de apartamentos, a las extorsiones, y la Policía podía lidiar con ellas. Hoy en día, esas grandes estructuras desaparecieron, empezaron a volverse una sola y hacen lo que llaman hoy en día, ‘multicrimen’.
Entonces, mediante el microtráfico, se asientan en una ciudad, empiezan a utilizar la droga como fuente de financiación y abren sucursales del delito. Empiezan con la extorsión, con el hurto, inclusive con el sicariato. Y la capacidad de respuesta del Estado no ha sido consecuente. Es por eso que a usted le pueden robar su celular cinco veces seguidas y como no se materializa la captura de esa persona, queda con anotaciones simplemente. Luego, en un par de días, esa persona termina asesinando a alguien y nos preguntamos por qué nunca fue llevada a la cárcel. Ahí necesitamos un cambio en la manera como enjuiciamos y llevamos a la justicia a esas personas.
Usted fue uno de los dirigentes que le refrescó la memoria al Gobierno sobre la existencia del escudo nacional, con su mandato de libertad y orden. Pero las reacciones han sido, ante algo tan institucional, que eso es un plan para tumbar al Gobierno…
Cuando uno habla de los derechos básicos de los ciudadanos, en la base de la pirámide está la seguridad. De ella se desprenden todos los otros derechos. No podemos hablar de la reforma de la salud, por ejemplo, si un barranquillero o cualquier colombiano no puede caminar por la calle sin que lo maten. Por eso sin orden tampoco puede haber libertad. Esto no es un llamado al Gobierno, sino a nuestro sistema judicial, a nuestros legisladores, para pedirles que escuchen al país que está clamando por su seguridad.
Hoy hasta hay algunos pidiendo un modelo como el de Bukele…
Perjudicial y dañino, porque restringe las libertades; pero lo piden porque se sienten presos de la inseguridad y al mismo tiempo de ese sentimiento de indefensión. El sistema actual no les brinda las garantías. Tenemos que escuchar y cambiar muchas cosas rápidamente, en pro de esa seguridad, porque si no, los modelos autocráticos harán mella en Colombia.
Previendo que tiene una bonita carrera política por delante, ¿usted qué modelo político defiende? ¿Llegó por Cambio Radical a la alcaldía con el apoyo de los Char y los Gerlein?
Me definiría como una persona liberal-social, de aquél modelo político que fundó la república liberal de los años treinta hasta el final de los años cuarenta en Colombia. Ese fue el liberalismo que yo aprendí y que aun defiendo. Mi abuelo hizo parte de los gobiernos de Olaya Herrera, de Alfonso López Pumarejo, que era su primo, también del gobierno de Eduardo Santos. Fue hasta primer designado y ministro. Una de las personas que más luchó por la región caribe.
Entonces, cuando le pregunto en qué orilla está me responde sin pensarlo dos veces y no confundido con las actuales alternativas…
El alcalde Jaime Pumarejo dio detalles del proyecto de ley que presentarán. Foto:Prensa Alcaldía Barranquilla
Así es. Quiero luchar por esos derechos y por ese sentimiento de un país en donde sea posible ser libre, en donde todo el mundo tenga la libertad de expresarse, de ser y de crecer; pero al mismo tiempo ser parte de un Estado donde haya orden, con garantías y derechos a todos.
¿Y en cuanto a su futuro? ¿Qué está viendo?
Tengo tres proyectos muy importantes en mi vida para cuando salga de la alcaldía. El primero es la consolidación de la Liga Costeña o la Liga del Caribe, que nació hace cien años, cuando el Caribe empezó a trabajar y a pensar en proyectos que no solo dependieran del sector político, sino de los sectores empresarial, académico, social. Muchos de ellos salieron adelante. Quiero volver a generar esos liderazgos, que no sean solo políticos, sino que cuenten con redes de personas que piensen en transformar una región que necesita de verdad la mirada no solo del Estado, sino también de los mismos ciudadanos del Caribe para salir adelante.
¿A que más se va a dedicar?
A la consolidación de una red que arrancamos el año pasado con la CAF, la Red de Biodiverciudades de Latinoamérica, donde ya somos 120 países. Trabajaremos por la biodiversidad y por su preservación, pero desde la mirada latinoamericana de preservación y no la mirada de las reducciones impuestas por Norteamérica, Europa y China, que son los mayores emisores, sino con una mirada muy latinoamericana.
Y la tercera ocupación cuando se vaya de la alcaldía será…
Un proyecto personal, y le estoy dando una chiva, sin autorización de los demás expedicionarios o aventureros de esta empresa. En conjunto con el antropólogo colombo-canadiense Wade Devis, Sandra Uribe y Omar Téllez, estamos embarcándonos en el montaje de un proceso para viajar por el río Magdalena, doscientos y pico de años después de que lo hizo Humboldt, y mostrar sus bondades, como un ser vivo, cómo lo tenemos que cuidar y podemos usarlo como un motor de desarrollo social y económico en cada una de las poblaciones de la ribera. Es reencontrarnos con el río que nos dio vida y utilizar esa expedición de Humboldt, que fue el primer gran ambientalista, para recuperar esa visión del Magdalena.
Maravilloso. Pero, ya para despedirlo, lo tengo que aterrizar nuevamente en el tema político, que a veces tiene sus ingratitudes. Este fenómeno de Aida Merlano, por todo lo que se supone que va a contar cobre la compraventa de votos en Barranquilla, ¿a usted lo afecta de alguna manera por sus amistades políticas con la casa Char y con la casa Gerlein?
En Barranquilla está muy claro, cuando los últimos alcaldes han tenido una popularidad medida por casas de sondeos de Colombia e internacionales, que superan el 70, e inclusive a veces hasta el 90 por ciento, que esas prácticas no son requeridas para llegar a la alcaldía de esta ciudad, cuando se cuenta con el arraigo y la opinión popular.
Así que en ese sentido, así unos lo quieran mostrar de esa manera, no es un fenómeno que indique un común denominador político y electoral en la ciudad de Barranquilla, mucho menos para el Ejecutivo. Eso no quiere decir que no ocurra y que no se utilice para otras posiciones.
Creemos que la mejor manera para llegar y mantenerse en la alcaldía de Barranquilla es trabajar por la gente. Por eso hoy nos lo agradecen, reconociéndonos en los sondeos de opinión como el alcalde mejor calificado durante los últimos tres años. Para eso no se tienen que comprar las conciencias, sino generar resultados de gestión. Es bastante miope, por decirlo de alguna manera, señalar que esas prácticas solo ocurren en una parte del país, cuando el tamal y la teja no nacieron y no se consumen en Barranquilla, sino en el interior del país… Estas prácticas se deben acabar y creo que las deberíamos identificar con lupa en todo el territorio nacional.
Parecía que, al comienzo de su mandato, el patriarca Fuad Char no lo registraba mucho a usted con su don de mando; pero me dicen que ha terminado respetándolo montones. Por eso vuelvo a la pregunta: ¿lo que le pueda pasar a Álex Char, su hijo, gran alcalde también, por cuenta de las declaraciones de Aida Merlano, a usted, en su entorno político, no lo perjudicará?
Pues me perjudica en el entorno personal, porque me dolería mucho saber que eso sucedió con alguien que ha sido hasta cierto punto quien me ha enseñado grandes cosas, como la actitud de acercarme a la gente y de escucharla. Pero tengo la plena convicción de que cualquier cosa que vayan o intentarán decir, no tiene asidero, porque yo conozco el trabajo de Alejandro Char desde el 2007, cuando se lanzó a la alcaldía, vi cómo caminó todos los barrios de Barranquilla.
En ese momento el que iba a ganar las elecciones era el negro Perea con amplio favoritismo, y Álex, voto a voto, casa a casa, se ganó el cariño de la gente. No compró a nadie y nadie le vendió su voto. Así ha manejado su carrera política durante los últimos quince años. Estoy tranquilo de que cualquier refrito o declaración no tendrá asidero en la justicia, porque no es más que una trama política y de vendettas personales, que intentan llevar a los estrados judiciales. En mi caso, mi trabajo habla por mí, y no cualquier argucia política que intenten utilizar en mi contra o en el de mi entorno.