La Agencia Distrital de Infraestructura (ADI) informó que esta semana comenzarán con las obras de levantamiento del nivel de 76 viviendas afectadas en Rebolo, sur de Barranquilla, que sufrieron inundaciones en los pasados días de lluvia por el desbordamiento del arroyo Hospital.
De las 76 casas que se encuentran debajo de la canalización del arroyo y serán reconstruidas, diez han sido desalojadas. Se han reubicado cerca de 200 personas, entre ellas niños, adultos y enfermos en hoteles.
Aún faltan cerca de 700 personas que hacen parte del 60 por ciento de los vecinos que no han querido evacuar por temor a que sus pertenencias sean robadas. El director de la ADI, Alberto Salah, aseguró que todos los días llegan las buses asignados para el traslado de los habitantes y desalojen las viviendas, pero no se van.
El funcionario les pidió a las personas salir para poder continuar sus labores y evitar que se presente otra grave emergencia ocasionada por las lluvias.
Las obras empezarán con la demolición de dos de las viviendas que resultaron más afectadas por las inundaciones y ya fueron desalojadas.
Salah explicó las razones por las cuales influyeron en el desbordamiento del arroyo Hospital, en el cual se invirtieron 110 mil millones de pesos para las obras de canalización.
Una de las razones que dio el funcionario es la cantidad de desechos y basuras que arrojan los ciudadanos, provocando el taponamiento de agua a la altura del caño de la Auyama. Salah hizo énfasis en que la emergencia no ocurrió por algún defecto de la obra, ya que venía funcionando desde el año pasado, cuando fue entregada, y no había registrado ningún problema.
Por último, el gerente de la ADI explicó que el canal está diseñado para soportar precipitaciones de cerca de 160 mililitros. El día de la emergencia, ocurrida a mediados de mayo, fueron 81.4 milímetros de agua en una hora. El viernes pasado fueron 73.6 milímetros de agua, es decir que cayó mucho más agua.
“Estos canales tienen diseños para el doble de los eventos torrenciales que son mayores a 60 milímetros de agua. Eso quiere decir que nuestro canal está en capacidad de llevar hasta una lluvia de más de 120 milímetros de agua”, puntualizó.
Sin embargo, reconoció que era necesario reestructurar –con el contratista– la parte final de la canalización, donde desemboca el arroyo en el Caño de la Auyama, para que tenga una salida perpendicular o paralela a la dirección de la corriente para que el líquido fluya con menos presión.
BARRANQUILLA