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Una crisis con mirada de mujer | Opinión
La Secretaria Distrital de Hábitat, Nadya Rangel, reflexiona sobre el golpe económico a las mujeres.
Aura Ostos tuvo un accidente en la calle mientras trabajaba. Su madre tuvo que asumir el sostenimiento de un hogar de cinco personas. Foto: Héctor Fabio Zamora / EL TIEMPO
La crisis económica, social y política en la que nos encontramos, como ya sabemos, es la peor del último siglo; sin embargo, hoy quisiera que nos preguntemos cómo nos está yendo a las mujeres, porque efectivamente la crisis nos ha afectado a todos, pero, sin duda, no a todos con la misma intensidad, como lo vemos en la población más pobre, los jóvenes y las mujeres.
Para el año 2020, la participación de las mujeres en la población ocupada a nivel nacional fue del 39,6 % frente al 60,4 % que corresponde al género masculino.
Nadya Rangel - Secretaria de Hábitat Foto:Secretaría de Hábitat
Particularmente, Bogotá es la ciudad con mayor fuerza laboral femenina, con un 44,7 %.
Sin embargo, para enero del 2021, el Dane reveló que la tasa de desempleo en las mujeres fue del 22,7 %, frente a un 13,4 % para los hombres. En contraste, antes de la pandemia, resultado del coronavirus, la relación era 13,6 % para la población femenina, contra un 8,2 % para hombres. De esta manera, en tiempos anteriores a la crisis la brecha de género era de 5,4 puntos porcentuales, ahora es de 9,3 p. p., lo que confirma la dificultad que enfrentan las mujeres para insertarse laboralmente.
De hecho, según el Dane las ramas de la economía en donde más se perdieron empleos de mujeres durante el 2020 fueron: actividades de servicios (-320.000 empleos que en 2019), comercio (-266.000), istración pública, educación y atención de la salud (-231.000) y las industrias manufactureras (-222.000).
Adicionalmente, la desigualdad de género comienza a una edad temprana, ya que en Colombia para el periodo febrero-abril de 2021, el Dane informó que el 26,6 % de los jóvenes entre 14 y 28 años no estaban ocupados en el mercado laboral ni tampoco trabajaban: 8,8 % de hombres y 17,8 % mujeres.
Finalmente, es importante recordar que las mujeres rurales ganan 34,5 % menos que los hombres en el ingreso laboral mensual y 7,2 % menos en el ingreso laboral por hora. Estos valores son de 17,3 % y 4 % en las mujeres urbanas con respecto a los hombres urbanos, respectivamente. La brecha salarial afecta más a las mujeres con hijos, quienes ganan 14 % menos que los hombres con hijos. Las mujeres sin hijos ganan 7 % menos que los hombres sin hijos.
Es así que pensar el cómo podremos salir de esta crisis debe pasar por reconocer esta realidad y pensar de forma creativa soluciones que de manera directa brinden mayores y mejores oportunidades a quienes más están siendo afectados. En este orden de ideas, debemos realizar ajustes institucionales, económicos, culturales y sociales para que las mujeres y en especial las más jóvenes puedan aumentar sus capacidades y el mercado laboral les garantice su inserción con salarios justos.
Así que gobiernos, empresarios, académicos y sociedad civil somos corresponsables en lograr respuestas coordinadas, diferenciales, de urgencia pero también estratégicas de largo plazo.
Por lo anterior, cada líder de este país y ciudad debe asumir su responsabilidad y promover los respectivos ajustes, tejiendo alianzas e invirtiendo decididamente esfuerzos.
En el sector de la construcción en Bogotá se ha constituido una alianza entre la Secretaría Distrital del Hábitat, la Secretaría Distrital de la Mujer y Camacol, para desarrollar la estrategia ‘Bogotá, el mejor hogar para las mujeres’, una iniciativa que busca impulsar el desarrollo y el fortalecimiento de las capacidades de las mujeres, logrando aumentar la inclusión laboral en este sector, sumado a intervenciones de urbanismo con enfoque de género, a mayores subsidios y rutas para acceder a vivienda nueva.
Lo anterior, ya que adicional a la feminización de la pobreza la violencia de género y el alto desempleo de las mujeres, se evidencia que el sector de la construcción es altamente masculinizado, como se evidencia que en el primer trimestre del año el 88,5 % de la mano de obra en Bogotá del sector constructor corresponde a hombres, y el restante 11,5 % a mujeres.
De manera concreta, esta semana iniciaremos un proceso de formación de más de 2.000 mujeres en conocimientos relacionados con el sector de la construcción y de manera conjunta con varias empresas constructoras hemos acordado realizar una feria de empleo dirigido exclusivamente para mujeres.
Mi invitación es que todos quienes desde sus distintos roles tienen la capacidad de ser un ente conector y promotor de acciones para que el derecho a la igualdad se expanda ejerzan estas capacidades y así surjan muchas más oportunidades para todas y todos los ciudadanos.
Confío en que hay empresarios y diversos líderes de otros sectores económicos que tomarán este reto y asumirán esta invitación.