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El calvario del café en el que casi todos sus empleados han sido robados
El dueño de Open Café señala que la ola de robos en el sector ha incrementado.
Desde hace más de dos años, los empleados de Open Café, un refugio para los amantes de esta bebida y los encuentros gastronómicos, ubicado en Suba, vienen padeciendo una problemática de inseguridad al entrar y salir del trabajo.
Según lo denuncia el dueño del restaurante, Gabriel Narváez, la ola de robos en los últimos meses se ha incrementado, pues en menos de una semana, tres de sus antiguas empleadas fueron atracadas ya sean al entrar al trabajo a donde ingresan a eso de las 6 de la mañana o al salir a las 10 de la noche.
Las víctimas cuentan cómo esto ha afectado sus vidas de manera negativa. Lilibet Camargo es la gerente operativa de Open Café y quien lleva más de 13 años trabajando para el establecimiento, con 23 empleados a su cargo, mayoritariamente mujeres entre los 20 y 30 años. Ella no puede ignorar la realidad de la violencia que acecha las calles y que las mayores afectadas son las trabajadoras que están a su cargo.
Carrera 91 con Calle 145 , exteriores del centro comercial Centro suba Foto:Cesar Melgarejo- EL TIEMPO
“Los robos son algo habitual aquí”, comenta Lilibet con preocupación. “Nuestras empleadas han sido víctimas de asaltos violentos, incluso en compañía de sus parejas o amigos. Los ladrones no tienen reparos en amenazar y despojarlos de sus pertenencias a cualquiera que se cruce en su camino”.
Estos ataques ocurren a cualquier hora del día, desde la mañana hasta altas horas de la noche. Las motocicletas son el vehículo preferido de los delincuentes, que aprovechan su agilidad para interceptar a sus víctimas. Por eso es que las salidas del trabajo se convierten en momentos de angustia.
Como relató Jhoana Álvarez, quien es una empleada del lugar y lleva más de dos años trabajando con la empresa. Ella fue una de las víctimas que relató para este diario sus vivencias en la zona. Los hechos que ella narra sucedieron a eso de las seis de la mañana en el barrio Costa Rica, muy cerca del centro comercial. “Dos hombres en una moto me abordaron a mí y a mi esposo y nos intimidaron con armas. Nos esculcaron y luego nos dejaron sin nada. Mi esposo se resistió y le pegaron muy duro con la pistola”, relató y añadió que en ese momento ella entró en pánico, fue una experiencia horrible.
Empleados de un café denunciaron robos por este secto Foto:Archivo particular
Érika Pastrana Jiménez, otra de las empleadas afectadas, indicó que esta situación se viene presentando hace algunos meses y que siente miedo de ser asaltada mientras se dirige a su hogar. “Yo salí a las 11 de la noche de acá de mi trabajo, iba sola en mi bicicleta y un taxi me abordó y me cerró el paso.
Luego me dijo de forma agresiva que le diera la plata. Me quitó mi bolso, lo esculcó y tiró todo al piso. Hasta el uniforme del trabajo me lo botó. Eso ocurrió un viernes, ese día me habían pagado la quincena y me dejó sin un peso. Es una sensación de vulnerabilidad constante”, recordó la mujer, quien todavía se siente afectada cada vez que recuerda el asalto. “Trabajar duro durante quince días para que te despojen de todo en un instante es desolador”.
La situación se torna aún más peligrosa en lugares como el puente que conecta Suba con Subazar, donde la presencia de vendedores ambulantes y actividades delictivas se han vuelto comunes hasta altas horas de la noche.
Solangy Fernández, una de las empleadas y quien recientemente llegó a Bogotá, se vio sorprendida por la violencia cuando fue asaltada. “Vivo con miedo desde entonces. No es solo el temor a perder todas mis pertenencias, sino el terror de ser víctima de un acto aún más violento”.
Puente peatonal Foto:Archivo particular
Ante esta situación, el teniente coronel Sergio Andrés Bayona Salazar, de la Estación de Policía de Suba, le dijo a El TIEMPO algunas acciones que se están llevando a cabo para contrarrestar los índices de hurto en la zona.
En la avenida Suba, dijo el comandante de la estación, están demarcados los microcuadrantes, hacen parte de las 11 líneas de acción operacional. Explicó que es un esquema utilizado por la Policía con planes piloto en otras regiones, y que en este caso tiene el propósito de aprovechar de mejor manera el personal uniformado para mejorar la vigilancia y dar una respuesta más rápida a los hechos delincuenciales.
“También tenemos las patrullas lineales que realizan recorridos constantes por la avenida Suba y sus alrededores durante las horas pico, de 5:30 de la mañana hasta las 10 de la noche, que es cuando se presentan la mayoría de los hurtos”, explicó Bayona. Agregó que es importante que la comunidad sepa que hubo una reducción del 21 por ciento en los diferentes delitos, como lo es el hurto de celulares, hurto a personas y hurto de bicicletas.
Además, el equipo de prevención de la Metropolitana de Bogotá hace diferentes campañas por el sector para evitar que se sigan presentando el hurto y tráfico de estupefacientes sobre los puentes peatonales, pues esto es un foco de preocupación para la comunidad y para la policía. “Las campañas se hacen sobre los puentes peatonales, en la plazoleta de Centro Suba y de Subazar”, explicó el teniente.