Los desechos textiles se están convirtiendo en un problema para las grandes ciudades del mundo, y Bogotá no es la excepción. Solo en 2021, al relleno sanitario Doña Juana llegaron 147.767 toneladas de residuos de este tipo, según cifras de la Uaesp, lo que equivale al 6,1 por ciento de todos los desechos que fueron enterrados en el botadero.
Si bien no parece ser un porcentaje alto y el número de residuos que se utilizan para aprovechamiento está en aumento –pasó de 4.010 toneladas en 2016 a 6.672 en 2021–, lo preocupante es que la cifra no para de crecer. Un ejemplo de ello es que, con corte al 4 de junio de 2022, la cifra de desechos textiles que han ingresado al relleno sanitario ya asciende a las 162.927 toneladas, con más de cinco meses por delante para que finalice el año.
Este crecimiento podría estar ligado a un fenómeno que durante los últimos años se ha tomado las estanterías de las tiendas de ropa: la moda rápida.
“Los modos en los que opera actualmente la industria de la vestimenta agravan el problema: el diseño y la producción de ropa se ha acelerado. El lanzamiento de las colecciones ya no se planifica a propósito del cambio de una estación a la otra. La ropa se repone en los inventarios con mucha más frecuencia. (...) Las tiendas de indumentaria a bajo costo ofrecen nuevos diseños cada semana”, advertía el Banco Mundial ya en 2019.
Y es que de acuerdo con cifras de la Fundación Ellen MacArthur de ese año, publicadas por el Banco Mundial, en el año 2000 se fabricaban 50.000 millones de prendas, y 20 años después esa cifra se había duplicado. Según la organización, este factor también generó un cambio en los hábitos de consumo, pues los compradores adquieren hasta un 60 por ciento más prendas y de estas, menos del 1 por ciento son utilizadas para confeccionar ropa nueva.
Los modos en los que opera actualmente la industria de la vestimenta agravan el problema: el diseño y la producción de ropa se ha acelerado.
“Hoy en día tenemos prendas de vestir de una calidad muy baja, con un tiempo de uso muy corto. Esto genera una cantidad grande de residuos e impactos ambientales debido a que la producción de estas prendas requieren mucha agua, generan emisiones que afecta la calidad del aire, vertimientos, residuos peligrosos y materias primas, que se están desperdiciando para un tiempo de vida muy corto”, explicó Alejandro Gómez, subdirector de Ecourbanismo y Gestión Ambiental, de la Secretaría de Ambiente.
Basta con recordar imágenes como las del desierto de Atacama, en Chile, con toneladas de desechos textiles de todo el mundo para entender la magnitud del fenómeno.
No obstante, la moda sigue siendo un sector clave para el desarrollo de la economía de la ciudad y del país. A nivel Colombia, según el Informe Sector moda 2021– Inexmoda, “en diciembre, el gasto en moda alcanzó los 2,99 billones de pesos, un 3,2 % más que el gasto en moda que en diciembre del 2020 y un 2,9 % más que el mismo período de 2019”.
“No podemos dejar de lado que esta es una industria que genera millones de pesos y es el sustento de miles de familias, no solo aquí en la ciudad. Claro que hay un problema, pero ese cambio debe ser paulatino; de lo contrario, esta industria va a morir”, le dijo a EL TIEMPO Lorena Rocha, dueña de Roch, un taller textil ubicado en el barrio El Tunal que surte a varias tiendas de ropa de la ciudad.
¿Qué se puede hacer?
Ante este panorama, la Secretaría de Ambiente, junto con la Cámara de Comercio de Bogotá y Fenalco, crearon la estrategia Red Moda Circular, la cual incluye a todos los eslabones de la cadena del sector moda en la ciudad con el propósito de disminuir los residuos y la contaminación textil.
“Red Moda Circular es una estrategia que está dirigida para dar impulso a la economía circular en todos los eslabones de la cadena del sector moda en Bogotá. Se creó, precisamente, con el objetivo de disminuir la cantidad de este material que al final de su vida útil se termina convirtiendo en contaminante”, señaló Carolina Urrutia, secretaria de Ambiente.
La iniciativa comenzó en mayo de este año con una primera convocatoria dirigida a empresarios de la moda. Con estas organizaciones se inició a trabajar para establecer una red y ofrecer acompañamiento técnico y formación a los actores de la industria textil. “Se busca acelerar el desarrollo de iniciativas empresariales de circularidad”, explicó la entidad.
“Es difícil adaptarse al modelo, pero es necesario por dos motivos: reducir costos de producción y evitar tanto desperdicio de tela”, señaló Rocha.
Queremos trabajar con ellos y fortalecer esa oferta de servicios, por ejemplo, en ecodiseño, que es toda esa formación en el desarrollo de prototipos, líneas productivas, insumos circulares (...).
Según cifras de la Secretaría de Ambiente, durante la primera fase del proyecto se inscribieron 150 empresas del sector. Asimismo, anunciaron que la segunda fase de la convocatoria estará abierta hasta el 31 de agosto y estará dirigida a personas que hacen confección y reparación de ropa en la ciudad.
“Queremos trabajar con ellos y fortalecer esa oferta de servicios, por ejemplo, en ecodiseño, que es toda esa formación en el desarrollo de prototipos, líneas productivas, insumos circulares, es decir, que tengan unas materias primas más amables, con un patronaje de cero residuos y que permita un menor impacto ambiental”, agregó Gómez.
Entre los compromisos y tareas de las personas y empresas que se suman a la estrategia se encuentra, en primer lugar, confeccionar con materiales de menor impacto ambiental. Además, el objetivo también es impulsar el consumo responsable en tus compradores, ofrecer servicios posventa de reparación, diseñar colecciones atemporales, racionalizar el consumo de recursos naturales en los procesos productivos y producir de acuerdo con la demanda.
“Implementar temas de economía circular tiene múltiples beneficios, como la mayor calidad y reducción de costos de los productos, ahorros netos en todos los costos de producción, creación de valor en torno a la sostenibilidad y generación de empleos”, dijo Andrea Delgado, subdirectora gremial y comercial de Fenalco Bogotá.
Cómo aportar para acabar con el desperdicio
La Secretaría Distrital de Ambiente y la Cámara de Comercio de Bogotá dieron a conocer varias recomendaciones para los ciudadanos que pueden aportar a reducir la cantidad de residuos textiles que se desechan:
- Antes de realizar una compra, pensar si esa prenda es realmente necesaria.
- Seleccionar ropa elaborada con telas recicladas. Para ello, existen marcas que divulgan cuáles son sus estrategias de sostenibilidad y de producción en sus etiquetas.
- Evitar el fast fashion, o moda rápida de uso y desecho.
- Apostar por marcas locales que tengan procesos logísticos sostenibles.
- Donar prendas a bancos de ropa que apoyan causas sociales.
CAMILO A. CASTILLO
REDACCIÓN BOGOTÁ
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