El cargo como comandante de la Policía Metropolitana de Bogotá (Mebog) le llegó al brigadier general Eliécer Camacho Jiménez en momentos de mucha tensión. A mediados de abril pasado le notificaron que llegaría a la capital del país, y pocos días después estallaron las protestas del paro nacional.
Llegó para asumir labores de la mano del comandante saliente, el general Óscar Gómez Heredia, ya que los bloqueos, disturbios y manifestaciones que se mantienen hasta hoy, además de las restricciones fruto del tercer pico de covid-19, aplazaron por cuatro semanas la ceremonia de transmisión de mando, que finalmente se celebró el pasado 4 de junio.
Camacho, que viene de Antioquia, trae algunas de las estrategias que usó para combatir el crimen en la región Valle de Aburrá y anuncia la llegada de al menos 4.000 hombres más para fortalecer la capacidad de atención de la Metropolitana.
Bogotá tuvo dos comandantes de Policía por cuatro semanas, usted y el general Gómez, ¿cómo fue esa experiencia?
No fue posible hacer la transmisión de mando, no había cómo proceder con los traslados correspondientes y el conocimiento que tenía mi general Óscar Gómez era relevante para poder acompañar la manifestación pública, tanto pacífica, como en otros casos que han sido más con tendencias a actos vandálicos. Era casi imposible asumir en propiedad, pero siempre estuvimos al frente los dos, manejando unos temas de PMU y otros de acompañamiento en los CAI, estaciones, y estuvimos apoyando.
Llegó a una ciudad en pandemia y con protestas, ¿cómo asume este reto?
Para nosotros los oficiales de la policía, y más en grado de general, cuando hemos estado alineados en temas de vigilancia, convivencia y seguridad, pues es un sueño ser comandante de la Bogotá, es de los cargos más relevantes que tiene la institución en materia de seguridad ciudadana, estoy muy honrado.
Ahora, estamos ante un fenómeno de protesta, de pandemia, y algunos temas sociales que es importante revisar, como el tráfico de estupefacientes en focos y sitios específicos, o el hurto; son momentos difíciles que vistos desde la óptica de la pandemia y las protestas han tomado más fuerza.
¿Cuáles serán sus prioridades?
Hay unos temas gruesos que ya iniciamos como el de homicidios, que es una prioridad para la institución y la istración Distrital. Estamos a más de 29 casos, hace 40 días teníamos una reducción de 10 o 15 casos, pero desafortunadamente mayo fue un mes muy fuerte; los cuadrantes están haciendo su trabajo, pero hay fenómenos de agresividad que van afectando, en algunas localidades se evidencia mucho alrededor de tráfico de estupefacientes, violencia intrafamiliar, ajustes de cuentas.
El segundo es el hurto, que está ahogando a los ciudadanos, y otra cosa que uno no ve tanto en otros lugares es que estos delincuentes causan muchas veces lesiones y muerte a quienes hurtan, es lo más grave, tenemos unos planes diferenciales. El mando, de acuerdo a compromisos ministeriales, inicia la entrega de personal a la Mebog. Hace menos de un mes nos llegaron mil auxiliares, y los estamos usando en ciclorrutas, parques, puentes, eso mejora el tema de seguridad.
¿Cuántos policías más llegarán?
4.000. Tenemos 1.000, nos llegarán en un mes otros 1.000 y antes del primer trimestre del año entrante, 2.000, para completar 4.000. Tenemos un plan de visibilidad con tránsito, vamos a volver a prácticas como era tener en ciertos cruces personal de tránsito para agilizar la movilidad y auxiliares, 65 puntos fijos de regulación, lo estoy retomando, tuve la fortuna de trabajar de 1997 al 2003 en tránsito y era una actividad que hacíamos.
¿Qué otros aspectos le inquietan?
El tema del sistema de transporte, siento que no hay una corresponsabilidad, un sentido de pertenencia por el sistema, es lo que he sentido en un mes. Vamos a revisarlo con la gerencia de TransMilenio; podemos y empezamos a hacerlo con unidades de prevención, que la gente quiera al transporte.
Y lo último es el bienestar policial, respeto por las personas, por el derecho humano; he visto en este mes dos cosas, hay una actividad fuerte de odio hacia de la Policía, hay casos que se están investigando, pero hay mucha falsa noticia; hay miles de personas en redes afectando la imagen, pero cuando uno va a los CAI encuentra otra cara, están los que quieren a su CAI, que están trabajando con los policías.
¿Cuál es su opinión del informe que la Alcaldía de Bogotá le presentó a la ONU sobre hechos ocurridos en las protestas?
La alcaldesa tiene su potestad y autonomía, mucha de la información que llega ahí es de parte nuestra, es una decisión que ella tomó de reportar todos los temas. Hay unos temas que son de información pura que en su momento tendrá que verificarse. Por ejemplo, para Bogotá inicialmente el registro era de 99 personas desaparecidas, pero no hay una sola persona desaparecida; incluso, una persona que maneja constantemente las redes quiso mostrar que alguien que apareció desmembrado en la ciudad tenía que ver con la llegada de paramilitares y vincular eso a las protestas. Logramos encontrar al responsable de este asesinato, se captura, y es un desgaste hasta demostrar que no tiene nada que ver con las protestas.
¿Cuántas investigaciones internas ha abierto la Mebog por hechos cometidos por policías en estas semanas de protestas?
Tenemos abiertas 24 investigaciones, pero también tenemos espacios donde analizamos información. Diariamente nos llegan de cada intervención cantidades de quejas, unas quejas que a veces no son denunciadas, y eso necesita un filtro porque es un desgaste, llegan sin datos para una investigación, pero tenemos procedimientos de atención, cuando podemos tomamos o con las personas que aparecen como víctimas de la policía, y al uniformado que se observe que está inmerso en una actividad contravencional o disciplinaria podemos separarlo del cargo, trasladarlo, hay herramientas para hacerlo; la Fiscalía ha capturado a algunos de la Policía que ya en un juicio tendrán que demostrar si fue con dolo, culpa o muerte accidental.
Aún no hay reportes oficiales de fallecidos en medio de protestas en Bogotá durante este paro nacional, ¿qué se hizo para que esto pasara?
Hay un caso que se está investigando, que la Fiscalía lo tiene, que llegó a la clínica Mandalay y en su momento se tenía como herido común, llegaron de la Policía y el CTI y radicaron una noticia criminal, pero apenas el día 10 de mayo se evidencia que podría tener una relación con protestas; estamos aportando todo; si fuera cierto, puede ser en el marco de una intervención; pero sí ha habido un planeamiento articulado con el Distrito en el tema de protocolos, en el paso a paso; pero también un apoyo del mando institucional, no se ha negado el apoyo de personal para componer reacciones o grupos para llegarles a esos hombres y mujeres que lo necesitan. No es que no haya habido afectación. El 4 de mayo fue muy fuerte la afectación a los CAI, tuvimos 25 atacados, más de 250 carros y motos vandalizados, pero hay una capacidad y una planeación para poder llegarles a los policías que estén en los CAI.
Capturaron a los responsables de atacar un CAI, pero quedaron libres, ¿qué sensación le queda?
Yo creo que está pasando muy parecido a lo que ha pasado con la delincuencia, a veces las normas penales no dan para el aseguramiento. Hay algunos atenuantes que tienen la norma penal para facilitar esto. Como país, pienso que hay que revisar el tema penal, no judicial, porque el fiscal y los jueces aplican lo que está en la norma, pero hay necesidades de que ciertos fenómenos tengan algunas mayores sanciones para que otras personas se abstengan de cometer estos delitos.