Desde hace 34 años, Carlos Arturo Panesso ha vivido de la venta de pollo en canal, y como a la gran mayoría de empresarios de la ciudad, esta
cuarentena lo ha golpeado. Sin embargo, ha logrado sobrevivir con los clientes que cultivó en estas tres décadas y por la plataforma Cívico Negocios, que hoy por hoy es la vitrina on-line para cerca de 30.000 pequeñas empresas.
Panesso tiene hace muchos años un local en la plaza de mercado de Paloquemao. Estaba acostumbrado a vender, en su local Dispoaves, desde una libra de pollo hasta una arroba o más. Por eso, muy buena parte de sus clientes eran amas de casa que iban a mercar semanalmente y pequeños comercios de barrio y
restaurantes. Todos llegaban a su local y pagaban en efectivo.
Pero esto empezó a cambiar desde hace dos años, cuando entró a la plataforma, en un
piloto de Cívico con plazas.
No fue fácil, confiesa, porque le tocó aprender a exhibir en internet sus productos y a tener domicilios. Lo más difícil fue que debió empezar a confiar en las transacciones electrónicas, como las ventas con código QR y con tarjetas débito y crédito.
Si no fuera por ese comercio electrónico, su situación seguramente hoy podría ser peor. Con la llegada de la
pandemia a la ciudad y las cuarentenas, sus ventas se cayeron ostensiblemente. Se sostiene en parte por las transacciones que hace por ese canal electrónico.
Dice que si bien los ingresos de la operación de su negocio ya no representan ni el 10 por ciento de lo que hacía antes del nuevo coronavirus, una tercera parte de lo que vende ahora corresponde a los pedidos que recibe mediante la plataforma.
“No teníamos ninguna experiencia digital. Fue difícil adaptarse, y lo es todavía. Pero hemos capturado unos clientes que no iban a la plaza porque se les dificultaba el pago en efectivo. En un 500 por ciento hemos mejorado en nuestros medios de pago”, dice el comerciante, que no paga un peso por estar en la plataforma.
La alianza con la Alcaldía
Precisamente, a través del programa ‘Despega Bogotá’ se abre la opción para que muchos micro y pequeños empresarios de los barrios, como tenderos, peluqueros, zapateros, sastres, cacharreros y ferreteros, puedan estar de manera gratuita en esa aplicación.
Cívico es una herramienta digital colombiana nacida hace ocho años y orientada a los pequeños comerciantes. En este tiempo se ha convertido en un poderoso canal de ventas por internet. De hecho, ya hace presencia en México, donde tiene 20.000 s que ofrecen sus productos y servicios, y se está abriendo espacio en Chile.
En Bogotá, la app tiene georreferenciados 450.000 sitios y pequeños comercios, entre formales e informales, y el 90 por ciento son mypimes. La Cámara de Comercio de Bogotá estima que hay unas 870.000 micro y pequeñas empresas formales. Y se cree que al menos 500.000 no se han formalizado.
No teníamos ninguna experiencia digital. Fue difícil adaptarse, y lo es todavía. Pero hemos capturado unos clientes que no iban a la plaza porque se les dificultaba el pago en efectivo
Carolina Durán, secretaria de Desarrollo Económico, explica que ‘Despega Bogotá’ es un programa de inclusión financiera y digitalización de la ciudad que nació de la alianza entre la Alcaldía y la aplicación Cívico Negocios y otras siete compañías de los sectores financiero, de seguros y logística. Este es un modelo que se ha utilizado en Estados Unidos, particularmente en Nueva York, y en varios países de África.
“Lo que hacemos es acercar a los micro y pequeños negocios de barrio a la plataforma, donde podrán ser más visibles para los habitantes de sus sectores. Estamos habilitando más de 30.000 cupos, pero esperamos llegar a 50.000 o más”, dice la secretaria.
Los microcréditos
Los establecimientos que se encuentran en la plataforma, además, tienen la posibilidad de acceder a microcréditos con tasas de interés asequibles. Según Durán, por lo general los micronegocios no tienen al sistema financiero y, por tanto, acuden a tipos de financiación ilegales como el ‘gota a gota’ y a agiotistas, que les resultan onerosos y peligrosos.
“Al entrar a este medio digital, de acuerdo con los flujos de ventas y de pagos, el microempresario puede ser sujeto de créditos blandos”, dice Durán, quien asegura que así también se está combatiendo el ‘gota a gota’.
Desde la aplicación, cualquier persona puede buscar algún servicio o producto, ubicar el establecimiento en el mapa de la ciudad, obtener la dirección y el teléfono, la página web, solicitar lo que necesita y pagar o incluso pedir que se lo envíen a la casa.
Juan Felipe Castaño, COO de Cívico, dice que la aplicación está enfocada en el pequeño comercio, que en su mayoría no está digitalizado ni bancarizado, no está en Facebook ni Google, no tiene página web, no tiene una cuenta bancaria, vende en efectivo y accede a financiación mediante el ‘gota a gota’.
Castaño destaca que la app también tiene una herramienta que ofrece diez cursos virtuales gratis en temas de negocios, mercadeo digital y financiero. “Registrarse es muy fácil, la misma herramienta va guiando paso a paso a la persona. La aplicación está diseñada para el pequeño comerciante que no está acostumbrado a manejar medios digitales. Todo se hace desde el celular”, explica Castaño, y afirma que la idea de la alianza con el Distrito es dinamizar el comercio local, que precisamente ha resultado golpeado con las cuarentenas por la pandemia de covid-19.
El programa ‘Despega Bogotá’ empezó a gestarse poco después de la llegada de la pandemia a la ciudad y hace muy poco comenzó, sin muchos bombos y platillos, a dar sus primeros pasos, y en las últimas semanas unos 4.000 nuevos micro y pequeños negocios han accedido a esta vitrina en internet.
Guillermo Reinoso Rodríguez
*Editor de Bogotá
En Twitter: @guirei24