Madres comunitarias del ICBF denuncian demoras en pagos y dificultades en la atención a la primera infancia

La situación de las madres comunitarias y los jardines infantiles del ICBF sigue generando preocupación debido a retrasos en los pagos y dificultades en la istración de recursos para la atención de la primera infancia. 

En varias ciudades del país, incluidos Bogotá y otros centros urbanos, los pagos han tardado hasta 20 días, afectando a proveedores y trabajadores que dependen de estos ingresos para su operación.

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"Nosotras pagamos un arriendo, la manipuladora de servicios, no todos los papás están pagando como debe ser a tiempo, es preocupante porque esto es a nivel nacional. Entonces, la verdad, estamos preocupadas porque esto no es de ahorita, esto viene desde el año pasado", señaló Yanila Palacios Rivas, madre comunitaria, quién además advierte que el problema persiste desde 2024.

Los retrasos han generado dificultades para cubrir la nómina del personal y los honorarios de los cuidadores, además de generar deudas con los proveedores de alimentos para los menores. "Tenemos un contrato en el que nos están pagando a 45 días donde el talento humano no tiene la remuneración salarial a tiempo para cumplir con sus procesos, con sus compromisos y dentro de la seguridad social se está pasando el tiempo", indicaron, resaltando que este esquema de pagos afecta el cumplimiento de las obligaciones laborales y de salud.

Desde el ICBF, se explicó que los contratos son manejados por operadores que reciben los pagos una vez finaliza el mes, dependiendo de la asignación de recursos en cada contrato.

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Las madres comunitarias expresaron su preocupación por la estabilidad de los hogares que istran. "Nosotras ganamos un mínimo, no tenemos de ahí nada más, digamos, donde un rubro de justificarnos más, entonces estamos preocupadas porque todos los meses es así, fuera que fuera un mes, dos meses, hicimos una mesa de trabajo, pero pues no han cumplido".

Ante la falta de soluciones, existe el riesgo de que algunos hogares infantiles dejen de funcionar al no contar con los recursos necesarios para operar dentro de los plazos establecidos. 

En la actualidad, más de 1'700.000 niños reciben atención en estos espacios a nivel nacional, lo que agrava la preocupación por el impacto que estos retrasos pueden generar en la prestación del servicio.