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Los edificios adefesios que dejó el Decreto 562 del 2014
Mejoras y Ornato armó lista de moles que se edificaron y dejaron heridas urbanas en unos barrios.
La norma, vigente por 15 meses (hasta febrero del 2016), generó polémica porque permitía gran altura en zonas de tradición residencial.
Altura y sombra: calle 92 con carrera 7.ª
“Las calles 94 y 92 fueron desarrolladas con edificios de cuatro pisos, distanciados unos de otros, algunos con altillo; esa era la norma preponderante. Pero en el edificio que se observa se ve una total especulación del suelo, se observa la gran intensidad del uso que se le dio, el índice de construcción puede ser 7 o 7,5”, explica la Sociedad de Mejoras y Ornato de Bogotá (Smob).
“Tiene un índice de ocupación del 70 por ciento. Índice de construcción es el número por el cual se multiplica el área del lote para saber qué área se puede construir.
Este edificio ocupa por lo menos el 70 por ciento del lote, es un abuso del suelo urbano, que trae deterioro a la zona; podría decirse que no puede elevarse más porque no tendría la capacidad de suplir los parqueaderos necesarios. Además, mira hacia el parque del Chicó, se beneficia de él y no lo favorece (genera sombras y obstrucción del campo visual). Eso es una contradicción en términos urbanísticos”.
Impacto visual: calle 21 con carrera 3.ª, centro.
“Tiene problemas de infraestructura vial. Es un claro ejemplo de cómo se densifica en altura, pero la malla vial no recibe ninguna ampliación; la zona pierde capacidad para atender semejante grado de edificabilidad”, analizó la Smob.
“Con el Decreto 562 se pagaba por edificabilidad y se contemplaba una recaudación que iría a redes viales y servicios públicos, como compensación, pero no necesariamente ese dinero iba a invertirse en el área impactada”.
Esta edificación está ubicada en la calle 21 con carrera 3.ª, centro de Bogotá. Tiene problemas de infraestructura vial. Foto:César Melgarejo
Con ese decreto, si la norma urbana decía que en un sector solo se podía construir hasta cuatro pisos (por poner un ejemplo), pero el constructor quería edificar 12, pues pagaba unas cargas adicionales.
En este edificio, “la intensidad del uso del suelo es altísima, comparada con la de otros predios de la zona, entonces el impacto ambiental es enorme, no solo por el peso que tiene sobre la vía sino por el color de la fachada, es demasiado agresivo para la zona, empezando por su arquitectura. Tiene gran impacto arquitectónico y visual. Su masa es muy grande”.
Cambia un barrio: carrera 6.ª con calle 110
Santa Ana. “Es un barrio netamente residencial: casas de uno o dos pisos, con escasos edificios. Gozaban de una vida de barrio tradicional. La norma decía que para poder desarrollar algún edificio, había que consultar con la junta de Arsa (Asociación de Residentes de Santa Ana, Usaquén). El Decreto 562 se olvidó de esa norma y permitió construir edificios”, indicaron en la Sociedad de Mejoras y Ornato.
"Es altamente agresivo con el barrio, porque amenaza la identidad del mismo. Además, genera un impacto económico negativo", señala la Sociedad de Mejoras y Ornato de Bogotá (Smob). Foto:César Melgarejo
“El que se ve (foto) es altamente agresivo con el barrio, porque amenaza la identidad del mismo. Además, genera un impacto económico negativo: el valor del lote se distribuye a partir del número de apartamentos que tendrá; entonces, un lote que vale 1.000 millones de pesos y le caben dos casas, se reparten 500 y 500; pero si en otro lote pueden construir 10 o 20 apartamentos, pues los primeros van a perder, perderán valor, tendrán que vender, y así empezará a cambiar el barrio, perdiendo identidad e historia de ciudad”.
Distinto al entorno: carrera 8.ª con cale 110, barrio
“Si bien este barrio no tiene los mismos valores culturales de Santa Ana, sí era un barrio muy protegido por la norma urbana, con casas de dos pisos, muy homogéneas e incluso arborizadas”, reseñó la Smob.
“Este esperpento (vea imagen) se construyó bajo el Decreto 562, dejando una herida muy profunda en el barrio, en su urbanismo, que ya no se va a borrar”, concretaron en la entidad.
"Este esperpento se construyó bajo el Decreto 562, dejando una herida muy profunda en el barrio", dice la Smob. Foto:César Melgarejo
Detalles poco cuidados: carrera 7.ª con calle 85
“Las placas se observan de mala calidad, torcidas, cuando se supone debían ir en concreto; pero no, solo se pintaron de gris basalto: un remiendo de cemento, pobre y mal acabado. La factura constructiva es de baja calidad”, comentaron desde la Sociedad de Mejoras y Ornato de Bogotá.
“En los enchapados se ve el cemento, y hay láminas puestas de cualquier manera. Una placa que no corresponde a la ventanería; parece una estructura hecha a la carrera, porque si no lo hacían rápido perdían la licencia que habían obtenido”.
"Parece una estructura hecha a la carrera, porque si no lo hacían rápido perdían la licencia que habían obtenido", dice Mejoras y Ornato. Foto:César Melgarejo
En muchos casos se radicaron diseños inconclusos e inexactos.