‘Javier Ordónez fue golpeado con sevicia’: juez sobre caso de abuso policial en Bogotá

Tres años han pasado desde que el patrullero Harby Rodríguez torturó y asesinó de forma desproporcionada al estudiante de derecho Javier Ordóñez en medio de un proceso policial “desproporcionado” como lo sentenció la juez ocho especializada de Bogotá, que adelantó la investigación.

(De su interés: Extorsión Bogotá: capturan a 30 integrantes de ‘Satanás’ ¿Qué hacían con un erizo?).

Esta semana se conoció que, luego de finalizar el juicio oral de todos los implicados en los hechos de la noche del 9 de septiembre de 2020, en las inmediaciones de la Unidad Residencial Santa Cecilia, la juez condenó a Rodríguez a una pena de 40 años por los delitos de homicidio agravado en concurso con tortura agravada.

En ese mismo sentido, la funcionaria judicial estimó las declaraciones dadas por el médico forense que realizó la necropsia de Ordoñez y en las que quedó en evidencia que este fue golpeado de tal manera que sufrió “estallido del riñón derecho”, una lesión que el especialista comparó con el daño que genera un impacto de bala.

El informe de necropsia señaló que Ordóñez perdió 3.500 centímetros cúbicos de sangre luego de recibir constantes descargas eléctricas con un arma Taser que le provocó más de 10 lesiones y “daños irreparables en su organismo”, como se lee en el acta leída por la Fiscalía en medio del juicio que se adelantó.

Según testigos de los hechos que aportaron sus versiones dentro del expediente, los dos patrulleros (Harby Rodríguez y Juan Camilo Lloreda) no se detuvieron ante las súplicas de Ordóñez y “empezaron a dirigir sus ataques con arma Taser no a la ropa sino a la piel”.

Además de esto, su amigo Andrés Salazar declaró ante los estrados judiciales que esa noche “lo botaron a mis pies, esposado y él quedó en forma fetal, nos siguen agrediendo física y verbalmente. Javier ya no se quejaba. Tenía mucha dificultad para respirar”.

(De su interés: 'No le deseo esto a nadie': asesora de Presidencia, víctima de delincuencia).

De acuerdo con este relato, luego de la “paliza”, Javier quedó totalmente pálido, tenía un ojo hinchado, una parte de su cara estaba totalmente inflamada y tenía marcas por todo el cuerpo. Así quedó consagrado en el acta de entrevista que los investigadores hicieron a Salazar.

Por el mismo hecho, hace ya un año y medio, el patrullero Juan Camilo Lloreda fue condenado a 20 años de prisión, luego de un preacuerdo con la justicia.

El asesinato de Javier Ordóñez desató en su momento una ola de protestas en plena emergencia sanitaria por la pandemia del covid-19. En aquellas manifestaciones fallecieron al menos 13 personas entre Bogotá y Soacha.

La gravedad de los desmanes ocurridos fue tal que el entonces director encargado de la Policía Nacional, el general Gustavo Moreno, equiparó lo ocurrido con el bogotazo. “Algunos referenciaban estos hechos, lo más próximo, a la toma del Palacio, los que estudiamos un poco más y hemos tenido la oportunidad de ver más de fondo la historia de la violencia en Colombia, tuvimos hasta la percepción que se pudiera tratar de un nuevo Bogotazo”, señaló el alto oficial.

(De su interés: ¿Sabe cómo es el juego de la bolita? Así lo atracaban mientras se divertía en Bogotá).

Las declaraciones las dio ante la Comisión Segunda del Senado, donde fue citada la cúpula de la institución para explicar por qué y cómo la situación de orden público se desbordó en toda la capital del país.

El alto oficial también explicó por qué los policías que estaban en servicio tenían armas de fuego. “Tenían pistola, una pistola que les entregó el Estado. Fueron sorprendidos de forma abrupta por una forma de violencia, con una alineación sistemática”, haciendo referencia a la época convulsionada de paros que vivía la capital del país.

Ante la publicación de la sentencia, la alcaldesa Claudia López señaló que “el asesinato de Javier desencadenó una ola de protestas en toda la ciudad, contra la Policía y los CAI. Y otros de la Policía, también violando las órdenes de esta alcaldía y los marcos normativos, usaron sus armas de fuego de forma indiscriminada y asesinaron a 10 jóvenes, 10 en Bogotá y 3 en Soacha”.

Según los datos oficiales, además de las condenas en contra de los dos expatrulleros de la Policía, se cursan cinco procesos más en etapa de juicio contra otros uniformados implicados en agresiones a civiles durante el paro de 2020.

Además, hay un proceso que se archivó y el resto de los casos siguen en etapa de indagación, después de tres años. “La justicia se demora y esperamos que llegue para todos”, sentenció Claudia López.

REDACCIÓN BOGOTÁ

JONATHAN TORO