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¿Quién era Diego Felipe Becerra y cómo ha avanzado el juicio después de su muerte?
Este jueves el Estado reconoció su responsabilidad por el asesinato. Cronología del caso.
El 19 de agosto del 2011 el patrullero Wilmer Alarcón disparó contra el joven estudiante y grafitero Diego Felipe Becerra. Él y otros uniformados alteraron la escena del crimen para hacerlo pasar como un atracador y argumentar que actuaron en defensa propia. Foto: Archivo
Hoy el Estado colombiano aceptó su responsabilidad en el asesinato de Diego Felipe Becerra, el joven grafitero de 16 años asesinado por un patrullero de la Policía el 19 de agosto de 2011, en la calle 116 con avenida Boyacá, en el norte de Bogotá.
Aquel día, hace 12 años, Diego compró una caja de pinturas en el centro de la capital junto con su padre de crianza, Gustavo Trejos, hoy representante legal de la Fundación 'Trípido', como también se le conocía al joven.
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"Felipe quería comprar unas boquillas, pero no las encontramos. Llegamos en la noche… Yo tenía unas boletas de cine y me dijo que no, que fuera con mi señora, yo las guardé y me fui a recogerla", contó Trejos hace unos años para EL TIEMPO.
Sobre las 7 p. m. de ese día, Felipe salió con un amigo. Unas cuatro horas después, cuando Trejos ya había regresado a la vivienda, la persona que estaba con el joven lo llamó y dijo: "A Felipe lo hirieron. Lo hirió un Policía".
Varias piezas se han pintado en el puente donde falleció el grafitero Diego Felipe Becerra. Foto:Diego Santacruz. Archivo El Tiempo
"Llegamos a la calle 116 con avenida Boyacá. Lo recogimos (al amigo), nos dijo que (Felipe) posiblemente estaba en la Clínica Shaio y cuando llegamos, había mucha Policía, eran como 12 o 15 en la entrada", relató Trejos.
Antes de ingresar al centro médico, el amigo señaló a un uniformado y, sin dudar un momento, afirmó: "Usted fue el que le disparó".
El familiar del joven comentó que otros de los policías presentes le contestaron: "Y si fue así, ¿qué?", y se retiraron.
Desconcertados, los seres queridos de Felipe se concentraron en saber sobre el estado de salud del joven, quien había sido internado con las manos azules, llenas de pintura.
"El médico nos contó que había recibido un impacto en la zona lumbar derecha, y que tenía otro orificio en el hombro izquierdo. Entonces, cuando dijo que tenía un tiro en la espalda, yo pensé que iba a quedar inválido, pero al hombre se le aguaron los ojos y nos dijo que Felipe había fallecido", comentó Trejos.
Esa misma noche, la familia de Felipe volvió a la escena del crimen a buscar si había sangre, pero lo que encontró fue un lugar acordonado, sin rastros de que allí hubiera ocurrido un asesinato.
Estaban alterando la escena, se reportó a una fiscal y empezó el proceso
"Cuando llegué a la esquina, estaban tres coroneles y el abogado, y en la otra esquina había un teniente, seis policías y dos abogadas. Les estaban diciendo que no se preocuparan, que no fueran a titubear cuando les dijeran algo", afirmó el padre del joven.
Añadió que, cuando regresó a la clínica, un agente le dijo: "¿Usted tiene armas?, ¿los amigos de Diego Felipe tienen armas?", a lo que él respondió que no.
"Apareció un arma en la escena del crimen", aseguró el agente.
Según relató Trejos, fue en ese momento que se enteró "que estaban alterando la escena, por lo que se reportó a una fiscal y empezó el proceso".
El proceso judicial
El 7 de febrero de 2012 capturaron a Wilmer Antonio Alarcón Vargas, el patrullero que asesinó a Diego Felipe Becerra. Se le imputaron cargos y fue detenido. Luego, entre julio de ese año y principios de 2013, 12 personas más fueron vinculadas al proceso.
El 11 de junio de 2013, el fiscal general de ese momento, Eduardo Montealegre, señaló que se manipuló la escena del crimen: “Fue un homicidio agravado, pues no se trató de una muerte propia de actos de servicio por parte del patrullero implicado”. Además aseguró que el caso se trató de un “falso positivo urbano”.
Eso fue ratificado por los exámenes del Instituto Nacional de Medicina Legal que determinaron que en el cuerpo de Diego Felipe no había antimonio, plomo o bario, es decir, no portaba ningún arma.
Por consiguiente, la familia de Diego Felipe demostró que el joven no estuvo involucrado en un asalto y que fue asesinado por la espalda al correr cuando la Policía lo encontró pintando un grafiti.
Wilmer Alarcón Vargas fue detenido por el CTI de la Fiscalía. Foto:Fiscalía
Tres años después, el 19 de agosto de 2016, Alarcón fue condenado a 37 años de cárcel, pero, según Trejos, lo dejaron libre. "El juez aplazó la audiencia tres días y el tipo desde ese momento estuvo prófugo", contó.
Solo fue hasta agosto del 2021, 10 años después del crimen, que se logró la recaptura de Alarcón en una vivienda del barrio Llano Lindo en Yopal, Casanare. Luego fue trasladado a Bogotá y remitido a la cárcel La Picota.
Por el caso, además del autor del crimen, fueron condenadas cinco personas, cuatro de ellas ex de la Policía: el coronel Nelson de Jesús Arévalo, quien era el comandante de la estación de la Policía de Suba; el teniente Rosemberg Madrid Orozco, comandante del CAI de Andes; el subintendente Juan Carlos Leal, también del CAI Los Andes y quien fue el primer respondiente del caso; el subintendente Fléiber Zarabanda, del CAI de Alhambra y uno de los que llevó el arma a la escena del crimen.
'Fue posible por nuestra lucha'
Este jueves se realizó un acto de reconocimiento y reconciliación por los hechos ocurridos hace 12 años, en el que se exaltó la memoria de Diego Felipe Becerra.
En el evento estuvo el presidente Gustavo Petro, acompañado de Iván Velásquez, ministro de Defensa; José David Riveros, secretario de Gobierno de Bogotá y el general William Salamanca, director de la Policía.
Gustavo Trejos y Liliana Lizarazo, madre de Diego Felipe, también hicieron presencia.
Es un día para honrar la memoria de Diego Felipe Becerra, joven grafitero que perdió su vida en manos de un policía en 2011. El Gobierno del Cambio, en cabeza del Presidente @PetroGustavo, reconoce este acto de reparación y no repetición.
— Presidencia Colombia 🇨🇴 (@infopresidencia) August 31, 2023
"Este acto es un reconocimiento que hace un Estado en el sentido de confesar que mata a la ciudadanía. Es decir, que no es democrático", señaló en su discurso el presidente Petro.
Sabíamos que él no se había podido defender para salvar su vida y sabíamos aún más que él era inocente
Lizarazo, por su parte, afirmó: "Hoy es un día muy especial para mí y para mi familia, un día para conmemorar la vida. El arte los colores, la verdad, la justicia la memoria y la reconciliación (...) Sabíamos que él no se había podido defender para salvar su vida y sabíamos aún más que él era inocente y no se podría defender de los injustos señalamientos".
La madre del joven agregó que "este acto de reconocimiento de responsabilidad del Estado solo fue posible por nuestra lucha y por el profundo amor que sentimos por Diego Felipe (...) un joven muy alegre, tranquilo, generoso, tolerante y lleno de sueños".