Nuevos detalles del accidente que cobró la vida de una joven tras la caída de un árbol: la identidad de la víctima y de los otros lesionados

Ninguna familia espera que un día la llamen por teléfono y le digan que uno de sus acaba de morir porque un árbol le cayó encima y en esa ironía de la vida está hoy sumido Armando Quintero, el padre de Mariana Quintero Bernal, una joven de solo 20 años que murió en la Autopista Norte con calle 243 cuando caía un inclemente aguacero sobre la ciudad. Todo ocurrió el jueves 21 de noviembre.

(En contexto: Mujer que murió por caída de rama de árbol en autopista Norte de Bogotá iba en moto de 'app'; su papá habló: 'Hoy fue mi hija').

Las palabras no le salen, las explicaciones racionales no existen, y a su cabeza simplemente llegan esas frases que tanto torturan en momentos de dolor. “Nunca se sabe cuándo es el último adiós, el último saludo, la última cena”, les decía a los reporteros de Blu que llegaron a lugar de los hechos.

También recriminó a las entidades y organismos encargados de censar y verificar el estado de los árboles en Bogotá porque uno de esos en mal estado acabó con la vida de su hija al caer de forma intempestiva. “Yo realmente espero que esto no le pase a nadie más y le pido a quien esté encargado en el Distrito que les haga un mejor mantenimiento a estos árboles. Se necesitan más acciones para que estas tragedias no ocurran”, dijo mientras el cuerpo de su hija yacía en el asfalto mojado y todo era confusión a eso de las 8:45 de la mañana. Este diario pudo establecer que el árbol involucrado sí estaba censado y tenía código SIGAU.

Lo que se ha establecido hasta el momento, aunque todo es materia de investigación,  es que la joven mujer no se desplazaba como pasajera en una moto que era manejada por un afiliado a una empresa de transporte de pasajeros como se dijo en un primer momento sino se movilizaba en  la motocicleta de placas YPQ23G y que la acompañaba Gabriel Ángel Acosta Fontalvo de 37 años.  También que ella falleció en segundos tras ser impactada por la rama del árbol mientras que su acompañante sobrevivió. Simplemente perdió el control y cayó golpeando fuertemente su cuerpo. 

Al comienzo se pensó que se trataba de una Picap, pero al comunicarnos con voceros de esta empresa dijeron a EL TIEMPO que, aunque el equipo de soporte estuvo buscando al conductor con el número de placa que aparecía en las fotos del accidente que rodaron por redes sociales no se encontró relacionada en sus bases de datos. “Eso nos permite inferir que los conductores  involucrados no están afiliados a nuestra aplicación. Tampoco hemos recibido reporte del accidente por medio de nuestros canales de soporte”.

Eso sí, quienes fueron testigos de los hechos, dijeron que uno de los conductores de las  motocicletas involucradas fue trasladado a un hospital, mientras que otras 12 personas, también motociclistas, resultaron lesionadas debido a la caída de sus vehículos o al desplome de ramas. De hecho hubo otro motociclista lesionado en los hechos. Se trata de Jonathan Albeiro Herreño Camacho, de 30 años, quien manejaba la moto de placas XDV22G y quien fue valorado en el lugar de los hechos. 

Pronto al lugar llegaron los bomberos de la estación Bicentenario, cuyos oficiales acudieron al lugar para atender a las víctimas y coordinar las labores de limpieza. A pesar de que el árbol fue cortado y retirado del carril, los troncos aún permanecen a la espera de ser recogidos por las autoridades.

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Los familiares de la joven vieron todo el procedimiento del levantamiento del cadáver, el dolor inundó la zona. “De no creer”, decían los espectadores ante lo absurdo de la escena. En cuanto a la suerte del otro conductor involucrado, EL TIEMPO pudo establecer que fue trasladado a un centro asistencial por personal del Portal del Norte.

La tragedia ha encendido el debate sobre el mantenimiento de árboles en zonas urbanas y el impacto de la ola invernal en Bogotá, que ha generado emergencias similares. La ciudadanía exige medidas urgentes para evitar más incidentes de esta naturaleza, pero lo cierto es que la capital, según el Sistema de Información para la Gestión del Arbolado Urbano (SIGAU) hay más de 2´200.000 árboles entre el espacio público en donde hay 1´447.090 y el privado y controlar a cada cuerpo es prácticamente imposible.

Y el accidente que cobró la vida de la joven no ha sido el único. Ayer las 9 de la mañana, en la avenida Circunvalar con calle 72, sentido Norte-Sur, se realizó el cierre del carril occidental tras la caída de otro árbol, causando afectaciones viales en esta zona de la localidad de Chapinero.

Además, los bomberos tuvieron que atender la caída de un árbol que, en este caso, afectó la vía férrea a la altura de la calle 100 con carrera 9. El equipo de socorro cortó y tronzó el árbol, lo que detuvo el paso del tren de la Sabana por cerca de una hora. No se reportaron heridos ni muertos con el incidente.

Durante esta temporada de invierno, cientos de personas han resultado damnificadas por la emergencia climática. De acuerdo con el Cuerpo de Bomberos de Bogotá, en los últimos tres meses se han atendido 464 incidentes por caída de árboles en medio de las precipitaciones. En septiembre se registraron 99 casos, mientras que, en octubre, cuando la temporada inició, se reportaron 150. En lo corrido del mes de noviembre la cifra asciende hasta 215 emergencias atendidas en toda la ciudad.

Previendo estas tragedias, la Secretaría de Ambiente anunció que, con el apoyo de otras entidades del Distrito, se realizaron actividades para mitigar el impacto. “Desde la entidad, este año hemos evaluado más de 6.400 árboles en riesgo y hemos autorizado más de 5.100 intervenciones que incluyen podas, tratamientos y, en última instancia, talas responsables”, afirmó Adriana Soto, secretaria de Ambiente.

A su vez, la entidad ha registrado 772 árboles volcados en el año, debido a factores climáticos o estructurales. En este mes se han reportado 143, mientras que en octubre hubo 89 árboles volcados.

Explicaron que la mayoría de casos en los que se cae un árbol, este se encuentra vivo. Y, aunque esto es una situación impredecible, el Jardín Botánico de Bogotá, a través del programa de Manejo Integral de Plagas y Enfermedades (MIPE), busca mitigar las afectaciones en la arboleda.

El MIPE se encarga de subirle las defensas a los árboles e identificar aquellas silenciosas o plagas. A esto se le suman las podas preventivas, tratamiento de plagas y de fertilización. La cochinilla algodonosa es una de las plagas más comunes en los árboles de la capital. Esta logra que el árbol no realice de manera efectiva la fotosíntesis, afectando la estructura leñosa, causando el debilitamiento y, posteriormente, el volcamiento.

Otro de los factores que aumentan el colapso de los árboles es cuando el suelo tiene acumulación de agua permanente, causando el pudrimiento de las raíces; cuando se realizan podas inadecuadas y las actividades de plantación en las que no se tienen en cuenta las longitudes que las raíces pueden llegar a tener, provocando que estas terminen expuestas.

De acuerdo con la entidad, el hecho que los bogotanos aprendan a identificar árboles en situación de riesgo es fundamental para alertar a tiempo un posible accidente. Recomienda realizar un ejercicio de observación que inicia desde la parte superior de la planta hacia su base, con el fin de distinguir rasgos de debilidad o enfermedad.

“Mirar primero la copa, ver si tiene ramas muy secas, partidas, descamadas o que se vean aparentemente podridas. Luego, ver el tronco e identificar si tiene rajaduras importantes, hongos, la madera está blandita o tiene un hueco lleno de agua. Tercero, mirar las raíces y notar si están permanentemente encharcadas o si se encuentran desprendidas del suelo”, le explicó a EL TIEMPO María Claudia García, directora del Jardín Botánico.

Así mismo, algunas señales de alerta son el desprendimiento atípico de ramas, la inclinación pronunciada del tronco o si se observa una muerte parcial del árbol. Con estas señales, los ciudadanos pueden comunicarse a la línea de emergencias 123 para reportar el posible incidente.

“Con la llegada de la temporada invernal, las lluvias y los vientos han aumentado el riesgo de caída de árboles en Bogotá. Por eso, la colaboración de la ciudadanía es clave para prevenir emergencias”, explicó Soto, secretaria de Ambiente.

De acuerdo con información suministrada por el Jardín Botánico, los pinos, acacias y eucaliptos son los grupos de árboles que más volcamientos han registrado. Sobre este último, las especies que lideran la lista con mayor número de afectaciones en la capital son el eucalipto plateado y el eucalipto cinérea.

“Son ejemplares de rápido crecimiento, de copas muy frondosas que en ocasiones no las detallamos y están por encima de otros árboles. Esos son los que lamentablemente tienen mayor incidencia en este período de lluvias en procesos de volcamiento y desprendimiento de ramas”, señaló la funcionaria.

Este tipo de situaciones ocurren, en su mayoría, en las localidades de Suba, Usaquén, Chapinero y Engativá. Estas son las que más incidentes con árboles registran porque son las localidades con especies forestales más antiguas, altas y exóticas.

En esa vía, los mismos ciudadanos también pueden contribuir al deterioro de estas plantas con simples acciones como permitir que las mascotas hagan sus necesidades cerca de árboles jóvenes recién plantados, toda vez que el orín causa su descomposición, tal como lo explicó la entidad.

CAROL MALAVER

SUBEDITORA BOGOTÁ

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