Cada alcalde manda en su año / Opinión

Esto no es ni bueno ni malo en si mismo; depende de la perspectiva y el impacto. Creo que es malo si se paran procesos para no hacer nada, pero puede ser bueno si se evitan daños irreversibles.
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​En muchas cosas la istración del alcalde Carlos Fernando Galán cumple con su promesa de campaña de continuar lo bueno, corregir lo malo e iniciar nuevas cosas con su propia impronta.

Puede uno estar de acuerdo o no, pero le corresponde a él, a su equipo y al Concejo decidir, con la expectativa que las cosas se hagan. En el proceso de aprobación del Plan de Desarrollo muchas cosas siguen; en movilidad la Primera Línea Metro (iniciada por Enrique Peñalosa con el apoyo del presidente Juan Manuel Santos), la propuesta de contratación de la Segunda Línea Metro (promovida por Claudia López con el apoyo del presidente Iván Duque), las troncales estructuradas por la istración de Enrique Peñalosa y contratadas al inicio de la istración de Claudia López (Av. 68 – Calle 100 y Av. Cali tramo sur).

También el corredor verde de la Carrera Séptima entre la Calle 99 y la Calle 200, la expectativa de la ampliación de la Calle 13 que incluye una troncal de Transmilenio, así como los 2 cables nuevos de San Cristóbal y Potosí-Ciudad Bolívar, el Regiotram de Occidente (parece que ya está destrabado) y el Regiotram del Norte, todos proyectos promovidos por Claudia López. La lista sigue, con múltiples tramos de avenidas, ciclorrutas y andenes en construcción, muchos desde hace más de un lustro.

Hay dos proyectos específicos que cambian lo que venía de atrás y han generado un fuerte rechazo de la exalcaldesa Claudia López: la ALO Norte y la Carrera Séptima en Chapinero. Lo llamativo es que ambos proyectos fueron modificados por ella durante su istración respecto a lo que estaba en los planes. 

Ella también, con la autoridad de ser alcaldesa o con órdenes judiciales, detuvo múltiples proyectos como Parques del Río, el Sendero de las Mariposas, el desarrollo urbano del norte de Suba y Usaquén y el Cable a la Calera. 

Lo mismo hizo Enrique Peñalosa con el metro subterráneo o el programa de salud a su hogar (y lo intentó con el cable de Ciudad Bolívar, pero encontró que era mejor idea completarlo y complementarlo, lo mismo que el cambio del Coliseo el Campín a Movistar Arena). 

Gustavo Petro, por su parte canceló el contrato del corredor de buses liviano de la Carrera Séptima que había dejado Samuel Moreno, pero implantó el Sitp Zonal (que nos está costando del orden de 3 billones de cada año en subsidio a la operación).

Siempre será posible encontrar argumentos a favor y en contra de estas rupturas y continuidades. Sin embargo, entre ires y venires, llevamos más doce años sin expansiones significativas de nuestro transporte masivo, aunque ahora estamos en plena construcción de varios componentes.
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​Respecto a la ALO Norte hay dos visiones: una avenida de que tanto falta a la densa comunidad de Suba Occidental, con prioridad al transporte sostenible: andenes y ciclorrutas amplias, carriles y estaciones para transporte masivo y con mucho verde, o una autopista urbana multicarril (con la expectativa de continuidad al norte como estaba planeada hace años, para lo cual será necesario volver a dibujar el POT). 

Mi preferencia y recomendación es por la primera aproximación. Cabe anotar que existe compromiso del alcalde Galán de buscar nuevos predios y desarrollar el multi-campus universitario y otros servicios sociales que requiere Suba Occidental. También queda la pregunta de cómo se mitigarán los impactos ambientales del cruce del Humedal Tibabuyes (puede ser un túnel o un viaducto largo).

Para la Séptima en Chapinero, que será el octavo intento, la promesa de campaña de Galán es dar continuidad al carril mixto norte sur, algo que el diseño de Corredor Verde de López no tiene. Esto puede implicar eventualmente la eliminación de la ciclorruta, algo que sería un muy grave error en mi opinión. Otra opción es limitar el sobrepaso de buses para generar espacio.

Esto sacrifica un poco la capacidad de largo plazo y la velocidad de operación. Una alternativa no contemplada hasta ahora es hacer un par vial para transporte masivo con la carrera 13, que llevaría el sentido norte sur, mientras la séptima el sentido sur norte. No será una discusión fácil de diseño, pero es claro que no se iniciarán obras durante la construcción del metro en la Av. Caracas por la preocupación del manejo de tráfico. Insisto en pedir que no se sacrifique la ciclorruta que tiene una muy alta utilización (con cero muertes de ciclistas en cuatro años).

Un nuevo tema, que es positivo y requiere también cuantiosa financiación, es la extensión de la Primera Línea Metro hasta la Calle 100 para conectar con la troncal Av. 68-Calle 100 y el futuro Regiotram del Norte. Es interesante que se busque financiación local con desarrollo inmobiliario en toda la primera línea. También esperamos 52 kilómetros nuevos de ciclorrutas, incluyendo la gran Alameda del Medio Milenio (estaremos cerca de 700 km en total).

En medio de todo, lo bueno es que la ciudad sigue avanzando, no estamos parados en discusiones interminables y empezaremos a ver nuevos servicios en un par de años. Será necesario también cuidar la operación de transporte y de tráfico del día a día, el mantenimiento de vías, andenes y ciclorrutas, y la seguridad de lo que tenemos. 

Ese puede ser el principal sello de Carlos Fernando Galán, el buen gobierno de lo cotidiano.​​

DARÍO HIDALGO 
​PROFESOR DE TRANSPORTE Y LOGÍSTICA DE LA UNIVERSIDAD JAVERIANA