Bogotá se prepara para el cambio climático con 330 mil árboles sembrados

En los entornos urbanos, en los que el cemento parece sobresalir, los árboles cumplen labores extremadamente importantes para la preservación de todos los tipos de vida.

Más allá de los servicios ecosistémicos que brindan en términos de regulación climática y del ciclo hídrico, los árboles generan un bienestar emocional y contribuyen a la salud física en la medida que satisfacen la necesidad de estar en o con la naturaleza, como aseguró la directora del Jardín Botánico de Bogotá, Martha Perdomo.

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Ante esto, el Distrito ha fortalecido sus estrategias para hacer de la ciudad un espacio con mayor calidad de vida y que ayude a mitigar los efectos del cambio climático. ‘Bogotá Reverdece’ es uno de estos programas que trabaja en la plantación del nuevo arbolado en la ciudad que, desde 2020 hasta el 30 de octubre de este año, ha sembrado 330.420 árboles en las distintas localidades de Bogotá.

La meta de esta istración es plantar 802.000 árboles con la ayuda del Jardín Botánico, que ha estado a cargo de 204.891 individuos; la Secretaría de Ambiente,  responsable de 84.369: y el Acueducto, encomendado de otros 41.160. Aún hacen falta alrededor de 500.000 por sembrar.

La inversión, entre las tres entidades, supera los 74.000 millones de pesos y su objetivo es brindarle un nuevo futuro a la ciudad, que ha tenido que enfrentar problemas de contaminación. Por ejemplo, tan solo los vehículos de la ciudad producen alrededor de 40 toneladas de material particulado (PM10) en dos meses, según mencionó la alcaldesa Claudia López.

“Bogotá reverdece no solo se limita a la siembra de árboles, sino a la forma en la que habitamos la ciudad. Priorizando la biodiversidad, las zonas verdes y la cercanía de la ciudadanía con la naturaleza", señaló la secretaria de ambiente Carolina Urrutia, quien agregó que este último año estarán más enfocados en los procesos de restauración ya que también se busca el correcto funcionamiento del ecosistema con árboles diversos que ayuden a recuperar el suelo y el agua.

Anteriormente, cuando se tenía que talar un árbol por infraestructura o riesgo por obra, se recuperaban entre uno o dos. Hoy, con una nueva resolución de la Secretaría de Ambiente, la compensación subió hasta mínimo cinco árboles por uno que se tale. Sin embargo, como mencionó la directora del Jardín Botánico, hay zonas donde no es aconsejable plantar especies determinadas debido a que no es adecuada para el lugar y podría generar inconvenientes.

De más del millón de árboles que están en el espacio público de Bogotá, el 54.6 % son foráneos y el 44.9 % son nativos. También existen 407 especies, de las cuales 181 son exóticas y 226 locales. Algunas de las extranjeras son eucaliptos, pinos, ciprés, acacias japonesas o araucarias que pueden llegar a generar deterioros en los andenes, viviendas y redes eléctricas o de alcantarillado.

Sin embargo, esto sucede porque las especies no pertenecen al sistema alto andino y tienen que adecuarse a ambientes que no son los propios.

“Hay seis subzonas climáticas diferentes en Bogotá. Por ejemplo, las zonas más lluviosas de la ciudad están al nororiente y las zonas más secas hacia el sur. En la medida en que los técnicos del Jardín Botánico escojan la especie adecuada para que resista el exceso de agua o la falta de la misma, como en Bosa o Ciudad Bolívar, el árbol tendrá una mejor posibilidad de desarrollarse”, señaló Perdomo.

Esto es importante aclararlo debido a que si las personas plantan árboles sin la autorización o acompañamiento del Jardín, podrían ocasionar afectaciones a futuro y hasta situaciones de riesgo. A pesar de esto, no hay que descalificar a estos árboles debido a que también cumplen con funciones vitales como servir de alimento para aves, capturar dióxido de carbono, mantener condiciones de humedad, producir oxigeno e incluso regular la estabilidad de las nubes.

Finalmente, cabe mencionar que desde el Distrito también se adelantan proyectos ambientales como las ocho mil huertas urbanas y la transformación del transporte público a energías limpias.

KEVIN STIVEN RAMÍREZ QUINTERO

Escuela Multimedia de Periodismo EL TIEMPO