Tres mujeres comandan la seguridad en Bogotá: ¿cuáles son sus principales retos?

La seguridad siempre ha sido uno de los temas álgidos en la capital del país y uno que suele dar dolor de cabeza al mandatario de la ciudad, a la Policía y a las entidades judiciales. Durante el periodo de 2020 y lo que va del 2023 esto no ha sido la excepción; por Bogotá han pasado tres secretarios de Seguridad, tres comandantes en la Policía Metropolitana y un fiscal seccional.

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Aunque todos han entregado resultados positivos en diferentes aspectos de seguridad, lo cierto es que las cifras de delitos como el hurto y el homicidio parecen no revertir la tendencia de crecimiento y, por el contrario, luego de una reducción, vuelven a repuntar.

Ante esta situación, a Bogotá llegaron dos altos mandos que, junto a la alcaldesa Claudia López, completan la tríada de mujeres que le harán frente a la criminalidad y tratarán de mejorar las cifras de los delitos que más aquejan a los ciudadanos: la nueva comandante de la Policía Metropolitana de Bogotá, brigadier general Sandra Patricia Hernández, y la directora de las fiscalías seccional Bogotá, Myriam Rojas.

Los nombramientos de estas dos mujeres buscan cambiar la forma en la que se combate la criminalidad. En el caso de la Policía Metropolitana, la general Hernández es la primera en la historia de la ciudad en ocupar este cargo y, según le dijo a EL TIEMPO, será “implacable” en la lucha contra el hurto, el homicidio y la corrupción dentro de la institución.

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Frente a esto, la alcaldesa dijo: “Por primera vez, coincidencialmente, estamos tres mujeres al frente de las entidades de justicia, seguridad y gobierno. Es un gran reto, pero también una gran oportunidad. Bogotá sigue rompiendo barreras y demostrando que aquí siempre podemos ser, lograrla y crecer”.

Para Andrés Nieto, exsubsecretario de Seguridad de Bogotá, la selección de Hernández y Rojas es el reconocimiento a la trayectoria y sobre todo a los resultados. “Por primera vez en la historia de la capital colombiana, el sistema de seguridad queda en manos de mujeres y eso es un reconocimiento a la equidad. No es un juego al azar ni un saludo a la bandera, sino que son mujeres que se han ganado a pulso el espacio”.

Sin embargo, más allá de los propios nombramientos, la pregunta que queda en el aire es qué ha faltado y, sobre todo, cuáles son los retos que deberán asumir esta nuevas líderes en un momento en el que la ciudad tiene un incremento del 12 por ciento en los homicidios y 11,1 por ciento en los hurtos. Además de una subida de 11,3 por ciento en el robo a residencias y de 6,4 por ciento en el de automotores.

Otro punto crítico que deberá ser definido en los planes de seguridad tanto de la Alcaldía como de la Metropolitana y la Fiscalía es el tema del conflicto en el Sumapaz, que, en días pasados, se agudizó por cuenta de un enfrentamiento entre uniformados del Ejército Nacional y disidencias del frente 53 de las Farc en el cañón del río Duda.

La alcaldesa reconoció la presencia de estos grupos armados en la parte alta del Sumapaz, y el saliente general Carlos Triana dijo que había una avanzada de policía judicial en la zona investigando las posibles goteras por donde los violentos pretenden ingresar a la capital del país.

Ese será el primer gran reto de la comandante Hernández y, por supuesto, de la fiscal Rojas, quien deberá entregar resultados urgentes sobre el asesinato del líder social Carlos Julio Tautiva en esa zona de la región en abril y donde, se especula, los disidentes se estarían tomando fincas controladas por la Sociedad de Activos Especiales (SAE) para formar un corredor para las economías ilegales.

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“Me siento muy honrada. No dejo de insistir en que nosotras nos hemos preparado igual que los hombres para servir de manera profesional. Es un honor recibir la Metropolitana de Bogotá, siendo oriunda de Bogotá, habiéndome desempeñado en la parte operacional como comandante de unidades operativas. Tenemos la preparación, las condiciones y la aptitud para asumir este reto”, señaló la nueva comandante de la Mebog.

Aunado a esto, Marisol Ariza, decana de la Facultad de Derecho de la Universidad Manuela Beltrán, aseguró que no es la primera vez que las mujeres llegan a altos cargos y que eso es el producto de entregar buenos resultados en la reducción de algunos delitos y de aplicar miradas diferentes en el abordaje de la criminalidad.

“Lo que estamos viendo es una transformación en la institución. Por ejemplo, una policía que siempre ha sido de choque ahora nombra una mujer al frente del Esmad, esto es un acierto en temas de diálogo y menos confrontativo. Mujeres directoras de policía hay en todo el mundo, esto no debería sorprendernos porque debería estar normalizado, pero aquí siempre lo hemos señalado”.

Hugo Acero, primer secretario de Seguridad de la era López, no solo dijo que el nombramiento de la general y la fiscal son un reconocimiento al trabajo igualitario en medio de un campo que siempre fue liderado por hombres, sino que además es la oportunidad de usar a favor de la seguridad la perspectiva “diferencial, empática y responsable con las que trabajan las mujeres que tienen la oportunidad de dirigir”.

Ahora, estos nombramientos también presuponen una serie de retos no solo para las dos nuevas caras, sino para la institucionalidad de la capital en general. Dice Acero que lo que viene ahora es una etapa en la que tanto la Fiscalía como la Metropolitana deberán fortalecer la atención de la criminalidad con enfoques diferenciales de género y hacia las poblaciones diversas que están en la ciudad.

Además, será clave lograr una sincronía con los equipos, los ciudadanos y las diferentes comunidades.

Y es que en un momento tan complejo de la ciudad en la que se han presentado graves casos de feminicidio, cuando las riñas son más frecuentes y la guerra entre bandas del multicrimen ya han dejado más de 23 cuerpos torturados, empacados en bolsas plásticas y abandonados en vía pública, Andrés Nieto dice que el gran reto es generar una estrategia para contener el fenómeno del homicidio, principalmente por sicariato.

Dice el experto que, si se logra la reducción del homicidio por disputa entre bandas y el homicidio social por riñas, este año se podrá apostar a una reducción histórica para tener una tasa de asesinatos de un solo dígito, que ha sido “el sueño de las últimas cuatro istraciones”.

Pero también coinciden los analistas en que en este momento es necesario dar prioridad y visibilizar la problemática de violencia sexual y violencia intrafamiliar mediante una estrategia que permita tener judicialización con casos ejemplificantes. “La Fiscalía tendrá que empezar a mostrar resultados de investigaciones que ayuden a que los ciudadanos recuperen la confianza en las instituciones y en la denuncia”.

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Uno de los temas más dilucidados que deberá asumir el nuevo equipo de seguridad es la transformación del sistema penal con la ley de humanización penitenciaria que está impulsando el presidente Gustavo Petro.

En este proyecto se busca la resocialización de los privados de la libertad y la posible excarcelación de algunos de los que han estado involucrados en delitos como el hurto.

De ser así, denunció el cabildante Óscar Ramírez, en Bogotá quedarían libres más de 6.000 delincuentes que tienen penas de hasta 12 años. En ese caso podrían acceder a beneficios como la casa por cárcel.

Los delitos que entran dentro de esta lista son: hurto calificado, extorsión, tráfico de estupefacientes y receptación.

Si este proyecto llega a buen puerto, supondría un reto para la nueva general de la Policía, que ha dicho que la reducción del hurto será su gran objetivo, y con los criminales condenados por este delito, de nuevo en las calles, esta meta se vería lejana.

Finalmente, la brigadier general Sandra Patricia Hernández, como lo advierten los analistas, deberá recuperar los 1.500 policías que fueron financiados con recursos de Bogotá y que el Gobierno Nacional se llevó para otros departamentos, si es que quiere cumplir con todos los objetivos en la comandancia.

JONATHAN TORO ROMERO

REDACCIÓN BOGOTÁ

Twitter: @ToroRomeroJ