Los hurtos que se han presentado recientemente en Usaquén, como el del miércoles pasado, en el que una mujer en el barrio Nuevo Country fue arrastrada por un delincuente que se movilizaba en un automóvil gris; o el regreso de los rompevidrios, quienes en la calle 145 con carrera 9.ª amenazaron con armas de fuego a algunos ciudadanos, hacen pensar que este sector de la ciudad está atrapado por la delincuencia.
Este último hecho, que ocurrió el 17 de julio pasado y quedó grabado en video, muestra el nivel de violencia al que han llegado los atracadores en el norte de Bogotá. “Unas personas venían en un automóvil y tres motocicletas los abordaron con armas para robarlos”, contaron algunos testigos del hecho.
Las víctimas, que iban en un vehículo de alta gama, fueron encañonadas a través de la ventana del copiloto. Uno de los criminales abrió la puerta del carro, mientras otro les apuntaba con un arma de fuego. Tras arrebatarles sus pertenencias, huyeron en motos.
Pese a episodios como este, las cifras de la Secretaría de Seguridad muestran que solo hay tres delitos que aumentaron entre enero y junio en la localidad: homicidios, hurto de bicicletas y –por un caso adicional– hurto a establecimientos financieros. Los demás: atracos, hurto a viviendas, comercio y automotores, entre otros, han bajado significativamente.
Pese a estas reducciones, el impacto que generan en la ciudadanía los videos de asaltos cinematográficos que ruedan por redes sociales y medios de comunicación no es un tema menor y la Junta a Local (JAL) de Usaquén así lo reconoce. Es por esta razón que el jueves pasado llevaron a cabo una sesión accidental urgente con las autoridades de seguridad distritales.
“Es una situación que no da espera y que tiene preocupados a los habitantes de Usaquén, porque la inseguridad está disparada. No quiero ser alarmista, pero todos los días llegan videos y vemos en noticias que está al alza el hurto a personas, ciclistas, residencias, como en Santa Bárbara, y eso nos tiene preocupados”, manifestó el edil del Centro Democrático Julián Uscátegui.
Contrario a lo sugerido por el cabildante, que el hurto apersonas va al alza, las cifras oficiales muestran que entre enero y junio pasaron de 5.275 casos en 2019, a 3.146 en 2020. Lo que sí está en aumento, como también lo advirtió el edil, es el hurto de bicicletas, que pasó de 322 a 340 en el mismo periodo.
Unas personas venían en un automóvil y tres motocicletas los abordaron con armas para robarlos
Otro delito que inquieta a esta localidad es el homicidio. En el primer semestre de este año aumentaron en un 68,8 por ciento las muertes violentas. Mientras que en los primeros seis meses de 2019 hubo 16 asesinatos, en el mismo periodo de este año fueron 26.
Uscátegui señaló que hay identificadas al menos 10 pandillas que estarían relacionadas con hechos delictivos en varias zonas de la localidad. El coronel Lecton Lincon Borja, comandante operativo de la Policía Metropolitana –quien está reemplazando en los operativos en calle al general Óscar Gómez Heredia, comandante de la Metropolitana porque contrajo el covid-19–, manifestó en la sesión de la JAL que en Usaquén la Policía está enfocada en zonas críticas.
“Estamos priorizando dos sectores: El Codito y Villa Nidia. Empezamos un plan esta semana, donde estamos fortaleciendo y enviando unidades de reacción para hacer planes especiales en estos lugares. Y lo vamos a aumentar a un tercer foco, que es Verbenal”, aclaró el oficial.
José Norberto Beltrán Urrego, edil por la Alianza Verde, a su turno en la sesión virtual, insistió en el tema de las pandillas y bandas delincuenciales. Dijo que antes había pocas, pero que hoy van en aumento.
Hechos recientes apoyan esa teoría. El alcalde local de Usaquén, Jaime Vargas, reconoció que aunque han sido unas semanas difíciles en materia de seguridad, ha habido resultados importantes en contra de estas estructuras criminales en El Codito y otras zonas. También destacó el hallazgo de un poderoso arsenal de guerra en una bodega a principios de este mes.
El primer esfuerzo que intenté llevó a que la ciudad perdiera 286 millones de pesos porque la gente con una acción popular solicitó que no quería una URI en Toberín.
Pero la ciudadanía exige soluciones inmediatas al problema del hurto callejero. “Todos conocemos cómo está la inseguridad. Necesitamos que nos presenten propuestas que ayuden a mejorar la situación”, manifestó María Helena Gutiérrez, una ciudadana.
¿Y las soluciones?
Los once ediles y edilesas de Usaquén le enviaron a la alcaldesa Claudia López tres propuestas que, según consideran, podrían contribuir a mejorar las condiciones de seguridad en los barrios. Estas son que se prohíba el parrillero en algunas zonas de acuerdo con mapas de calor donde ocurren más asaltos, que se adecúe un centro de monitoreo unificado para tener control de las cámaras de seguridad, y que se actualicen las existentes, o las que se vayan a instalar en el futuro, con tecnología que permita la identificación de rostros y placas.
Otra solicitud constante entre la comunidad es que haya más policías. “Falta que la policía realice más rondas y requisas; la inseguridad en San Cristóbal Norte es terrible”, manifestó Hernán Cortés, otro ciudadano.
Hugo Acero, secretario de Seguridad, dejó claro que la istración Distrital no ha pensado en imponer la restricción del parrillero y que en el mediano plazo no será posible aumentar el número de uniformados. No obstante, explicó que se han fortalecido las capacidades de inteligencia e investigación criminal.
Añadió que en lo que va del año se han desarticulado 94 bandas delincuenciales y que el 90 por ciento de esas capturas han terminado con medidas de aseguramiento intramural. También explicó que se avanza en la iniciativa de instalar una URI en Usaquén, una opción que intentó sin éxito hace 20 años, cuando era subsecretario de Seguridad.
“El primer esfuerzo que intenté llevó a que la ciudad perdiera 286 millones de pesos porque la gente con una acción popular solicitó que no quería una URI en Toberín. Ahora veo que hay una necesidad de este equipamiento y seguro va a ser más fácil”, aseguró.
ÓSCAR MURILLO MOJICA
Redacción Bogotá
EL TIEMPO