La estrategia de reactivación económica ‘Bogotá a cielo abierto’ ya cumplió un año de su puesta en marcha y ahora se alista para entrar a una nueva etapa: la de internet gratis y uso de datos. Con ese fin se acaba de iniciar un plan piloto en dos zonas, en el centro de Usaquén y en Techo, en Kennedy. En esas áreas se está instalando la red de internet y se espera que en los próximos días comerciantes y visitantes puedan acceder a la web sin ningún costo.
Según la Secretaría de Desarrollo Económico, a agosto estaban autorizados 10.173 establecimientos del sector gastronómico para funcionar a cielo abierto, es decir, utilizando andenes y calles, y se registraban 4’171.785 comensales. Las ventas en los primeros ocho meses del año se calculan en 55.945 millones de pesos, un 85 por ciento de las que tenían antes de la pandemia de covid-19. La reapertura de estos negocios ha permitido también la reactivación de 95.037 empleos.
Estos establecimientos, junto con los bares y gastrobares, fueron los primeros que tuvieron que cerrar sus puertas, a mediados de marzo de 2020, y los últimos en reabrir, en agosto de 2021.
La iniciativa nació en septiembre de 2020, en medio de la ‘nueva realidad’, con el fin de ayudar a la reactivación de los sectores de restaurantes, cafeterías, gastrobares con servicio a la mesa en espacios al aire libre. Después se les fueron sumando eventos culturales, gimnasios y hoteles.
Al principio solo podían operar de jueves a domingo –luego se les permitió hacerlo toda la semana–, cumpliendo eso sí unos protocolos de bioseguridad, como distanciamiento, lavado de manos y un código QR con el que se puede visualizar el menú en el celular y sin necesidad de tener o con las cartas.
La estrategia se estableció en 10 zonas (Usaquén, zona G, Galerías, Calle Bonita, calle 30 entre carreras 5.ª y 7.ª, La Candelaria, Techo, Quiroga, calle 8.ª sur y el parque Central de Bosa), y ante el éxito crecieron a 36 en 12 localidades.
En este proceso, la iniciativa tuvo una segunda versión, ‘Bogotá a cielo abierto 2.0’, que incluyó a vendedores informales organizados y artistas, y se planteó el cobro por el uso del espacio público. No obstante, con el segundo pico de contagio entre diciembre y enero, los bloqueos por el paro nacional y el aumento de la transmisión del virus entre abril y julio pasados, esta idea quedó aplazada para 2022.
Internet para todos
En agosto pasado, la estrategia de internet gratis en el modelo cielo abierto se echó a andar en Usaquén y Techo. Podrán acceder a la red los empresarios, los empleados de los negocios, los residentes, el comercio informal y todos los bogotanos que los visiten. En esta iniciativa están vinculados, entre otros, la Secretaría de Desarrollo Económico, el Departamento istrativo de la Defensoría del Espacio Público, la Empresa de Telecomunicaciones de Bogotá (ETB) y Enel.
En Usaquén, la ETB indicó que ofrecerá wifi en la plaza Fundacional, en la plazoleta del centro comercial Hacienda Santa Bárbara y en puntos comerciales en la calle 125 (arriba de la autopista Norte), la calle 122 con avenida 15 y la 19 entre calles 100 y 127. En Techo, inicialmente será para un sector de 20 locales comerciales. Los visitantes podrán acceder a la red logueándose en un portal de inicio. El interés de la ETB en el proyecto es el de “entregar conectividad a los ciudadanos para estimular la reactivación económica de la ciudad”.
Carolina Durán, secretaria de Desarrollo Económico, explicó que “el piloto lo que pretende es monetizar el uso del internet en calle, para que sea gratis para los s, pero el costo lo pagan las compañías que quieran hacer publicidad o los establecimientos que hacen parte de la estrategia, para brindarles un valor agregado a sus clientes”.
La funcionaria, no obstante, señaló una de las formas de monetizar: los datos. “Serán un componente de la estrategia. Hay que medir qué tanto funcionan unos nodos de internet gratuitos que se están instalando”, explica la funcionaria.
Felipe Guzmán, asesor TIC del Distrito, explica que los datos son un gran potencial para la toma de mejores decisiones, para mejorar o generar nuevos servicios. “Queremos entender qué tanto podemos aprovechar esos datos voluntarios. Por ejemplo, se podría conocer cuántas personas y cómo se mueven por las zonas piloto, el tipo de población que las visita o, incluso, realizar encuestas con preguntas directas para conocer la adhesión de los ciudadanos a las medidas de autocuidado.
Y mientras se activa el servicio de internet gratis para todas las personas que visiten las zonas piloto, en el centro de Usaquén y en el Centro Comercial Santa Bárbara, así como en Techo, en la localidad de Kennedy, dicen estar listos para arrancar con las pruebas. De hecho, ya se están instalando los nodos para iniciar el proceso.
“Ya el portal cautivo está adecuado para dar inicio a la captura de datos. Nosotros estamos listos”, dice Amparo Castilla, gerenta de cielo abierto en Usaquén.
La empresaria, quien ha liderado la estrategia Bogotá a cielo abierto en esa zona del norte de la ciudad, afirma que en el proceso ha sido clave que todo el comercio, tanto formal como informal, está unido. Todos los fines de semana, ese sector es visitado por miles de personas. Solo el centro comercial tiene entre jueves y domingo unos 25.000 visitantes.
La misma opinión tiene Johanna Figueroa, gerenta de la zona a cielo abierto en Techo. Esta comerciante que lleva ocho años en ese sector donde funcionó el aeropuerto de Techo, espera que a principios de octubre esté iniciando el piloto de internet sin costo, un proceso en el que también se quieren sumar los bares y gastrobares del sector. La zona ya fue visitada por técnicos de la ETB que determinaron los puntos donde estarán los nodos.
“Obviamente, si el cobro por el uso del espacio público va a ser alivianado, pues mucho mejor, porque hasta ahora la zona se está reactivando económicamente”, señala Figueroa.
Dependiendo de las pruebas que se hagan y de qué tan rentable resulte el uso de los datos que suministren los s del servicio, el sin costo a la web se podría volver un valor agregado para la estrategia a cielo abierto, que ya funciona en 36 zonas de la ciudad y que, a partir del próximo año, podría ayudar a sostener la operación del modelo.
“Lo que queremos es que tanto el proyecto de cielo abierto 2.0 como el uso de datos a cielo abierto sea financieramente sostenible”, concluye la secretaria de Desarrollo Económico.
GUILLERMO REINOSO RODRÍGUEZ
EDITOR DE BOGOTÁ
REDACCIÓN EL TIEMPO