Alcaldía anuncia millonaria inversión para recuperar los parques de barrio

La Alcaldía de Bogotá ha invertido miles de millones de pesos en la construcción de grandes parques que sin duda han beneficiado a los bogotanos. Ahora el turno es para decenas de pequeños escenarios y espacios verdes que están descuidados o se han vuelto focos de inseguridad y hasta botaderos de escombros y basuras.

Hacia estos ha estado dirigida la mirada de la actual istración, que para el presente cuatrienio se propuso intervenir 413 parques vecinales o de barrio, entre nuevos y remodelados. De ese número, este año espera adecuar 136, de los cuales 12 son nuevos y 124 serán objeto de mantenimiento.

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Esta iniciativa hace parte de la mirada local que les está dando el Distrito a inversiones enfocadas en la infraestructura vial y el espacio público. Estas obras hacen parte de la estrategia ‘Bogotá local’, que también impulsa a microempresas y actividades culturales.

El objetivo con los parques, según el secretario de Gobierno, Felipe Jiménez, es buscar recuperar esos espacios de encuentro, de integración y de esparcimiento en los barrios y de los que las comunidades han venido quejándose por el abandono en que han estado.

Se trata de un programa que lidera dicha secretaría junto con los fondos de desarrollo local. Este año se tienen destinados 112.000 millones de pesos para la intervención de esos espacios públicos.

“La meta este año es intervenir 12 parque nuevos, que son el típico lote vacío, y 124 a nivel de mantenimiento, para un total de 136”, dijo Jiménez, quien precisó que lo proyectado en los cuatro años de gobierno eran 413 parques, 65 de los cuales son totalmente nuevos, y de estos ya se han entregado 27. Los restantes 348 son en mantenimiento y conservación, de los cuales ya 154 fueron entregados. Los demás están en fase de ejecución o contratación.

No es solo pintura. En esos espacios se vienen instalando nuevos juegos y canchas de microfútbol y básquetbol, equipos para gimnasia al aire libre y se trabaja, simultáneamente, en torneos deportivos, que cuentan con el apoyo del IDRD.

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La idea, según Jiménez, es que, primero, ese mobiliario cumpla con las normas técnicas y sea seguro y no represente ningún riesgo ni para los niños ni para los adultos.

“Y segundo, muchos parques que intervenimos siguen siendo un sitio de encuentro para las personas mayores, y por eso arreglamos los andenes, los senderos y las bancas”, insistió.

Con estas intervenciones no solo se están consolidando estos espacios, sino que, además, se están volviendo escenarios iluminados, seguros y sin basura. Es el caso del parque pequeño que hay detrás de la iglesia de Lourdes, en zona céntrica de la localidad de Chapinero. Allí se instaló un gimnasio al aire libre, que ahora es aprovechado por niños, jóvenes y adultos mayores. “Es ahora un parque maravilloso; antes había inseguridad y oscuridad”, señaló.

Otro caso es el parque La Herradura, en San Cristóbal, que había sido tomado por la delincuencia y ahora, luego de su adecuación, con juegos infantiles, pisos y andenes, lo disfrutan niños y adultos. Igualmente está un parque público en la urbanización Belalcázar, en Teusaquillo, sobre la alameda del San Francisco. En el lugar se recuperaron la cancha múltiple, los juegos infantiles y el camino peatonal.

La selección de los escenarios que están siendo intervenidos fue un proceso en el que han participado los bogotanos, ya sea porque los escogieron las mismas comunidades, a través del programa distrital ‘Presupuestos participativos’, o los vecinos y las alcaldías locales concertaron qué hacer en ellos.

Y si bien se realizan ese tipo de inversiones en todas las localidades, las más beneficiadas son las más grandes, entre ellas están Engativá, Kennedy, Bosa, Usaquén, San Cristóbal y Suba.

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Jiménez destaca también que en este proceso de invertir en lo local se ha hecho especial énfasis en la planeación y el seguimiento, buscando que ninguna de las obras se quede inconclusa y termine siendo una frustración para las comunidades.

“La misma alcaldesa nos ha dicho que ‘de nada sirve hacer obras y dejarlas en elefante blanco’... Por eso creamos la junta de infraestructura local, que es un método de gerencia para poder sacar adelante las obras, para evitar que haya conflictos legales con los contratistas o demoras innecesarias”, destacó el secretario.

En esas juntas, en las que participan las alcaldías locales, se revisa el estado de cada contrato, si el avance es acorde con el cronograma o si está atrasado, y se toman decisiones.

Así, explica, han logrado que de al menos 500 frentes de obras que hay actualmente en las localidades, entre vías, salones comunales, andenes, parques, muy pocos de esos contratos se hayan paralizado o suspendido. Reporta que, de los casi 130 del año pasado, solamente seis fueron suspendidos por cosas como permisos, redes de servicios públicos o problemas con la comunidad.

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Solo uno fue por causa del contratista, y ocurrió con una intervención en Los Mártires, pero ese caso se resolvió la semana pasada.

REDACCIÓN BOGOTÁ