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Mujer casi pierde una pierna tras ser arrollada por un mototaxista en Bogotá
El vehículo transitaba por una ciclorruta a alta velocidad.
El 23 de marzo de 2022 Ángela Cruz salió de su casa, ubicada en el barrio La Campiña, con destino a su lugar de trabajo, en el sector de Siberia, a las afueras de Bogotá. Aquel día, como su automotor tenía pico y placa, decidió usar la bicicleta y hacer el mismo recorrido de siempre: atravesar el barrio Lisboa y utilizar la ciclorruta que conecta la localidad de Suba con la calle 80.
Sobre las 7:20 a. m., cuando estaba a pocos metros de llegar al puente de Guadua, Ángela escuchó cómo el sonido de un motor se iba haciendo más fuerte. Se trataba de un mototaxi con pasajero que en pocos segundos la iba a rebasar por la parte izquierda del bicicarril.
“El bicitaxi me pasó muy cerca, tan cerca que una persona que iba dentro me enlazó la pierna y me arrastró”, narra Ángela.
Mototaxi accidente Foto:Archivo particular
Ángela recuerda que este vehículo siguió andando y la arrastró por varios metros mientras ella gritaba angustiada al ver cómo su pierna se iba partiendo poco a poco. “No sé en qué momento me soltó. Yo quedé en el piso en posición fetal con mi rodilla doblada hacia la izquierda. El panorama era horrible, y el dolor, impresionante”, relata.
Luego de haber sido arrollada, el conductor del vehículo, que funcionaba con motor de gasolina, intentó huir. Sin embargo, ciclistas y peatones, que fueron los primeros en auxiliarla y en llamar a su esposo, lograron detenerlo. Minutos después, dos uniformados de la Policía arribaron al lugar del accidente.
“Los policías le dijeron a mi esposo que no había nada que hacer, que ese señor no tenía Soat y que ese grupo de personas los estaban intimidando”, agrega.
Mototaxi accidente Foto:Archivo particular
Luego del accidente, Ángela fue trasladada al hospital de Engativá. Después de varios exámenes y radiografías, el médico que la atendió reconoció que las lesiones eran graves. “La rodilla y la tibia quedaron totalmente fracturadas. Además, el cartílago quedó roto. (...) En estos meses me han realizado tres cirugías, y todos los días debo ir a terapia, pero los especialistas dicen que nunca más voy a volver a caminar como antes”, dice.
Lo preocupante para la familia de Ángela es que luego de este tiempo nadie responde y todos los gastos de las cirugías y de las terapias han corrido por su cuenta. “Después del accidente, una de las coordinadoras de las rutas se comunicó con nosotros e intentó arreglar con 300.000 pesos”, relata.
Ángela pasó de la silla de rueda a las muletas y hoy, cuatro meses después, no puede caminar sin la ayuda de un bastón. “Estas personas dicen que tienen derecho al trabajo, pero en dónde queda mi derecho a la salud. Yo no sé si cuando regrese al trabajo, después de una incapacidad tan larga, voy a ser una persona activa”, concluye.