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Noticia
Mujer denuncia amenazas de muerte por parte de su expareja: la insulta vía mensajes y entra a su vivienda con arma cortopunzante
Además de la joven madre, hay menores que también están siendo amenazados por el ex policía.
Juliet Merchan, una joven madre, vive escondida y temerosa por su vida tras meses de constantes amenazas y agresiones de su expareja, un exintegrante de la Policía Nacional. Aunque ha denunciado el caso ante la Fiscalía y cuenta con una medida de protección, el proceso judicial no ha avanzado, exponiéndola a un peligro constante.
Desde hace un mes, Juliet no ha podido regresar a su vivienda. Según denuncia, su expareja ha intentado ingresar por la fuerza a su apartamento, contando incluso con la complicidad del personal del conjunto residencial. “El 21 o 22 de octubre, mis vecinos me alertaron que esta persona estaba forzando mi puerta, golpeando la ventana y que el todero del conjunto, junto al vigilante, lo ayudaron a ingresar con una escalera. Todo quedó registrado en cámaras de seguridad”, relata.
No Es Hora De Callar: una mujer lleva un mes sin poder regresar a su apartamento por miedo a ser atacada por su expareja sentimental. El hombre la persigue, la amenaza y hasta intentó agredirla con un cuchillo. Foto:
En mensajes enviados por WhatsApp, su expareja no disimula sus amenazas: “No se me deje ver porque le voy a llenar esa grande boquita de munición”, escribe. Además, menciona a los hijos de Juliet, insinuando que pronto quedarían sin madre.
La relación, según la víctima, terminó tras episodios de violencia física, incluida un intento de asfixia. Sin embargo, Juliet señala que el agresor, debido a su conocimiento de las leyes, ha encontrado maneras de operar con impunidad. “Él sabe que la justicia es lenta y por eso hace amenazas sin reparo”, explica.
Amenazas por WhatsApp hacia la víctima. Foto:City Tv
Juliet también denuncia la falta de apoyo de las instituciones y de la istración de su conjunto residencial. “Gracias al otro conjunto me suministraron las cámaras de vigilancia, donde se ve que el vigilante y el todero lo ayudan a ingresar. No se les coló, lo dejaron entrar”, afirma indignada.
A pesar de haber seguido las rutas establecidas para la denuncia de violencia de género, incluido el protocolo de la Ruta Púrpura, su situación permanece estancada. “Nos dicen que denunciemos, que no es hora de callar, pero ya hice todo eso y nada ha pasado”, lamenta. Ahora, su mayor temor es que su caso termine en un feminicidio, como ha ocurrido con tantas mujeres en Colombia.
Este caso pone nuevamente en evidencia las fallas en la protección de mujeres víctimas de violencia, incluso cuando cumplen con los procedimientos legales. Juliet hace un llamado desesperado para que las autoridades actúen antes de que sea demasiado tarde. “Necesito que me protejan. No puedo seguir esperando mientras mi vida y la de mis hijos están en peligro”, implora.