Hace ocho años, cuando la economía circular en Colombia apenas estaba dando sus primeros pasos, Daniel Rodríguez empezó a recorrer las calles de Bogotá en bicicleta, recolectando residuos reciclables casa por casa. Tenía una convicción personal: transformar la manera en que las personas se relacionan con lo que consideran “basura”.
Así nació Amazóniko, una plataforma de reciclaje colaborativo que hoy tiene más de 20.000 s registrados y que opera oficialmente en Bogotá y Manizales. La idea detrás de Amazóniko es simple: los residuos tienen valor, y quienes reciclan de forma correcta pueden convertir ese valor en recompensas, descuentos y beneficios. Y lo más importante, aprenden a separar y gestionar sus residuos como parte de una nueva cultura ciudadana.
La plataforma conecta a los hogares y comercios con recicladores de oficio, empresas de transformación de materiales y marcas comprometidas con la sostenibilidad. Además, brinda trazabilidad del proceso, retroalimentación personalizada para mejorar el hábito de reciclaje y un mercado virtual donde los puntos acumulados pueden canjearse por productos responsables con el planeta.
Actualmente, la organización se prepara para una expansión nacional. En 2026 espera llegar a Barranquilla, Medellín, Cali y Pasto. En entrevista con EL TIEMPO, Rodríguez, hoy CEO de Amazóniko habla de cómo sumarse a esta iniciativa, de los retos que aún tiene el país en términos de reciclaje y de la importancia de aprovechar los residuos y dejar de pensarlos como “basura”.
Daniel Rodríguez, fundador y CEO de Amazóniko. Foto:Amazóniko
¿De dónde surge Amazóniko y cómo ha evolucionado en estos ocho años?
Amazóniko nace en junio de 2017 del deseo de exaltar el valor de los residuos. Pero más allá de su valor comercial, lo que yo quería resaltar era el valor simbólico de cada residuo: fueron creados a partir de la explotación de un recurso natural. El nombre hace alusión a esa sabiduría indígena que respeta lo que se toma de la tierra y busca devolverlo. Quise traer ese concepto a las urbes. Empecé con un piloto en bicicleta y hoy tenemos más de 20.000 s registrados, más de 150.000 solicitudes de recolección puerta a puerta, 8.000 toneladas de material recuperado y más de 200 recolectores beneficiados. También trabajamos con más de 30 marcas.
¿Cómo funciona Amazóniko y qué lo hace diferente?
Amazóniko es una plataforma de reciclaje colaborativo que conecta toda la cadena: desde los hogares o comercios que generan residuos, pasando por los recicladores, hasta las empresas que transforman el material en nueva materia prima. También trabajamos con marcas que tienen compromisos ambientales —como plástico neutro, cero basura, carbono neutro— y necesitan demostrar su gestión. La aplicación les enseña a los s cómo separar correctamente, programa la recolección, da retroalimentación personalizada y entrega puntos que se pueden redimir por beneficios en nuestro marketplace. Es decir, ayudamos a cerrar el ciclo completo de los residuos y premiamos a quienes lo hacen bien.
Más de 20 mil personas han usado la plataforma de Amazóniko hasta ahora. Foto:Amazóniko
Todos los s pueden redimir sus puntos en nuestro mercado virtual Valorable, donde ofrecemos productos sostenibles para el hogar y el cuidado personal. Son productos sin empaque, locales o con certificaciones ambientales. Además, quienes están inscritos en programas con marcas como McDonald’s, O Boticário o Ramo reciben beneficios exclusivos. También estamos ampliando nuestra oferta con nuevas marcas que quieren conectarse con consumidores conscientes. La idea es que reciclar no sea solo un deber, sino también una oportunidad tangible.
¿Cuáles han sido los principales retos para hacer reciclaje en Colombia?
El mayor reto ha sido la fragmentación de la cadena. Hay poca conexión entre los actores. En el caso de los generadores de residuos, necesitamos más sensibilización y participación. En el caso de los gestores, el problema es la informalidad: faltan procesos, estándares y atención al cliente. Y en las empresas transformadoras, aunque hay tecnología, muchas veces requieren cantidades mínimas de material que no se logran por esa misma fragmentación. Por ejemplo, el icopor: se puede reciclar, pero pocos lo recogen porque pesa poco y ocupa mucho espacio. También hay retos en el sector corporativo: aún no todos priorizan la sostenibilidad, y si no es prioridad, los presupuestos son bajos y el impacto también. Pero hay avances importantes, como la política de economía circular y la normativa de responsabilidad extendida al productor. Lo que falta es más seguimiento y cultura ciudadana.
En 2026 Amazóniko espera llegar a Medellín, Cali, barranquilla y Pasto. Foto:Amazóniko
¿Cómo ha cambiado el comportamiento de los s en estos años?
Tenemos s desde el piloto original, hace ocho años. Y lo más interesante es que nuestra tecnología nos permite medir la evolución. Un nuevo nos entrega, en promedio, 2,5 kg de material con 60 % de efectividad. A la quinta recolección, tras recibir retroalimentación personalizada, ya entrega 8,5 kg con 95 % de efectividad. También cambia la frecuencia: al principio quieren sacar residuos semanalmente como si fuera basura, pero luego entienden que esto no huele, no contamina y puede almacenarse mejor. Así pasan a recolectar cada quince días o incluso cada mes. Hemos visto que el aprendizaje es real y profundo.
¿En qué ciudades están hoy y a dónde planean llegar?
Hoy tenemos operaciones en Bogotá y Manizales. Pero ya estamos en conversaciones para comenzar en Medellín, Cali, Barranquilla y Pasto. Nuestro plan de expansión está en marcha y esperamos estar activos en estas ciudades a partir de enero de 2026.
¿Por qué las personas deberían sumarse a Amazóniko?
Porque es una plataforma integral que les permite gestionar todos sus residuos aprovechables desde un solo lugar. Les enseñamos cómo consumir de forma responsable, les mostramos su impacto y además les damos beneficios. En Amazóniko, los residuos se convierten en una forma de pago. Es una forma concreta de aportar al planeta y ser recompensado por ello.
¿Qué viene ahora para la plataforma?
Estamos en proceso de migrar hacia una aplicación móvil, tanto para s como para recicladores. Hasta ahora todo ha sido vía web, pero en noviembre lanzaremos la app. Eso nos permitirá mejorar aún más la trazabilidad, la experiencia del y la conexión entre los actores del sistema. Ese es nuestro siguiente gran paso.
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