Los espasmos durante el embarazo son una molestia que afecta a algunas mujeres gestantes. Estas contracciones musculares pueden causar incomodidad y dolor, pero hay formas de prevenirlos y aliviarlos.
Según los expertos ginecoobstetras Ivonne Díaz Yamal y Alejandro Rodríguez, en diálogo con EL TIEMPO para un artículo publicado en 2007 , existen varios factores que contribuyen a la aparición de los calambres durante la gestación.
Díaz Yamal explicó que cuando un músculo se contrae permanentemente, el oxígeno se agota y las terminaciones nerviosas se irritan, lo que origina la sensación de molestia. Durante el embarazo, se evidencia esta condición debido a que la mujer tiene una mayor demanda de calcio y magnesio, elementos esenciales para el adecuado funcionamiento muscular.
Además, el útero en crecimiento y el sobrepeso en el último trimestre del embarazo ejercen presión sobre los músculos, especialmente en las piernas y en la musculatura del dorso lumbar.
Rodríguez señaló en su momento que las mujeres que pasan largos períodos sentadas en el trabajo pueden experimentar más dolor, ya que los músculos no están siendo estimulados adecuadamente.
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Existen diversos factores de riesgo para la aparición de calambres durante el embarazo, como el hipotiroidismo, el exceso de ejercicio, la fatiga, el alcoholismo, la deshidratación, las dietas inadecuadas y los embarazos múltiples.
Las mujeres con sobrepeso u obesidad tienen un mayor riesgo debido al esfuerzo adicional que deben realizar para cualquier movimiento, lo que aumenta las posibilidades de experimentar calambres, según los especialistas.
Cuando el dolor es persistente y no se controla, puede ser necesario recurrir a la fisioterapia. Es importante tener en cuenta que los calambres musculares durante el embarazo no deben confundirse con la tromboflebitis, ya que estas últimas son causadas por problemas circulatorios.
Consejos para evitar y calmar los espasmos
Para prevenir los calambres, se recomienda consumir alimentos ricos en magnesio, como salvado de trigo, almendras, melaza, granos, aguacate y frutas deshidratadas, como las ciruelas.
Además, es importante estirar las piernas y las pantorrillas antes de acostarse, así como realizar flexiones de pie. La ginecoobstetra Ivonne Díaz Yamal sugiere hacer 20 minutos de ejercicio al día antes de acostarse para mantener los músculos activos.
En caso de experimentar un calambre repentino, los expertos aconsejan estirar la pierna afectada, flexionar los tobillos hacia arriba y mover los dedos de los pies. Si es intenso, aplicar calor local y realizar suaves masajes pueden proporcionar alivio.
*Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en artículos de archivo de EL TIEMPO, y contó con la revisión de la periodista y un editor.
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